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Mostrando entradas de agosto, 2015

Rigor mortis.

I Una niebla de humo de tabaco, emana la peor turbulencia para la mujer avioneta que se estrella cada vez que regresa al hangar de los muertos. II No soporta el puesto interino, ser la contratada por las circunstancias excepcionales en esta cloaca plagada  de las fotos-cebras, de los fantasmas que recorren los pasillos, gentío, que construye un descampado con vigas de huesos de elefantes, y que nunca terminará de pudrirse en la esquela de un periódico. Morar aquí. Muerte súbita. III No me gusta ser fumadora pasiva y que mi garganta se inflame del llanto que nunca de niña vino a mi encuentro. IV Porque anciana una no se hace con las canas de las manos. Nacer vieja, como una momia compacta, cuando la sorprende liar con papel un cigarrillo y la casa apesta a dalia. Por muchas flores que lance nunca dejará de criar cadáveres. Y en la bienvenida nicotina hazte santa con rigor perenne de hoja procesada. Hazte poderosa y aguanta, una lun...

&Londo-niar.

En esta ciudad,  llueve, la gente amable con mi persona se agradece, pero, no entiendo ese rechazo hacia la línea recta. Llueve, llueve. Más lluvia. Ignoran que entre dos puntos  el camino se abrevia. Llueve, y no para de llover. Laberintos para el bus, para el control de seguridad, para acceder al aparcamiento. En esta isla carretera más corta entre dos mundos es la libra esterlina. Llueve.

As de corazones.

El problema de enamorarse de un espíritu libre, es el libre, lo otro es indomesticable,  libre viene  de libro, de librar batallas, de días festivos marcados a fuego en el calendario. Me dejo "colocar"  por ti, tienes cada una de las facturas físicas, pero, mi orgasmo sólo acontecerá si dejas el bramido del folleteo y empiezas  a barajar una partida de cartas digna de las Vegas donde se juegue por amor. Lo siento, padezco el síndrome de la sirenita.

Pacto de silencio.

La telepatía del poema leído en las redes sociales fotometría arcaica de las sumisas y los encarcelados arañando los muros para escribir, dibujar, sentir el pacto bilateral de la frígida cuando he sabido que tu cuerpo ha aterrizado en otra ciudad. Debes comprender que llevo  la cartilla del paro de Frida. !Somos viajeros¡ Hay que quitarse las máscaras, el envoltorio de la moralidad con un hombre de tu ralea. Nunca me ha molestado. Ya sabes, pues, que mi cuerpo vara en otros muelles silenciosamente. Y no comentar por respeto nada al respecto.

No hay fusiones ni infusiones.

La telegrafía del poema, la puedo laurear, pero te gustan tanto las plazas como a mí, las tres rotondas de azúcar en el café. A través de los poros de cada una de las glucosas ilusorias. Mutado insecto transitable que con parsimonia va envolviendo a la presa con hilo de sedal creando el capullo a tu insana apicultura, haciendo una colonia enmarañada de árbol con el fruto de las ninfas. Acaso, no sabías que la mariposa, es la asesina de las flores.

Salida de emergencias.

Hoy te pido un deseo entre verde y lila, tal vez como la lavanda de las medianas  de los jardines municipales, donde con el piar de los gorriones obesos, los niños son los columpios y los toboganes no conducen más que  a la grava, a la g r a v a. Aquí, no existe puerta trasera.

Ricky Vikingo.

I Rindo homenaje, levanto la copa por cada una de sus conquistas, cortadas por la misma guillotina. Ya no sé si éramos así, o él, nos ha convertido en compota de Valquirias. II Recuerdo mi negación, no deseaba pertenecer a la sombra de su alón, no quería, me enfurecía rabiosa, chillaba entre las coles, rompía vajillas, pinté calaveras por las calles sin alumbrado. Recuerdo como a una hora, que no consigo recordar cual, decidí subir  a la nave. ¡Una más! Qué lástima de intelecto, tú que eres, dama de piedra, del poder que sean ellos los circuncidados.

El sarpullido del amor.

I Tu boca, dragón de agua, siempre con la fluidez gélida y la melaza de tu lengua, exento azúcar en tu despensa vetada. II Nunca he entendido, esa manera de dar  la espalda, de despreciar mi presencia en las gradas de los circos romanos. De negar mi existencia d e b r a g u e t a.

Bitacora de Londres: Vuelo

I A mi lado izquierdo dentro de la ballena de una línea aérea; un matrimonio mal avenido, de esos que aparentan ser felices, con su camisa impoluta, con los zapatos de ante sin mácula. Españoles que pretendían ser anglosajones en su estupidez de viajar con los brazos cruzados. Había tan poco sexo en su posado que apenas un roce antes del despegue. Tanta soez, me recordaba a un plato de macarrones sin salsa. El no arder lo que somos. II Sobre sus rodillas yacían dos libros y ninguna rosa; parecían los Amantes de Teruel (Y no acabo la rima). Ella, Gabriel Márquez, con sus cien años de soledad marital. Él, Vargas Llosa, fiel lector a pesar que a la vejez Ébola se haya letrado rosáceo. Si fuese ella,  como fui yo esposa de similar estrago, al bajar la escalera solicitaba  la disolución.

