Poema parido en Madrid

Madrid te echó de menos . No estabas en el reflejo de los escaparates. El semáforo pájaro trina tu ausencia. Y el ángel derrocado del retiro es un aprendiz frente a la trama infantil, disfraz de calabazas. Sabes, he visitado el restaurante de estrellas donde nos entregaron la cuenta con un sable y el verde de una lechuga. Cómo decirlo... se convirtió el paraíso en un poema de Iribarren de impermeables y paraguas boquiabiertos. Un gris mofeta corrompiendo los fotogramas de nuestras manos y anidando agua por doquier. Cuerpos con plástico. Y tu cara en los cuadros de "Madritte", envoltura de caramelo líquido sobre un corazón Grand Marnier. Qué sólido se volvió, meteorito humano. Tu sombra naciente de mi silueta. Y sobre todo el amor plural sin comas. De la gente Qué desgarró el cielo y me trajo el mar. Con sus ojos titilantes. El abrazo como una patera en el naufragio. Te eché de menos. Con ahínco de porteador en paro. Fuentes húmedas Y poesía, mi vicio.