Entradas

Mostrando entradas de abril, 2022

Gallo

Sé que todo este bien procede del agua. Sí. Del medio marino  en que sumerjo mi cuerpo crisálida. Agua salina que abro en canal  con mi cuerpo. Con los brazos ramas  escribiendo las ondas  que mecen cada poro. En este crucero. Me siento ligera como una bolsa de reciclaje. Y no me importa que la orilla  se antoje lejana. Me convierto en tortuga. En un pez de aletas  con bañador de colores. Yoga. Meditación. Nadar. No importa si viene el espectador de turno  y se lanza contra la superficie como un pedrusco en el ojo. Debo continuar mi sincronía. Para afirmar que si floto es por mi determinación. Tus manos ya no me sostienen. Es mi fuerza. Medinatación. Nadación. Gallo.

Sanación

Círculos polares que encierran  aquello que resplandece. Sentir la ronda. Como el aleteo del abejorro con su cadena. Esta estúpida manera de esperar un cambio. Que regrese a ese mes. A la hora en que los ojos me querían. Una, ya se ha hecho a la idea. Y ha desplegado su alas espléndidas. Se siente más segura. Y ya no tiene miedo a estar sola. Me atrevería a confirmar que en la distancia la fortaleza ha crecido. He recuperado la ilusión por los juegos de mesa. A cuidar aquellas esquinas que arañan. A hacer planes. En un cielo azul.

Dóberman

Este dóberman que custodia mi pecho. Que con su mandíbula cierra el hálito de la esperanza. Esta desazón de armadillo. De cardo con púas invertidas. En esta soledad mácula de vísceras. El amor, dónde morará en este trozo de noche. En qué habitación hará turbar las cortinas. Pero, hay quien se regocija en su rencor y atraviesa el tiempo con un maldito enjambre de silencio. Aquí, en esta jaula de hilos. En esta selva de caja. Sí, te recuerdo. Y huyo veloz por los pasillos del resplandor, (demasiada mugre nos condiciona). A los mercenarios que esperan los contenedores de basura. Para reciclar su dolor y su bilis  en argumentos, poemas, discos y pastillas. Yo no sé cuánto tiempo podré soportar está piraña que me devora. No lo sé. Se hace insoportable. Notar como bocado a bocado  agoniza de pena. Con un dóberman rascando tu tórax en busca del hueso de mi corazón.

Desfase de los que se lo ha recibido

Qué le ocurre al presente? Títeres frente a cámaras que se visten y desisten en un dibujo animado. Se maquillan. Sostienen el bolso como una brújula. Sonríen al visor y con muecas gesticulan emociones. Emociones paridas  de la ropa, de la compra online. Se estremecen y gatean. Todo es válido en el mundo de la mímica. Para vender una realidad seccionada. Igual que lo comercial de un libro por su tapa dura. Y sus acuarelas submarinas. Qué tristeza el deterioro de la imagen de cada uno de los dos. De filtros de café para ensalzar los segundos de gloria, qué predijo Warhol. Lo necesario es sanar adviento con su rosa. Derramarse por dentro de verde. Y huir de este escarnio. De palabras colocadas en un tablero. De señora con etiquetas de precios, contorsionista de mercado,  alimaña exprés, amazonA sin caballo, de TIC TAC, de TAC cardiovascular, de TIC de ojo. Qué tristeza de mono-logos  Falda, pantalón, bolso, crema, camisa... En este cine cómico sin contratiempos.

Diada

El sol alumbra mi ventana  como un muérdago para besar al libro. Y ahora qué? Qué ocurre con el cabello que se precipita contra el terrazo. La ingravidez de la caspa. La tos gallinácea. Todo se equipara a un duende  de grapas y tinta. En alma traducida a una torre  de inmensas ménsulas, brazos de gente, en un acto de plegaria. Se desvanece el río ante este emergente. Sabe mi corazón qué cuánto más me alejo más me acerco a la versión de uno mismo. Los libros que respiran mudos en sus estantes. Mi amor que se acerca al final de la página. Los sauces. Las alondras. El mero. La mesa y el cuchillo. Yo nací poeta de una placenta de plástico. Lo llevo en cada tramo de Palma. El amor desagüe de acacias que pululan entre la periferia de los suburbios. Cada día se entorna.

