Qué llueva
Esta noche, la lluvia cría nidos de pájaros en el asfalto. De agua sostenida nota. Orquesta de monosílabos: -Ti, ta, ta, ti, ta, ti, te... Sacude su atino tejido tábano. Contra todo aquello que nos duele, el desprecio del que te condena con su tacón de aguja y te ignora, y sin embargo, cala de arriba abajo con su goteo zigzagueante de repudio. Escucha al corazón de la urbe, versiona su arritmia desde el cielo: -Ta, ti, ta, ta, te, ti, ti... Será que existen grillos en las nubes y mentiras pétalos naciendo del bótox. -Te, ti, ta, te, ti, ti... Tinaja tenaz y tinieblas. Gardenias de la tormenta abril, nana de perdón a los que usan cuchillos para cortar el poema. La voz títere de cada charco, reflejo del otoño caduco de la borrasca. Y tú, observando la caída del eco en forma de llovizna, cosiendo álgebra palabras a una website. Para entender el lenguaje acuático de la humedad consentida. -Te, te, ta, ti, ti, tú.