Punto de partida: Valencia.

I La terminal  empieza a desahuciarse del verano, con sillas vacías que esperan. II En el aeropuerto el móvil conoce la egolatría de todos los enchufes disponibles.

Dorada Day y su decadente vida de single.

En cuestión de citas, estoy apañada...En dos años (sin contar los encuentros con colegas, los cuales veo como a hermanos, y que cualquier lascivia supondría incesto) ; dos citas. Bueno las que encabezan los poemas, esas frases famosas de eruditos, poetas o filósofos, de esas tengo más, pero no cuentan. Primera cita: La primera fue en septiembre del 1989, él quedó conmigo por temas literarios, pero, pronto pude ver como le asomaban las orejas de la licántropía Era un remilgado a la enésima potencia. Se proclamaba chamán y salvador del mundo, metido en gestas hipotéticas. -Yo, ego sum , POETA. Definición de poeta: ( Del   lat.   poēta,  y este  del   gr.  ποιητής). 1.   com.  Persona que compone obras poéticas y está dotada de las facultades necesarias para componerlas. 2.   com.  Persona que escribe obras poéticas.  Según él era famoso, supongo que en su comunidad de vecinos; la verdad acudí resignada en ...

Código de supervivencia o survival codice.

                                                                                                                                                     No soy la geisha de nadie. 1. La luchadora pugna la espada. ¿Acaso no conoce el arma de una sonrisa ? 2. Aparentar sumisa como un tigre dormido, observar entre las matas y sólo atacar en legítima defensa. 3. Se convertía en un centauro. Era yo la parte humana que a horcajadas montaba a la bestia. 4. Amazona cabalgando en una senda extraviada. 5. Los guerreros no descansan, de estandarte un libro con acuarelas. Y escribimos en la papiro...

El mar montañoso.

Qué tiene o no tiene o demasiado tiene que se detiene. Nunca sé  la razón de sus acciones, calla cuando debe parlamentar, y me acaricia en el justo momento de que voy a morder con la indiferencia. En este juego de rol, entiendo pocas ninfas aunque los dos seamos del mismo idioma. Un día, preguntó: -Me tienes miedo. Y mentí. Sí, le tengo miedo, temo convertirme en un fósil dentro de una cueva salina.porque cuando le miro: las libélulas se guarecen en parajes remotos, el chorro cae como de una jarra volcada en una alianza prematrimonial  en cataratas  de agua bendita. Observo los árboles, el musgo,  la tierra fermentada por las lombrices Veo, en usted, la montaña. y yo  soy  el mar. Sí, padezco el vértigo ámbar, te tengo miedo y tú los sabes.

Cenar plutonio.

Incalculable la belleza en el extermino de la luz, al contemplar las caracolas como flores ramos de sabana. Deambular por la avenida, y dos cuerpos adolescentes que se besan, abrazando la soltura cordel de sus miembros. La fugacidad de la hoja  en la tempestad; la incertidumbre del mosquito cuando quiere atravesar el cristal de un coche y estampa su vida raquítica con la sangre humana. El pájaro desconcertado desplomándose contra la acera; acaso, en la destrucción no existe borrachera, no arrecia como un caleidoscopio éste, de poetas suicidas en la lectura de cada verso, que se encienden y se carbonizan arrojando desde su boca arquitectónica la lava incontenible. Vivamos, pues, sin temores el movimiento de los continentes. El insecto de procreación, el verde esputo ante la rabia del huracán, la juventud efímera y tantas armas de destrucción misiva que metemos a pies puntillas en calzadores, galápagos de redes. de la grima palabra poetisa. Todo empiez...

Tentáculos.

Qué le ocurre a una sirena cuando descubre sus extremidades. Qué siente... y en esa encrucijada de tobillos y rodillas tiene miedo de la salamandra, del vuelo del búho tras el espejo, pero, sabe que en ese faro empieza el camino. Podemos censar las salamandras expuestas como estrellas pegadas en los muros, de las pupilas dilatadas con que bajo la colina, igual que una guinda sumergida en veneno, aún con las rótulas temblando, del olor de él en mi manos que exigen guardarse con los guantes de la cordura, pero el infierno tiene pasaje de vuelta, es una muerte azucarada; me entrego como si lanzase una carcasa por el acantilado y las olas rabiosas gritaran calcáreas: Le amo, le amo, le amo. Y así concibe la mujer que descubre las debilidades del Parnaso, el chocolate de una tarta nupcial en la droga más dura, la piedra más adorable de la Isla de Pascua, anillada a mi biosfera, a mi piel de trapo-polilla una vez que he huido despavorida del olor de la muerte, de...

