Mutismo agropecuario
Quise ver, en piedra, una preciosa,
más el espejismo truncó el ansia
en una espera innecesaria.
Tuétano de esperanza
a hurtadillas para bambolear
al equidistante.
Cuando te miré con ojos de fiordos.
La nieve que acaeció en ángulo
mientras trincha el asado,
algún chef de Brooklyn.
Mi corazón volvió a latir.
Y estuve enferma un par de dientes.
Lancé una semilla.
Recorté un periódico
y busqué tu nombre como un niño
elige su juguete.
Más la dinamita era arena.
Y la arena, el tiempo de una resolución.
Nada.
No hubo nada ni nadie.
Y mi víscera se detuvo ante el semáforo rojo.
Y busqué las sobras
de algún maldito sueño
de cocina.
Comentarios
Publicar un comentario