Cepas de septiembre.

I He viajado lo suficiente para percatar que en las personas yacen los parajes más bellos y que en ti, mi varadero no son más que tus brazos de viña que cobijan cada uno de mis racimos. Que en tus manos abiertas he descifrado los desiertos más ocultos y que cuando el sol más acuse de recibo hacía tu boca, era el manantial, de sintaxis y pupilas que miraban la cara oculta de los párpados, cerrando nuestras turbinas-arandelas, la perfidia de la matemática en el nexo de nuestra cartografía y contemplar el amanecer más auténtico en una ristra de jadeo, de la arena caliente y los glaciares en lágrima. II Me amarro, fuerte a tu corazón con el tiempo que pasa, cuando descubro que los sobres de mostaza han caducado, y que la arruga que ha dejado tu cuerpo en mi cama es el desfiladero de cordilleras más irresistible para abrir la maleta, dejar de volar, y hacer injertos entre tu hombro y la rodilla. para cortarme los pies porque las alas fueron arranca...