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Mostrando entradas de mayo, 2014

NOLUMA

A la docena de cada lustro-noche acontece un parto centrífugo. Un minuto de silencio, donde las banderas de todas las plazas de mi sistema circulatorio se izan a media asta. Lloro plasma. Nunca sollozo, siempre en mudez, brollan ellas vuestro líquido amniótico. Lloro. La medida justa de una vaso. Para que no se desborde en locura, con un dolor tan intenso NOLUMA que dosifico este duelo un minuto a medianoche cada día entendiendo el lenguaje de la Madre plaza de Mayo. Lágrima con partida.

QUO VADIS LOISY LITLLE LINE Y JERRY TON TON.

Habían pasado abrigos por la tintorería y mermeladas caseras, cuando alguien de la villa mencionó desconocer el paradero de dos diablillos que atemorizaban con sus duelos y experimentos. ¿Qué será de Loisy Little Line y de su acérrimo competidor Jerry Ton Ton? Jerry la temía como si fuese una asesina en serie, y no era más que un querubín de mofletes colorados y labios mordidos,  si sólo le faltaban sus pendientes de pluma para ser un ángel, no exterminador, por descontado. Dicen que en una de sus disputas Loisy en un acto de bondad le había dejado unas quinientas peladuras de plátano a la salida de la casa de Jerry para alegrarle el camino con la viveza de sus amarillos. Él tropezó, con tan mala pata de paquidermo, que tuvo un traumatismo severo, le salía toda la masa encefálica de la cabecita. Hasta los pajaritos querían comer de ella. Jerry Ton Ton como un campeón antes ...

Diversos diversiones conversas

I Aleja tu vista, acaso no percibes que soy gata jugadora con ovillos hasta despedazarlos. Y luego vino, eso que le llaman karma, cuando sucedió la cisne-idea de tener uno de alambre de trinchera. No tengo ojos. II Un gran logro subí a la báscula, voy rompiendo miedos de esa chica anorexia que llegó a pesar 43 kilos. El maestro con su arte quiromántico, leyendo las estrías, preguntó: ¿Por qué no querías comer Luisa en el pasado? Ahora, por suerte, como por dos, por mi espejo y su moldura. III El amor, en ocasiones, es una señal wifi algunos con tal de mantenerla acaban sentándose en el suelo, como una alfombrilla de ratón, gatos que se acercan hasta el límite exacto donde la señal no rescinda. IV Inmóviles tuercen la tecnología y apenas mueven su cuerpo. Somos eso, ondas  a la merced ida de la meteorología espacio-tiempo. V Te repito, ni lo intentes, quédate donde estás, me he retirado de la ludopatía. VI Un día salió el s...

La luz alada.

I Acaso no entiende usted que en cada poema su nombre se esconde en iniciales codiciosas, que estratégica escondo por tener prohibido alterar el silencio. Que hablo a guiños igual que las pestañas que peinan la córnea lunar, lunar de tu confín que recorrí voraginoso con la nutria de mi lengua, vértebra a vértebra. II Por muy quieto que esté el topo trae esta corriente arcillosa en forma de llovizna jadeo latente con acordes vesicales, con gusto a azafrán y un poco de arroz melancolía. Huye que esto nace en mí, sepa usted que hago miles de kilómetros a nado, meditación, trabajo con rosaledas de horarios y redes de bus de línea, alcohol y sexo fácil como el que mete una moneda a esas tétricas máquinas que por un euro te abastecen con un paquete de cacahuetes. Pero, si moraste en el Tibet ahora en tierra mojada el olvido sólo será efectivo con injertos de tulipanes en los viveros de mi zona cero, justo, en el corazón, Como fe arrancada para ...

La cabeza Etrusca.

I Fácil. De la unión de nuestros libros hubiesen, sin duda, nacido bibliotecas. II Entera. Viendo la dejadez parida después del temporal: latas, cuerdas, basura en definitiva, estoy en serio cavilando la posibilidad de que cuando sea incinerada  me porten directa al vertedero. III Rudo. Tozudo como un mulo, bello como un arrecife sin escaleras, mudo sin hiedra,... ¿Qué  es? Tú o Yo. IV Raciocinio. Cuando levanté la vista mis oídos estaban lo preciso para no discernir nada. Tan poco Tan poco Tampoco, fue lo nuestro. V Apátrida. La lengua era sabia, descarada inclusive, te hablaba con el idioma  del desprecio en siete tonos. Parecía un gato, atado a una lancha motora que no paraba de maullar entre el oleaje. VI Némesis. Él es el mejor amante. El mejor Poeta  metido en molde, no hay abrelatas que saque la gula que lleva en su interna decisión de ignorarme a palos. Sí, ya sabemos que vamos a fenecer. Sí,...

Tiras piedras a un cristal.

