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Mostrando entradas de marzo, 2019

Exposición Laura Serradilla-Fundación Albir

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Recuerdo la tarde que la maravillosa pintora Laura Serradilla me pidió poesía vinculada a la metamorfosis. Fue una petición que me ilusionó muchísimo y constaté que las polillas y las luciérnagas  ocupaban un gran espacio entre la oscuridad y las dobleces de mis poemas.  Su exposición es totalmente sublime, compuesta por telas, pinturas y bordados. Y vale la pena visitarla hasta el 7 de Abril en la Fundación Albir porque la sensibilidad femenina, la transferencia y el tono rosa nude, símbolo de la tez, contrasta con la negrura, en lienzos de grandes tamaños y el universo alado de las mariposas para representar el proceso del nacimiento y tal vez la muerte de lo que antes significaba.

Eloy, la introspección hecha poesía.

Se llama Eloy y es un gran Poeta... Imposible permanecer impávida a sus versos. Un universo surrealista de los recuerdos que son antes de ser. El cerebro humano como un hogar, un hospital claustrofóbico, casas que fueron en traslado. Y sobre todo el amor, el amor a sus padres y la negación constante a la evidencia. A la ley de la vida con la muerte antes de la muerte y la enfermedad como telón de fondo reiterada en paisajes de atmósferas opacas. El hombre frente al espejo, al retrato de la desintegración del ser humano. Y la lucha a no rendirse y a testificar el legado de una despedida en forma de diario, que encuentra su cenit en el mar. Parece que el poeta y amigo Eloy continúa su contienda con un libro sanador de una victoria. Que es la de haber escrito poéticamente, entre lágrimas no derramadas, el dolor de la pérdida con un lenguaje rítmico y verbal, y de decadencia (con su elefante gris, los parques mudos, la iguana...) tan cortante que lloras inevitablemente. Y lo lees tanto en...

El pollo se come con las manos.

Pides la palabra, vestida o trajeada yendo al trabajo en bicicleta. O en una limusina con chófer. Y cuál es la auténtica. La pura que acaba en copa y puro. O la de las hileras paradas en las estadísticas. Tú luces marca o prefieres la huella de los unicornios. Metida en litigios, gargantas secas. Mutilaciones en manufactura. Vástago de ritmo y podredumbre en los cantos. Con la nicotina y el bote de lentejas, succión del hambre. O prefieres la poesía de canal de pago. Con hebillas de titanio y dientes de leche. Y mesa para dos en el ático más alto de Madrid. Quizá tú no la denomines poesía. Si agoniza en el sanatorio con una enfermedad letal. Si presenta convulsiones . Si huele a perro abandonado. Si brama por el muerto muerto. La huérfana es la mía, la de ojos de ratón. Silenciosa de día. Pecaminosa de noche. Con trapos y turnos discontinuos. Bisexual. Trampilla y ludópata. Sin discursos. Ni un chalet, ni donde caerse muerta.

Ta, ta, ta.

Porque quieres que sea una rata frente al gato. Y me quede quieta con una orden de desahucio. Esta gota de grasa en la cocina. Una tara textil. El poro negro encima de la nariz. Ta, ta, ta. Una rata gloria, pequeña en el pavor de la orquesta de los coches. Los rascacielos de Brooklyn. En el foso del bolsillo de una rebeca. Ta, ta, ta. No puedo. Debo continuar. El instinto de lucha precede. Mis manos, tomates maduros. Los ojos, balas de heno encendidas. Mi cuerpo, látigo incombustible. Ta, ta, ta. El deseo de una noche sin la estrella impertinente que despista al buzo cósmico. Que con su tez de neón ciega la paz del que vive en el engaño. La ola gorda y fea. Se aproxima. Quieres que sea un ratón, mamífero de crías, en la bodega de un barco borracho de agua y sal. Ta, ta, ta. No. Ta, ta,ta. Yo me levanto hasta muerta.

Festa plena

La ciudad bulle con la fiesta y los petardos van destronando al silencio, con las correrías infantiles. Y tú, de corazón isleño, no puedes evitar que su algarabía te atrape y sientas que Castellón ha pedido plaza, hueco y aparcamiento en este alma de selva. Te has emocionado cuando la romería ha pixelado el paisaje. Y te has embriagado con el olor de la pólvora. Tal vez nunca pensaste que podrías amar a dos tierras a la vez. Como a dos hombres. De su arena porosa. Y de la música, la música de la gente que recogió tu ser de las aguas del Nilo. Bulle la ciudad. Y amo a las dos tierras. Y soy en la determinación de la identidad, concubina del sur y "mallorcastellonera".

Una gota azul en la leche.