Oportunidad

Si hubo luz en el zulo. Una chispa que creara otra historia. Yo, no la supe ver. No fui capaz, a pesar de las circunstancias, de contraer el corazón  lo suficiente.  Para que no tropezara con los palmitos. Se arañó como un sol  a través de los juncos  y descarriado empezó otro lirio de agua. Fue la enfermedad. O eso pienso, ilusa, de tréboles. Qué trocó el carácter a limones en racimo. Tu mirada esquivaba  a la nube, al yeso, a la anaconda. Y empecé a ser un tronco de lluvia, cabizbajo  hacia el pantano. Intenté por todos los medios  salvar al hombre que había conocido. Pero, fue una misión entuerta. Has cambiado y reniegas de todo. Como si yo fuera la culpabilidad de las fechorías del sino. Aún te quiero. Porque amar quien te ha protegido es normal en todos los estuarios. Pero, una se cansa, de pretender  meter el corazón en un embudo. De qué la ignoren. De qué la traten como a una moqueta de baño. Te prometo, que si hubo un atisbo la ceguera dev...

Fragancia de los libros

No creo que exista la fórmula escrita  para definir esta bella estampa. Este paisaje que se cuela en la ventana de mis ojos. El peinado de los árboles. La vereda con pecas lilas y amarillas,   mullido silvestre,  en bordes de mi andadura. Con este aroma, imposible de que un ordenador duplique. Tal vez, el tacto con las estaciones. La vista y el oído en su salsa. Una máquina no puede emular la fragancia  del campo. Todo queda como un ambientador de grandes almacenes. Postizo y una protuberancia absurda. El olfato de la tierra con su musgo. El olfato del café en su taza. El olfato de la vida. No.  Ni yo con un puñado de palabras,  ni un ingeniero de azucenas.

Parque

Sentir qué vivo de nuevo, cuesta tan poco pendiente. Este verde lorquiano y el fulgor de las aves en condescendencia. Embriaguez de hiedra elefante,  de estuarios de pinos, de llantas de piedra y corteza. Sentir que del corazón, una hemorragia clorofila, que transmite esta paz de pan. De huerto con olivo. Mis hijos, ramas, hojas y ojos. Bombean la luz a este bosque enjambre. De cada porción de arcilla  que de un anuncio os ha hecho personas. Cada uno con su floral repertorio. Con su matriz canela. El amor. Manantial, ha desfigurado mi sombra. Y no afecta esta miseria del que se atreve a juzgar. Con poco me animo. Reconforto. Un poco, de la cabeza de los vástagos cerca de mi melancolía. Es pura droga para el que mora la noche. Y no me importa. Y me hace feliz.

Camioneta y el otro día

Es peculiar ver rodar cada día  los camiones por la carretera, ahora que, en su procesionaria van en fila subiendo a la embarcación. 103 camiones han subido al barco. Observo a los operarios con gestiones y órdenes dirigiendo su ruta en la plataforma. Parecen controladores aéreos. De repente, una ballena colmada de atunes. Bajo la lluvia. Porque no ha cesado de arreciar en toda la noche. Los chóferes convertidos en hormigas que afrontan el trámite de conducir sobre el mar  no gastan rueda para este recorrido, que es la antítesis del Canal de la Mancha. Los camiones con sus cabinas se transforman en grandes pesos  sobre un flotador. Vida, sustento y camino. Qué paradoja verdad. Circular  sobre el agua sin movimiento. Y dejar que las olas traviesas muevan sus depósitos. Yo creo que en esta existencia,  la carga supone un contraste  para cada ser del mundo.

Te echo muchísimo de menos

Si me preguntas por la veracidad de la justicia en esta vida. Te diré, que no existe. Cuando me desplomo contra el sofá  igual que una paloma de calle y me encierro entre colchas y almohadas  en ese lugar  donde concedo al descanso de los huesos. Una tregua simpática de cerrar los párpados  y creer en mentiras. Qué mañana el despertador no tendrá agujas. Qué amanecerá la vitalidad de las coníferas. Qué tú aún me amas y tu boca  tendrá una sonrisa. Pero, cuesta tanto, ceder este conjuro a la falsedad de un sueño. Me duermo. Y nacen ortigas.

Muerte selectiva

Esta guerra, la guerra de León Felipe. La que a traición  te golpea contra el piso. Te estalla el cráneo y regurgita un río de lava  rojo. La que amputa la mano. Edificios rotos de hipocresía de bandos en una Atlántida de estaciones de tren  con un viaje sin frenos. Amarilla. Qué sabor tiene la leche  cuándo escasea. Y la forma del cuerpo caído después del impacto azul. Me enseñaron que el cielo  alumbra los días felices  pero, aquí caen colmillos  que muerden el asfalto y acaban  con la vida humana. Qué le dirás a un niño  qué no entiende el idioma bélico; la gula salvaje del cuerpo adolescente  en la mandíbula del depredador  verdoso. Yo odio la guerra. Y tal vez, el odio  sea el principio de todo. Unos ojos que miran al norte porque mi abuela recordaba el sonido del asedio de los bombardeos. Ahora, el misil. En su silencio mata. Para ser una fotografía de reclamo. Arcoiris.

