Anidada consecuencia
La evidencia de cada rasguño que el tiempo ha dejado en mis ojos, la rampa que fue colina hacia las estrellas, pináculos igual que el abeto que en Navidad se lanza al río, se coloca en el vertedero del mobiliario de ciudad. Para que de madrugada sea secuestrado y nunca más vuelva a presentir el bosque. Que la madurez pese como una cuchilla y seas valorada por el año en que murió un poeta, o dos, o tres. Buscan ellos el poema de fobia los de la herradura que envejecen tapando de cemento sus poros, y se arriman a la belleza, ellos que de tanta apología flotan mariposos entre las poetas que son los gorriones, las rosas, que detestan, escritos en el verso, mientras alzan la copa que mira a la firmeza del horizonte. Los labios de rubí, los dientes de perlas de las nuevas generaciones. Mientras en el vestidor sentada en una coqueta apuro el retorno; menos maquillaje, menos tacones ahora que la libertad me arropa. Comprendo que de los salones Versallescos. Q...