Y este silencio, esta resignada postal, mendicidad de ver la playa en la montaña. Cuando no escribes eres el poema ciego de la base piramidal y debo luchar contra el escuadrón de la muerte, el bombardeo de una guerra física páramo llamarte a cada golpe de cabina que cruce en la vía, de escupir tu nombre al beber de las fuentes, de escribir cartas para buzones sin sexo. Cuando desapareces tras la nebulosa y nada puede ser escultura de tu indeterminación, me entristezco como las jaulas que se quedan sin pájaros, sin pájaros que se mueren de sed y desaparece la luz de una caja de zapatos, palacio de gusanos de seda y sus orificios. Como ansío que esta preñez de ti se extinga en imperios, en botones perdidos de chaqueta, se ahogue en tierra como río seco. Desbloquea que no cometí más crimen que el volver la vista atrás antes de cruzar el Teseo.

No me creo nada.

Cómo hablar de victorias políticas, acaso no observáis que todo es un baile veneciano. Euforia y el depósito con nuevos profetas  invocando siempre sombras pasadas. Este pueblo de oídos balón, de forma humana en un recorte de papel, diario continuo de su inocente destino al matadero. La gente habla en sonatas de cuatros estaciones, y es en la calle en la calle, calle donde hable que no somos más que residuos en este ente de países cosidos  a base de grapas, pensiones y carreteras. Pues los que realmente ordeñan el mandamiento de la leche, son dónde la extrema  ha ganado reses y cortarán el fino hígado para dar de comer a los perros  de este núcleo: endorfinas, amianto y metástasis, a la calle, hay que salir a la calle. Siguen expulsando cálculos renales de las casas, de las fábricas, expropiando azoteas para antenas móviles que espíen hasta la última arcada. De esta obra de teatro donde todos han ganado menos el pueb...

Dedicado a Yolanda de Linares.

Imagen
Claudia nació sin abrazos, ella imaginaba la envoltura de la dicha, como una gata apoltronada en un cajón, buscando los ángulos de la pared, de un sofá, de arquear con vehemencia una almohada muda que jamás le retornaba el nudo. Fue creciendo entre pérdidas recordando el amago de su abuela cuando con la salud muy deteriorada aún cedía a soportar pesos y la arrullaba con el balanceo de una nana sin cuna. Sin abrazos, como el que nace sin boca para el pan, sin lengua para sorber el agua. Aprendió abrazarse a ella misma, cuando las fuerzas eran dientes de leche a punto de precipitarse. Aprendió abrazar en la piscina. Al viento. A los libros. Y de mayor hasta a las personas. La terapia del abrazo es el mejor pañuelo para las lágrimas que nunca fueron lágrimas. Dedicado a Yolanda.

Si hubiese sido Montecarlo. Todo hubiera sido distinto.

En el sureste francés besando costa mediterránea se hallaba un pintoresco pueblo llamado Narbonne. Su torre estaba intacta ajena a la erosión marítima y a los bombardeos. En esa población vivía una joven de aspecto descuidado llamada Odette, feliz en su establecimiento de legumbres. En la tienda tenía botes de cristal  con toda clase de alubias, con la licenciatura de poseer un ojo de lince que distinguía pesos, tonos y aromas. Odette estaba enamorada de Jean Pierre, el cartero que cruzaba altivo cada mañana por la villa con olor a crêpe y romero, dispuesto a que ninguna carta contrariase su destino. Gentil, y avergonzada a su paso, salía a su encuentro con una pequeña bolsa llena de esos frutos de la tierra que para ella eran el tesoro del milagro de la vida y el puchero, por supuesto. Pero él, lejos de agradecer el gesto la esquivaba veloz con su biciclo y se burlaba por lo inverosímil del hecho. Ella, en sus ratos de soledad elegía las semillas más h...

Flor y cultura.

Podrá la envoltura de la cala, el pétalo, el tubo tallo, la pequeña lengua verde sobrevivir al estancamiento de un jarro. Quisiera que todas las tazas tuvieran donde asir la esperanza que cada día viaja en un crucero de ser esa flor mutilada que ve en remedios caseros un día más de agonía. A una si no le hablan en metalenguaje poco entiende, pero menos mal de traductores que hacen que el cielo  mecanografíe nubes.  Un lirio simplemente de.

sin título.

Hay días que la amnesia me acompaña, hago cola en el supermercado, me pongo las medias derechas y hasta suspiro sin ese dolor en el lado izquierdo. Días que un hombre templado que acabo de conocer justo antes de subir a un tren (destino Semilla) me pide compartir viaje y le doy una negativa por respuesta. Con horas que se deshilachan por minutos,  donde no me acuerdo de tu nombre y hago piruetas con el dedo en la ventana escribiendo gotas de lluvia. Luego la tarde, con ese ahogo de luces, donde cada farola espera su disfagia y sigo con mi carcajada pendiente abajo. Cierro tarros, plancho líquenes y soy etérea como la pluma de las gallinas, escribo poemas a migas de pan, y ceno páramo en un rincón  de una habitación sin arritmias. Pero cuando cierro los ojos como en una maldición periódica, fase lunar de mi desdicha, añoro tu peso avergonzada del tiempo transcurrido que no cierra yaga galgo y  me  acuerdo  del  elefante. ...