Fibras

Imagen
Tenerse a uno mismo  como una extensión prolongada en un acto  de elasticidad. (Paso demasiado tiempo mirando por el hueco del ascensor). Recogiendo las cosas  que están ancladas en la superficie. Se deforma la cuerda  y toma el recorrido de la tarde. Carrillo de espejismo cerrándose en un rato melodramático. Luego, voy al abrevadero y mis heridas beben. Tal vez este infinito de coyuntura. De órganos, tropiezos  de la sed y el muro. Vuelvo a enredarme de nuevo entre mis pies y la nariz y la barbilla. Un caracol niño  que tirabuzón busca la flexibilidad. Contorsionista de sentimientos. Acordeón de palabra con artículos. Esta papiroflexia de carne y sangre círculo. Me encojo en posición fetal. Y el miedo se tensa. Y la verdad se distorsiona. Cuántas piscinas podré nadar  en una noche. Levantamiento de pesas. Poema que dormita en su pilates diario. En una cama. Callada igual que un eco jamás escrito.

"500 dones" Periódico Mediterráneo

Imagen
 Estic molt agraïda per la meva presència a la publicació del Mediterrani "Dones que fan més Castelló". Un excel·lent treball editorial i d'equip, que il·lustra només una mostra de totes les dones en diferents camps. A les dones que formen part de la meva vida diària i a la història dels meus ancestres.  Gràcies Mare, per creure en la meva faceta artística perquè també els artistes podem construir un món millor. Estoy muy agradecida por mi presencia en la publicación del Mediterráneo "Dones que fan més Castelló". Un excelente trabajo editorial y de equipo que ilustra una muestra de todas las mujeres en diversos campos. A las mujeres que forman parte de mi vida diaria y a la herencia de mis ancestros. Gracias mamá por creer en mi faceta artística porque también los artistas podemos construir un mundo mejor.

Hello

Hace tanto tiempo que habito en un traje de buzo. Con las noches de quistes. Y con la farola cítrica: acompañamiento de mi letargo. Con horas trenzadas de recuerdos  y una vida  de platos precocinados, de café a destajo y azúcar. De cenar en el sofá  mirando el mismo canal hasta la saciedad de un sueño narcótico. Tengo tantas ansías  de conversar contigo. De compartir los  cromos que han decorado  nuestro álbum. Y cogerte de la mano. Para descifrar la carga meteórica que un día arrojaste sobre mi cabeza. Respeté tu decisión. Y llené de calamares tristes  las paredes de mi casa. Vivo donde siempre. Miro tu ventana de reojo. Pero, es tan difícil cuidar de un tiburón en agua dulce. Te escribiría un(a) ola de encrespamiento. Estoy tan vacía en este relicario vomitivo que me ha tocado vivir. Hola. Pero, no oso blanco bosque caverna. Te he echado de menos, cómo si fuera ayer.

Migraña

Este dolor que estruja el seso, qué me deja tuerta de palabra. Como un tornillo que se adhiere a la tabla con espanto. La luz atravesando el océano de la pupila. Pierdo la visión durante minutos. El aura de los ángeles viendo entre tinieblas un mundo gemelar y dantesco. Se agudiza el caos, pero, esta dolencia crónica lo que contabiliza  es tener la paciencia de un perro  bajo la mesa de un restaurante para atrapar alguna vianda. Entonces, me quedo descolocada en una incapacidad vectorial. Bloqueo de salud. Engendro de genética haciendo estragos. Dolor. Y no tengo receta. Mucho dolor. Demasiado dolor. La oscuridad. El silencio. La ira del muerto. Migraña ave zancuda.

El viaje del libro

Imagen
 No sé si cruzaré este océano, madre, lo único que puedo ofrecerte en tu cumpleaños, la buena nueva de que mi libro "La complejidad de Electra"  han llegado recientemente a las bibliotecas de la Universidad de Iowa y de Tula en Nueva Orleans, para que te sientas orgullosa de esta mujer trotamundos que es tu hija y que te quiere y que te admira.  Feliz cumpleaños mamá. #lacomplejidaddeelectra #lluisallado #ohana #ejemplo #poesia #poetry #amordemadre #aniversario