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Mostrando entradas de julio, 2016

Sin título.

No entiende de etimologías sólo de paraguas abiertos en días de lluvia, que la echaron como si fuese una epidemia maldita, una leprosa de vendas con los brazos-encabestrillos a sus propios pulmones, y como un saco de sal, la lanzaron a la deriva a un bote, destino La vida veneciana. Y mientras repudiada se alejaba de su firmamento los ojos impasibles no lloraron ni una lágrima, ya se encargaría de ello, el páncreas y las vísceras que bailan antiguos, sortilegios de una esperanza que aniquila con pinchos. Pobre erizo relegado al idioma de ultratumba, a hablar a través de un grueso muro sabiendo donde moran nuestros restos, esta forma de poderle tocarle sin manos, el correccional impuesto a la impiedad que procesó usted a su persona de Antígona reflejo. He de decir en este ostracismo impuesto por usted en esa corrompida magnificencia siendo más que un fantasma que chirría sola con su cadena, que le ruego que no se rinda. Que amarre el bisturí y zanje las páginas. La...

REMEDIO CONTRA LA IMPACIENCIA

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Malestar.

Puede el corazón amar al mar y la montaña. Yo poca mesura tengo de las pasiones fui criada con los silencios salvajes. Con la hebilla marcada en la columna haciendo nudos aprendí a sonreír con el pómulo del color del tintero. Pisados cristales y después del maremoto el tórax que seduce como una planta venenosa. Aprendí a llorar muda sin sollozo. Y a no ocultar las marcas de las desavenencias de la esquizofrenia. Las secuelas que aparecen en las lunas de los aeropuertos, y siento que la mecha va a ser corta, porque una infancia de película de terror parece un cuento con la guerra del exiliado, tal vez aún duelen los golpes, la mesita de noche que chocó contra el cráneo, las tiritonas en un suelo como si fuese el despojo de una carnicería de cascos sin protección alguna y mucha suerte, sobre todo eso, mucha suerte, por haber burlado a la funeraria en un par de bares de alterne. Cuello metido en horno con el gas haciendo burbujas, y el miedo, este puto c...

Notar la brisa de la lectura.

Cuántas veces apareces como un rinoceronte en mi pensamiento después de la cacería hambriento de palabras con tu pellejo de escudo, y el lomo henchido por las balas de los mercenarios, ahí levantando tu verso como un recién nacido en sacrificio eres hombre. Los dardos tranquilizadores no calman  tu insatisfacción grandilocuente. Poeta, no calles. Habla. Necesito que tu métrica me acerque al viento los últimos días de verano de lo que fue amar a un dios.

Vivir dentro de un poema como una nave espacial.

Morar en un pequeño estudio amueblado a la vista y al azul de la tubería. Encorsetado en un par de metros, rectángulo, polígono de la caricatura del corazón, en el refugio maldito de un poema. Morar

Deja que el verbo respire, y deja que la poesía penetre en tu narrativa, estimado.

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El poeta, estimado, hace de las hortalizas un buen mejunje y él no puede en su estructura hacer bases sólidas porque lo más probable cuando usted la pise será nube, niebla, aire de boca. en yustaposición a la prosa, el pilar que tantas cátedras de mar sostienen.. En la masilla y el sudor el poeta trabaja como Sisifo en una gasolinera, cena hormigas y se peina con una concha que lleva pequeños agujeros capaces de ser pendientes, en mujeres  de cola de pescado. Es así, mi mundo cariño, en magia voy bregando entre oleajes y nada es lo que parece. Existen monstruos latiendo en noches de insomnio y somos los seguidores de lo que para muchos se considera locura, pero, de toda esta ficción libre o presa de verso, mi lengua hurgando, mi mano asida, mi ojo hilado al suyo, es verdadera, no sé, estimado, decir estrella, manto, cobre o cordura, no soy,  la prosa en donde el verbo, la sintaxis, no van haciendo cabriolas en un molde que combate las deformidad...

El tormento que vivía en la rectitud de las cosas.

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I Todo a medida. El vaso lleno de agua sin una triste onda. La puerta no está entreabierta. Y en el cerrojo la llave sigue su erección metálica. Las manzanas nunca se pican. Pero, tampoco los gusanos se convierten en mariposas. A medida todo de las consecuencias. II En el congelador los alimentos jamás mueren. Y mi corazón late el salto justo para no abocar al suicidio. El café sabe a café. Y nunca llueve en este comedor. III De la mano. Sujeto con poleas voy danzando de un lugar a otro. El reloj no osa ni a excederse un minuto. Y los trenes llevan pasajeros felices. El vaso de agua no derrama; las gotas salpicadas no osaron hablar el tiempo oportuno. Un amor sedado todo a medida  de las consecuencias. http://www.educarchile.cl/ech/pro/app/detalle?id=133069

A cal viva.