Es hora de mudar de piel. De ingerir el suficiente antídoto para que al poema le nazcan protuberancias. De sabotear al temor mar del que priva. De que el único veto  sea esta madera nogal que levanta hacia las uralitas la hoja, fruto de la cicuta, que narra tus narcotragedias, tu cine de actor feo, tu poesía como la cirrosis de todos aquellos que te reniegan. Qué tendrá la espora. La asociación indebida. Las lenguas con con-fitura. La leche agria del que te apunta con un lápiz y te lo mete en el ojo en un acto de amor. Es el momento de soltar mis huevas al río. Eclosionar de accesos. De mirar y rarim al espejo. De creer que me sostienen si mis piernas-bases son de hormigón de rascacienos. Hora, de sacar los perros a mear. De besar la boca de las medusas que me ahogan la glotis. De accidentar. De amedrentar. De pintar de mármol. Mi dignidad escribiente. Tú, no eres más que eres no. Y te subes a la noria. Y caes p...

Nuevo proyecto "La complejidad de Electra"

Qué paradoja recibir el día del padre (mi padre se llamaba José), el acuerdo de mi próxima publicación. De nuevo con Ediciones Torremozas, mi tercer libro con esta emblemática editorial. Un poemario totalmente distinto al anterior. Descarnado, humano y de sal en las heridas con el alargado séquito del legado familiar, religioso y de la escuela. El conflicto moral de la infidelidad, no sólo a los seres que amamos sino también a nuestros preceptos o ideales. La identidad femenina sobre los traumas generados por la represión y lo que ahora ya no es tabú, gracias al esfuerzo de las nuevas generaciones. Los conflictos maternos. El dilema del hijo por amar y odiar a la figura paterna del maltratador. La evolución de la mujer donde ya no es pecado amar sin compromiso. Con citas de personas que admiro por muchas razones coronando cada poema. Y exaltando la liberación de la argolla del pasado como un círculo vicioso. Un poemario de la gente. Accesible. En que muchos nos encontraremos reflej...

Amor vegano

El amor no viaja a las Vegas en invierno. Se queda pegado a la pleura. A la piel de las uñas. Con la descamación de los elefantes. Quieto como un bulto detrás de la oreja. Porque de nuestra desventaja hacemos el suficiente techo para que la lluvia de los pájaros. No cale la malla que enreda tu cabello con mis yeguas. No importa si el ciprés ha perdido sus piñas. Y que la noche devore la blancura de nuestros ojos. Ya sabes que la descomposición de las órbitas, el temor. Y los bucles que nos asfixian cicatrizan en la médula. Pero te quiero así. Más de lo que te imaginas. Casa pared de tu vida. Vida casa de mi pecho. Pared de carga. Pilar. Nuestros demonios se besarán en la boca. Y se quedarán sumisos en la cocina. Y ellos se aman. Y nunca se irán a jugar al "blackjack" dejando las cuencas vacías. Ll.Ll.

Crónica trófica

Llegas del trabajo ojerosa, que nada tiene que ver con las ramas ni con las flores. La axila, resguardo en un pijama de franela. Mientras recoges tus pedazos de cincuentona. Y observas a la chica de Vodafone que de ángel pasará a modelo de cremas micóticas en sus pies de atleta. Y susurras al caballo loco que vive en la trastienda de tu mente. Si vale la pena el destierro de aquellos que te ignoran igual que a una pastilla de jabón en manos de un hombre sin garganta. Duelen las palabras que se grapan a los papeles sin sentido. Pero después del aseo polaco una aprende que en los centros comerciales también existe la primavera. Y qué no es más sabio el que lee o escribe. Sino el que de sus sobras hace fiestas detrás del cristal de los perdedores. Una escupidera: tu rostro. Para aquellos que creen ser mejores que los muertos. Sucia del cartón. Y marina de cuerdas. La poesía también trabaja en los suburbios.

Tv

Esta noche has cenado el televisor con el tapete que vivía bajo sus tripas. Y desde el estómago han empezado voces a retransmitir un partido. En donde no se sabe si es un balón o una cabeza sin cuerpo la que rueda entre las piernas de los jugadores. El cerebro que habita afuera. La música de lo inagotable en el corto circuito de la palabra. Tú observas las imágenes y respiras el sabor a polilla que se cuela por la tráquea. En la azotea interna de las parabólicas de devorar con los ojos todo lo que comensal vierte en hora de ajuste. Tragamos defecación y noticias piratas. Y nos olvidamos de las promesas como peces en el agua. Cuando del quejido digestivo hacemos el acopio de que la realidad existe un programa más tarde. Y el cambio empieza con la redención.

