DESDEMONA
Cara de calavera de Macbhet se me puso cuando después de una decada dedicada al subsobicho. Dijo que me amaba como amiga o dijo... Qué amaba a una amiga. No sé. Ni calcetines recosidos, ni el sofrito quemado, tarde de estio o ,¿hastio? preparando callos a la madrileña podrán subsanar la herida incisa de sus palabras. en operación daga de Otelo. Me quedó una "erre" atravesada en la garganta y de mis orzuelos ceros y ochos lloraron. La orla de la amistad se clavó con dos medallas en la aureola de mis pezones. Pesticidas se volatizaron y un portazo-eco que retronó en consonantes varias y siete vocales: V T L M RD E E A A IE A. Los callos ardieron abrazados a los garbanzos...