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I El mundo se desmorona. El cáncer se disipa desde el centro, pues, siempre las tierras alejadas del mar peligrosas son para acorralar en las bibliotecas, con los libros meteoros, cuadros arrancados de su lecho y estatuas de hípica sin cabeza. II Y con esta dalia clavada, se supone incorrecto, la jactación de la felicidad que sucede como un tranvía con bombillas azules. III Cuando repostada estoy entre tus brazos y escucho como el planeta se rompe, y veo con mis propios ojos la mancha en el océano y noto que falta la respiración, angustia, del sentir en mis propios pies las dagas en los refugiados, a la vera de la mentira institucional de cunetas y tigres engendrados por dragones, de polirreligiones, de sofá y sillón con múltiples tapicerías, si en ésto, mientras ríe la carcajada,  y los otros arrastran los cuerpos, mutilan órganos y se avecina la estación de la primavera en Praga. IV Los otros y aquellos que sacan la bola de arroz de la boca, v...

Ducados negros para el Duque Blanco.

XXIV Yo, que pierdo la vida cada noche Y el horror de ser yo me decapita Quiero aprender de lo que resucita De este sagrado y mágico derroche Salvar mi sangre de la sed del lobo De uña y de colmillo ensangrentado Por este mundo cansado y  malvado Donde florece como una luna el diente LEOPOLDO MARIA PANERO. Entrar en el supermercado con el intento de colmar con un paquete de gomilonas esos arrecifes coralinos que forman islas en mi pecho. Hace frío, es el aliento de la cámaras frigoríficas que se adhieren como una piel dentro del hueso, alelada doy vueltas al universo de un pasillo  y por unos momentos Bowie musita Space Oddity creando una alianza al hilo musical que fomenta que los compradores de azúcar seamos por un dedal astronautas  que gravitan absortos entre los jardines de las conservas, las flores de galleta y el chocolate terráqueo,  de la inexperiencia  de rotar hasta caer  con el juego de siempre, ilus...

Llueve.

I El olor de la lluvia.. No cabe en ningún poema. II Como piñas dentro de la hoguera los truenos de Poniente, dan apoyo logístico al temporal. Y sabe lo que le explico que de todo lo imposible es, que el olor de la lluvia pertenezca al poema. Podemos recitar tantos trastos y recuerdos, imitar la caída y las calles anegadas  con la evidencia  de recuperar el tacto de la madre, los besos de los niños en una formación libre de métrica. Lloverá y el gris será un gran parasol de una compañía americana anunciando un refresco. Pero, no olvide que el dolor media entre los versos con el conocimiento de que existen formas de la vida raras imposibles de reproducir. III El olor de la lluvia. No cabe en ningún poema.

Justicia de salas.

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Cae la taza y se rompe en mil pedazos por la voluntad de los que se apropian de la vida. Yo, mujer universalmente al interés. Saco el brazo en alto con mi letra a puño  y reivindico y aunque parezca una pantera dormida alumbro ramificada en beneficio de la no opresión. ¿Acaso piensa que mis manos le pertenecen y que sólo puedo observar la aurora que crece dentro de la garganta? Tengo identidad  que me hace ser humano y no mercancía, en este selva de postureo y deficiencia presupuestaria. ¿Cuántos cuello rotos en el parque? ¿Cuánta amapola saliendo de la herida en esta fustigación de siglos? ¿Cuánto cisne anidando en maniquís bajo tierra? ¿Cuánto poema orinado de sangre? Dónde no hay una religión clara a tanto abatimiento, dentro de morgues expuestas las mujeres, la infancia, el oprimido que caen en esta guerra en cuentagotas disfrazadas entre los tacones del acero de primera plana al mutismo de las madres expulsadas del paraíso, exilio etílico, del c...

Filosofía a muerte.

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Culebra alga dentro de la pila de un fregadero atorada agua con desatascador huracán terminología de fraguas en dedos y piezas dentales coge tu avión bajo nube y abanico corre corre corre que todos los corazones arden. Saca de raíz este músculo y trae a la costilla el hierro  de la guerra pesamiento vomitando las rosas y de sus púas la extracción de la gangrena de cada una de sus palabras. Eres soldado. Y morirás amando. philosophy ad mortem http://www.daseinestudio.com.ar/filosofia/

La corneja de las plumas verdes.