Rotala

Te has mirado al espejo de Venus Y de café las pupilas han florecido de lo que va sucediendo en el transcurso. Tu ala rota. Tu ala rota. El veto descarnado que lees en la retina. Las invitaciones que nunca llegan. A bodas de muertos. Tu ala rota, ala. Rota. El gato que ha cruzado el paso de cebra. Una maraña de dedos con palomitas. La testosterona volando libélula. Miras en el pigmento repaso del instante que arrebata su ladrona de secuencias. Tu ala rota, tu ala rota. Te quedas en la ratonera. Debajo del musgo. Y prefieres leer en tus ojos de púas del color del neumático los eslabones que la vida sortea. Con el gato que pasa. Las palomitas por la moqueta después del festín. Y esta ala rota. Que te impide el vuelo. Y te hace recordar el olor. De la verdad excluyente.

Urgencias

Estás en la sala de urgencias agazapado en una silla quitamiedos. El hefor esparcido del almendro. las caras monacales mirando una televisión que corona el redil de la enfermedad de un plagio epidemiológico. Quisieras sanarte. Liberar la pústula de tu cerebro de la costra palabra, con la orden verbal que dicta: "Avanza, cae, escribe, escribe, escribe y recae" Parar este vómito de poesía. Y contar los muertos que debajo de tus libros descansan en pez. Tu mar te come a mandatos. La neurosis de los que somos prisioneros de la animal expresión de los átomos. De las guerras. De las injusticias. De las bandas organizadas de poemas. Y ciega, a bastón roto. Ves la disgregación de la paradoja. En este hospital, donde estamos un poquito idos. Y aguardar el turno del leer parco. De que existen poetas y razas distintas. Avanzar, demoler, pisar, difamar. No es escritura. Escribir, escribir y escribir. Lo hace todo el mundo. Luchar es lo importante. Palab...

Reseña de El arca de Wislawa porJoan Pinardell.

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Un poemario que en esencia es un encuentro de la poeta mallorquina con la gran poeta polaca Wislawa Szymborska, diálogo que tiene la función de búsqueda y de autoconocimiento a través de la confidencia, de reafirmación a través de la revelación, de constatación de que compartir un mismo universo poético, establece más allá del tiempo y del espacio, un canal espiritual de comunicación entre los seres humanos. Joan Pinardell. Poeta, pintor erudito y comunicador. EL ARCA DE WISLAWA Lluïsa Lladó Editorial Torremozas Wislawa me dio la mano para que no me perdiera. Ella pensó, otra que huye del Yeti y cree en el ser humano, y en la teoría de Darwin, que colecciona convulsiva: vivencias. Demasiados viajes para una congénere que gustó del pie izquierdo del zapato y a otra que con salones rojos es una Dorothy con demasiados guardaespaldas. Qué pena cuando un animal se extermina. La decadencia del cabaré y sus artes marciales.

HABER Y NO HABER

HABER Y NO HABER   En Praga los árboles por la tarde tienen un matiz azul que imita al canto del pájaro.   Supongo, que estar borracho sobre mi propia orina, con el miembro flácido y la boca con halitosis de estómago de desertor trae al cerebro recuerdos fugaces, combinados con el estado   resacoso de un cuarentón en crisis.   Siempre había deseado casarme con una rica, para que sufragara mi vida bohemia y mi necesidad adictiva de vivir del cuento, en una pose pseudorromántica , que algunos seres etiquetaban de vaguería zarrapastrosa.   Vivir del cuento, es otra forma de literatura.   Haber encontrado, a través de un falso amor, el mecenazgo   hubiese sido el anhelo más superlativo que un tío (que ejerce de poeta para ligar) con el culo húmedo y las pelotas mojadas, no puede dejar de desear.     Por eso Praga aparecía soberana en mis alucinaciones, después de la última correría de fulanas que querían cobrar antes de...

Polea de dos de marzo.

Achiqué lo imposible las neuras, los prospectos, el agua marchita de los calamares. Estuve día y broche anudada al cubo. De una manguera antidisturbios; el volcán mojado que en su madriguera supura acuíferos de mercurio. Como una noria de campo. Levitaba lo que en el interior permanece para ser brotado por la fuerza de las bestias. Cuánto cansancio acumulan las bisagras. De sacar nubes y navajas, mulas y geranios de un ciclo para mortales. Un día entre izar y expulsar, leí un poema de Wislawa. Decía que la vida de un cuerpo se paga con un cuerpo. Cambiar la bombilla. Regular el reloj al verano. Creer que vas por la senda y estar muerta de dar y recibir, con el giro molino de tus trazos Tener miedo. Y no decirlo. Y sí decirlo.