Yellow dreams
La tristeza tiene el color de la ictericia, (según León Felipe el amarillo es el de la bestia) y en el cielo se observa a la luna partida por una sierra eléctrica. Su otro pedazo habrá caído en un corral de gallinas y es picoteada en forma de cráteres acnéicos. La tristeza está en la cara de todas las hamburguesas y en su bostezo perenne, la arena movediza en el helado que nadie quiere derretido dentro de sus sarcófagos sin haber probado el pecado de la lengua y su gula. No voy a hablarte. Y por eso soy una llama de huevo. No voy a escribirte. Y por eso el submarino tiene brazos y piernas pesadas. No voy a rogarte. Y por eso ya pareció la última sumisión, un limón a punto de abortar. No voy. No. Es el canto de la guerrera de luz azafrán y escarmiento que miras de frente y ves meseta, páramo, folio. Soy más de lo que perfilas. Mis alas están resguardadas tras los hombros. ¿De qué color serán? ¿Blancas o negras? ¿Y en el centro de su médula habrá una cobra...