La oda de las malvas dormidas o el juramento de Iseo.

I Podré arder reencarnada en una astilla  y que el fuego plagie al incendio de esta llama que al cerebro llega para quemar la fotografía, la película de tu cuerpo enzarzado con el mío. Antes veneno. Que volver a volar sobre tu tumba del hombre comedido. II Antes azufre, que volver a explorar las tundras, beber de las marismas encostradas de recuerdos por la sequía de la piedad. Qué bien se le da, administrar con un cuentagotas la sal-vía-crucial. que bien dosificada mata con la mandrágora. III Antes gasolina, polonio,  mercurio fragmentado que escupe su boca. Se marchan los soldados sin armas a la guerra, tenemos agua y no hay vaso, para beber como un animal de la charca. Veneno. IV Porque es gentilicio de un pueblo inexistente, la falsilla de los reglones torcidos, las líneas eléctricas que amputan a los pájaros. Plomo. En cada zapato y nadar. Para morir lúdico en este barco de vapor por el río Mississipi de pociones...

Algún día me perdonarás.

Apreciados esponsales: Reconozco que no he sido vuestro plan previsto; que no ha habido silla para mi descanso ni mesa que sostuviera el plato eterno. Él tirano, frente a mi vientre nube, henchido por su semilla, ya acordaba el preludio de otro embarazo, igual que una luna que arrastra más muertos a la orilla. Los días en que sentada en el sofá mi cuerpo como una flor mustia escuchaba los ecos, y sin fuerza, apenas, se movía el molinillo  de mi sed incapaz de apagar una cerilla. Recuerdo como me vestían, la dictadura de la hiel dibujando mapas en mi cara. La soledad de la mesa. La soledad de una silla. Y ahora ante la comitiva en moción de censura. ¿Entendéis todas las palabras que callé? Que tal vez me casé hastiada, que los juncos nacían atravesando la matriz, qué tú querías en pacto matrimonial una mesa, una silla, un mueble. Y yo solamente tenía la llama incombustible del fósforo que paría poemas.

Volver a nacer.

Ha sucedido el tiempo suficiente para expresar que empiezo a experimentar la libertad de la cloaca. Una década casi fue los años enquistada en un sótano  que me hicieron sentir una rata. Una rata, que aún añora la jaula, la cáscara de la pipa, la rueda de Sísifo, que esconde la fotofobia  tras unos cristales polarizados; que todavía en su coro interno escucha  el martillo de la dignidad y del trabajo; pero en ese redil ,más que eso, moría la retina. Volver a sentir los sábados, el cielo ya no es una lámina de fiesta ni el rebaño amplificado movido por las onomásticas  de los féretros en patrones de ancla. Empiezo a parir la anarquía de la huida de la fábrica, de la respiración fuera del aire acondicionado, con esta rata gestada que aumenta de tamaño, que crece desde la complaciente de tacón y mechas, hasta la autónoma de pagos trimestrales; crece, crece, rata salvaje, desbocada por la calles, detrás de los contenedores perdida de tantos ...

2001: A Space Odyssey.

l La materia inorgánica forma parte de nuestro entorno trastocados caracoles nos metemos en autos, veneramos las formas humanas dentro del plástico y el vidrio. La materia inorgánica: en la silicona de nuestros pechos, en el titanio de la cadera, diu o lentes de contacto que embuda al perímetro, o, el implante de nylon para que no vean lo calvo que te has vuelto por el a.d.n. de tu madre. II Nosotros queremos  trasformarnos en máquinas para no envejecer nunca. Las muestras de afecto forman parte del instinto primario de los seres, así que...da caricias que sepan a pétalos, y no a la materia inorgánica: en el salvaslip que flota en la playa, en la colilla pirómana del bosque, en la botella de pvc del jardín botánico, en toda esta jauría metida en los ríos. Paremos de joder al ecosistema con nuestro sueños fustrados de inmortalidad.

Individuo y colectivo.

I Soy una isla y no me importa afirmarlo. II Levanta la mano. Levanta la mano. Levanta la mano. Levanta la mano. Levanta la mano. Levanta la mano. Levanta la mano. Levanta la mano. ¿Es el pueblo mudo un bosque inanimado?

Espacios.

Este puñado de tierra lleno de semillas, estas ramas en forma de extremidades, de emboscada: como, duermo, bebo, despierto. Este campo de pellejos que tose ante la invasión, pintada en homenaje a las cíclicas festividades; nosotros, cobijados páramos en las cuatro estaciones. El desierto silencioso avanza... Qué puede hacer esta piel con movimiento, esta carcasa de escarabajo llamada mujer humana, más que volver a la arcilla y volar.