Carta abierta desde el corazón de mi amiga Lola Almeyda.

Lluïsa Lladó y su fábrica de azulejos. He abierto el libro por una página cualquiera, al azar, como suelo hacerlo cada vez que abro un libro de poesía. Me gusta hacerlo así porque no hay que atenerse a la lógica de un relato, porque me gusta la sorpresa de descubrir en los primeros versos el impacto que causa el escalofrío de la primera emoción o la bofetada fría de la primera indiferencia. Azul-lejos. El título no me llega con fuerza, las primeras impresiones son importantes. Conozco a su autora de leer algunos de sus poemas en una página cerrada de poesía que compartimos. Hay veces que me asombra, me desconcierta, me plantea un interrogante que se me queda clavado de forma permanente durante un buen rato. Estoy acostumbrada a esos impactos. Estoy hecha a columpiarme mientras hago algunas reflexiones alrededor de sus versos. Mientras leo sus poemas procuro desligarme de su rostro, tratar de ignorarla. Desconocerla del todo. Si ella no tuviera esa sonrisa ni ese hoyo en las...

Antónimos y sinónimos de sol y edad.

Ella hablaba del hombre rima, entendía sus sustantivos pero, nunca el contenido de las frases. De la parra, la uña de gato, de la cruzada emprendida de apurar kilómetros Yo, no entendía esa clase de amor que era imborrable, que como un astro halógeno se apoderaba de sus ojos y vocablos. Hasta que un día perdí mi costilla en el asiento de un metro, y pude impertérrita y colmada de saliva,  subyacer al foso escrito de la lujuria. Y vi el verde de la hoja en vid ajena, y mi espalda fue un grabado ante el poder de sus dedos trepando gatáctico, músico que caníbal deshuesó hasta mescalina. Entonces comprendí, la comprendí, a ella, y esa pena perpetua, que no es consciente, pero irradia en una pupila punto. Dejé de entender las palabras y el contexto fue descifrado. También presa de un loco amor. Uva, araña, diccionario. Aprendí el temario de ella:  eternidad  con el estribillo de las olas a solas, olas a solas, asolas, la...

Bitácora de Linares II

Las nubes en manada a tu encuentro huyen y cerrada la tormenta no habla, sólo se escuchó el rayo (tu nombre) de otra boca. En estampida me distancio entre el grano y verdes sobre cueros cabelludos.  Los molinos avispados saludan a Eolo. Vira un collar de vagones. Gente que escucha sin voz la película, gente adormecida en cadencia ferroviaria. Traqueteo. A pesar, de nuestros cambios de vía. Del hedor de un retrete que no entiende de sexos. De los cubatas a cinco euros y morir más rápida en viaje. Porque oler a tren. Me lleva hasta tu calma. Linares 21/5  Lluïsa Lladó

Bitácora Linares I

Abandonar los campos de Linares crines bolillos rastas sobre su tierra maíz estremecimiento y que una cigüeña acompase el Talbo signo inequívoco de paz. El buen camino. Lluïsa Lladó . 21/5 Linares.

Normas de conducta.

En la casa del gran deshermano creen que la lejía, produce cáncer.   II Mira que este individuo estoy más que segura que procede del cerdo, en vez del mono, porque no es la urea matutina en forma de pantano en la taza, ni las latas de cerveza huecas, ni que fume de noche y toda la pestilencia traspase las paredes, no es sólo eso... Esta tarde después de casi un mes, me ha sitiado en el comedor (eso me pasa por relajarme  y sentarme en el sofá comunitario) se ha presentado, por supuesto contenía el vómito, no he tardado mucho en recluirme en mi zuloland, que si me molesta el ruido de la tele, o necesito algo de noche que le toque un par de veces a la pared, es ese momento yo ya me he levantado y me he ido fumigando a mi habitación. Tu p...madre te va a golpear la pared. III Puppy  es el habitante de la nave que más caso me hace, cuando abro la puerta de la calle después de mis juergas, me espera con un muñeco de goma para que juguem...

Vamos a contar verdades.

Esclavo de la mente un día te maldije en poemas que haría a desdén con tu hombría. He decidido abrir las cerraduras para que vuele tu imagen de mi cabeza. Somos libres. Ya no volverá la mazmorra de mis palabras a ofenderte. Vuela galán a copas erguidas sintiendo el aire fresco del abandono, de unos besos inventados y cuerpos cavernas donde yo, también fui lacaya de la incomprensión de tu partida. II Ahora que soy feliz y que el mareo del transatlántico ha remitido. Sonrisa alada de medianoche III Podré cambiar de cuerpo, mudar de talle, tener mil espejos el nombre. Reencarnarme en la luna adhesiva a todos los escaparates, a los ojos que se miran en los lentes y resistir hasta en mi quema que nunca encontraré un alma como la tuya. Siglo más o menos, quizás no entraba en los planes o no era el momento. Lo único que puedo decir que he aprendido muchas cosas contigo, que no luchaste contra mí aniquilando la soberbia, haciendo que el ego feli...