En los árboles cantan los escorpiones trinos de aceite con acento ronco de madera. Y en su melodía de guillo, tina sube la araña con pulpos y tacto. Es el mundo de la extrañeza de vaciar cuencos, de reciclar bolsas, de quitar el hipo con un trago de agua 1 2 3 4 5 6 7 y respirar al cabo de siete segundos. Parece que anuncian lluvia y se visten de mechero los montes crematorios para salir victoriosa de todas d e t o d a s las habitaciones de mi pasado.

La daga.

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I La existencia de mar en corazón macro de embalse aguardando el cadáver de ese viejo romance que como el tren se marcha por las entrañas y que en descomposición va pudriendo las paredes del órgano impreciso. Amor mío, dónde mora su palabra en este vaho de silencios naciendo por las rendijas  de baños sin ventanas. Amor mío, la última conversación de teléfono se repite en la mente como una lluvia de  danza fuego  de la falsa afirmación de que nos alegrábamos de la fisura de nuestras. Me visto con traje de amianto. Me maquillo con sombra de trapecio y a veces paso por su morada con el alero de mi vista mirando al frente y sabed... que me saludan las prendas que colgadas son banderas de firmeza en la vida que sigue su curso río, destripada en onda, calamidad alienigena de la esperanza, camino, y su temblor me habla y me dice adiós entre costuras de moribunda, amor mío. II La gula de tu cuerpo con la torpeza. El estambre de la crucifixión. El t...

Llévame a ver la ballenas que nadan en tus ojos.

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I La afirmación de la imposibilidad de contar las estrellas en constatación. II Sumergida a ti los delfines nos miran a la cara y cavilan los anómalos, los danzarines de un mar de tela. Me giro en coordenadas y la vela se agarra a la madera en nao constructiva, haciendo que en la cicatriz supures abisales verdes de praderas marinas. Si en tu pecho he de hallar la perdición, si en este desnudo, las cartas juegan un papel importante, de ser caballo o sota según las calidades humanas de la mutación de como dos microorganismos se aman. Las copas bendicen nuestra unión, con el siete de espadas que en lluvia de acero nos cose las manos, los pies, en un estigma de amantes sobre la geometría de los maldecidos. Ratifica que tu océano vive, que las ballenas nos esperan allí a lo lejos, cerca de galerías de bocas que devoran el pan de los turistas con gafas de marca. Que en esta arriesgada cuece cada órgano tu nombre en olla, y se purgan en animales fluorescentes de v...

Despedida de la Regadera con el recital conjunto. Lladó versus Vayá.

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Javier Vayá Albert y servidora fuimos los encargados junto a Fran Picón desde Zaragoza con la presentación de su poemario "Instantáneas entre penumbras" y con el remate de una apoteósica y participativa JAM, los artícifes de tras más de 5 años de actividades culturales en la Regadera de dar el cierre a un lugar emblemático del Cabanyal capitaneado por la poeta y gestora cultural Beatrice Borgia que hizo que por sus puertas hayan pasado diferentes voces y gente de todo alumbramiento.  Un local vegetariano que no dispensaba Coca Cola y que tenía en sus muros arte hasta en el mismísimo inodoro.  Javier Vayá, lo descubrí en un recital a dúo en  Ruzafa, y ambos admitimos que sin conocernos la química para trasmitir no fue la adecuada a como nos gusta entregar nuestra alma a la jauría. Por eso decidimos que si el destino poético nos daba una oportunidad, nuestra amistad ya se había consolidado, iba a ser a muerte con la misma intensidad que amamos la vida.   Javie...

SIEMPRE POESÍA : Lluïsa Lladó

SIEMPRE POESÍA : Lluïsa Lladó : Los animales de almas en celo   Usted ha tomado las manos y en la lección de los amantes ha enseñado antes que la gula de la carne ...

La eléctrica.

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Ratón de ala. Deseas que crea que soy un ratón de ala yegüando espíritu, en el asentamiento de una silla, con la prerrogativa de no saber quién de los dos útiles es más silla, cuatro edulcorado en la ubicación inversa patas y déspota del que aguarda sin medida un destino que viaja a través de los cristales del metro. Pero, aunque el tentáculo vira su cola, no soy ni por un momento ratón de ala que huye del agua de su futuro, hace tiempo que el caminante existe en cada tejido nervioso, vulva y estertores y se hace llamar mi tiempo, entre la vena papiro, la miel de estaño, la hoz mechón de tijera, no, en la indispuesta más rotunda de amaneceres tras la cortina de ducha, con los faros de los coches en abismo, negra en sal de nada para el todo acuático, ratón no sin simiente ni en su alcantarilla de nenúfares  que emanan el escribir para un ser. El aroma de los que quisieron sentarme y no pudieron. -No, tú ya no me sientas en ninguna silla. Ratón de alacrán. ...

Afroarescopia.

I Cuidado temerosa, cuando las piernas adentra en la marisma por la dificultad existente  de distinguir entre las anguilas y los guijarros. Ande usted con ojo, el cuarto o el quinto, con el deslumbramiento del sustantivo, aro, mata, cinta, cuello, en su pose de Lord con la voz entintada de jibia, con el labio henchido por el cuervo y su lengua. Cuidado mujer de Loto, que este tablero tiene trampilla y algún que otro hoyo debajo de la hojarasca. El fetichismo los une hiedras a su sexo bajo el cuarto de luna de la mirada poética. En la penumbra de Julio, en la habilidad de la maniobra lanzan las redes en telarañas  y arropan el coseno los jazmines del embriagador polonio. Como una llamada a su templo, los trópicos viran y los automóviles carburan su gestación más metálica y el cuerpo empieza la mutación  de manos y cavidades opuestas haciendo relojes.

Muerte súbita.

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Si fuera y no fuera en la estadística del predecible y nefasto resultado en re-cuentos de votos, devotos en orgía de pieles, sabed usted y su sombra que si fuese y no fuese, mi árbol ardería entre su leño y sería la inmolación delante de la sucursal del goce proclive, de las barras, de las porciones en un gráfico de diario provincial con el sudor haciendo mezcolanza y los gemidos, puertas descolgadas a la voz de las corrientes del desaire. La movilidad geográfica de los números pares en sus manos de Tambaleasteis contando la abstención, y es que pasan los meses, las mesas, las lunas, las visitas a la peluquería, y late en el pecho un clavo ante el fotograma en un intento de abdicación. Pero hace calor y el kilogramo se añora, como la mosca que pulula cerca de la profanación, en surtidor para el coche sediento antes del camino al Shoping Center, en atmósfera del planeta rojo de tu inmensidad de cosmos atrapando la estrella fugaz, di que sí, a la quema de la lumbre...

Revolviendo.

I en la playa los niños-viejos juegan con la cometa marchita en este casual cruce  con la hamaca que resiste a pesar del óxido niños viejos que fueron enlace y ahora comparten los huecos de una furgoneta con los naranjos con olor a insecticida encadenamiento del pasado que se resiste a abandonar el portaaviones de viejos niños al amparo de diálogos que como visillos ocultan el aire de  niños viejos que ofrecen su cuerpo para la gula sexual de la vacía, de la histerectomía del corazón, de infancia en volumen de cuarentenas, de manos pasas, de hombros magullados. II si hubiese un número de teléfono para llamar, y albergar alguna en cielo, una posibilidad remota a control, un coche teledirigido con mis pestañas en la bodega, para rodar como un balón entre las piernas de lilas, con microondas sin cable en los bajos de un contenedor, o una sandwichera con sus fauces abiertas  con restos de lástima y palabras de cenas en precariedad. III niños viejo...

Hi ha silenci a la casa, falta la teva rialla.

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"Parle per tu, ara intente parlar per tu només, excloent la possible proclivitat a vanitats presumptes. Jo sóc Ningú, i ningu m´anomena." Vicent  Andrés Estellés. La rialla berganta viu com un fil a vorera de la boca somnis de llavi fets de carn i tendresa. La teva rialla a la costa dels gots de fang de Portol a prop de la curiositat de la terra, de les bimbolles de la mar, de l´escuma de la ràbia del llop, de l´aliment que per primera vegada tasta la llengua i que poruga s´amaga darrera la cova d´en Llull. Torrentada mascle núvol de la cara dels ulls que son negres pedres de riu home amb la teva rialla  com un animal ferit amb máscara nua fruita que convida a ésser mossegada del presoner abans d´alba per calmar la fam de la forca. Que sap l´arbre que la mira,  i el pa del pare i el record que xerra a la nit quan el melicotó sense pell puja a la rama, rialla amunt, rialla abaix i mai tanta alegria em sap a tanta mort muda de espant dins aquest si...