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Mostrando entradas de 2022

Pace

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Un simple gesto puede convertir el oro en llama. Pequeños detalles. Desbarajuste de la vida con una peculiar mecánica. Los cuales encienden aquellos quemadores  que enseñan la verdad a los que vivieron en una falsa. Y tal vez, esperar que la guerra de Ucrania termine, ahora, que borrachos: de penas, de luces, de vodka no elucubramos con la sensatez necesaria para enhebrar el hilo a la aguja. Enhebrar... ¿Qué aparatoso o contienda? La herida al coser la boca del infierno. Imaginación de la nieve derretida en un vaso. El vómito sobre mi pijama  haciendo pantomimas a la fiebre. La estupidez de lo efímero. Cuando me enseñaron a querer al árbol como a la persona. Coser la herida, sin hilo. A picotazos con la aguja. Duele, sí, pero te hace mirar las guerras de otros  y a mirar el horizonte de charcos incendiarios. Un simple gesto y sin embargo, se apaga.

Almería a prosa y verso

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Feliz de participar en esta antología fruto del  II Certamen Literario de la Biblioplaya Almería, donde se han publicado: el poema ganador, el finalista y los seleccionados, de los cuales uno es de mi autoría. En mi poema, realizo un homenaje a las raíces. La historia de un bisabuelo almeriense que vino a trabajar a Mallorca y que jamás volvió a pisar su tierra. Hoy en día, las personas  que migramos disponemos de muchas opciones tecnológicas para la comunicación y de regreso, con las infraestructuras del transporte.  Va por ell@s 🙏

"El meu nom és Lluïsa "

  Él quería limar de su lengua con un sacacorchos que trepana seis letras de la música. Ni siquiera osaba a pronunciar mi nombre, como si al hacerlo un canal comunicativo se estableciera a algún órgano. Mi nombre Lluïsa, es precioso y su semántica parece el cerezo en flor en un patio de luces. El peinar de la ola.El sonido de la croqueta en una sartén de dos fuegos. Cómo puede despojarse un río de su título. Llamar a todos los pájaros por la misma marca de cerveza. Cuánto miedo en borrar  hasta el linaje que sostuvo tu orina en una barreño. Yo podría llamar a la vida: Defecación. Apuesta. Mareo. Pero me quedo inscrita a la paz  de una autoestima que bebe Coca Cola. Hola, qué tal?, me llamo Lluïsa y ese es mi destino.

Exortaciones

Existen países que nunca brilla el sol, son raros rediles donde la gente pinta círculos con la quimera que nazca una línea. Lo he visto en lienzos, en neveras portátiles de domingo. Salgo expulsada de mi sueño, y observo caminantes con sobras en papel de plata para los gatos que nunca volvieron. Una pareja vestida de rojo empuja los carros atiborrados de publicidad, ellos, descansan sin cigarros en la boca. Les pesa la tarea disciplinaria de cebar a los buzones de precios. Tampoco, entiendo amar a un cuerpo con el corazón de piedra, no entiendo esa necesidad antropológica de comer a una persona su valía, rellenar de sexo su interior de río "asentimental". ¿Cómo puede haber un fuego que no proceda de la madera? Llenar de hojas un árbol y talar al antojo de las expectativas. Ya te dije que mi mayor riqueza eran, doce huesos de aceituna y un abecedario capaz de derrocar imperios. Vive en tu fantasía. Y yo, rama de olivo, almendra lechal de tus ojos, se acaba de fugar por la letr...

Liber

Seguiré las baldosas ocres.  Y me cubriré de pétalos. Ofelia ha salido de su estanque, se ha secado las ropas y ha ido a ver una película al cine. La paz en un cuenco de palomitas. El amor en un stand de supermercado en forma de "cuore" con cobertura de chocolate. La napa con sus jirones. La luz de un foco, cíclope de metal, hurgando la niebla. El drama que coexiste  en tu pupila transmuta un hastío constante. Estoy muy bien. Demasiado bien. Extraordinariamente bien. Y que tú, me hayas mandado a la mierda. Representa la lotería con todos los números íntegros. Qué paz más asequible. Me encanta. Peor los que pastan en cubiertas blancas y hospitales. Qué los he visto con mis ojos, con el cráneo sonriendo por la sutura y el dolor humano vestido de Navidad subterránea. Ofelia, ha cogido el secador. Con un tinte trigo luz  ha borrado casa beso de trepa. Y ha ido a dormir intacta con la ilusión de los barcos que emprenden. Con delfines. Con odaliscas. Con esperanza. Porque Papa ...

Gárgolas

Si la propia mancha, la ajena es veneno. Vacía de ti reniego del duende y carril cada pedazo de mi chasis  horca del abeto o pino, cómo bolas de lustres. Ceguera de luces y atrofia de corazones. Que te olviden igual que una chaqueta con salpicaduras de lejía. O te abandonen en una estación de servicios mientras orinas.

Perrerías

Por la mañana, bien tempranito,  las personas sacan a pasear a las personas. Perros de catálogo. Perros bisexuales. Perros multiverso. Perros polígonos. Perros de todas las formas. Pululando por las aceras, olfato de gol, con las marca diaria  de su ruta matutina. Caras de sueño. Cigarrillos en la oca. Perros y perros. Perrillas y perras. Sigilosa bienvenida al despertador 

Ozono

Es extraño el azul del cielo. Que mora en el lugar desprendible. Larva que se cuela en los ojos, abominable cordel,  que ilumina los días de sol. Cuando miro tus ojos  del vidrio de una botella de Coca Cola. No puedo leer los nombres de sus barcas. Ni hay atisbo de expresión. Muecas, ademanes y giros  confieren una estrategia de regurgitación. Aniquilada  fuente de controversias. Me muero por dentro con esta tos de aúpa. Y la mucosidad de un caracol que rota por un camino bronquial. Me recetan ajo, tomillo, calcio... Necesito amor. Un amor sin ego. Con la honestidad de las flores y las glándulas. Sí, amor.  De abrigo, de bufanda, de punto. Y todo volverá a ser azul  como este cielo  que nos mira desde arriba a través del vaso  de una botella de cristal.

Destino la mañana

La vida canalla  como una cajetilla Winston, cigarro tras cigarro, va fumando el tiempo tesoro, lo inevitable. Hoy estás bien. Y por la tarde  se ha encarado el destino con uno. Te nace un melocotón en cualquier parte de la bahía y la anestesia te besa en la boca. Gente de aprecio que ronronea la pesadumbre, ayer que eran guindas las inquietudes  y la sonrisa coronaba el árbol. Ahora, que el taxi se ha estrellado y no podemos acudir a ninguna lengua. Ahora, que el pan satura el órgano vital  de los libros. Y sufro por quienes han reído conmigo en la calle.

Bueno voy al dentista

El tren cruza los mismos caminos. Que tú y yo, apenas, un tiempo de cuco, hemos recorrido en un coche plata. La climatología es diferente. Llueve y la niebla tierna ampara el paisaje. Porque no se puede amar por obligación como una multa de tráfico trabada en un parabrisas. Al crujir en nuestra ruta el pan de la meseta, el sol encendió cada árbol para iluminar mis ojos. El cielo era celestial. Las bestias dormían gracias a los medicamentos. Ahora, este incienso de invierno que ciega la alberca. Y tapona los hocicos. Aprehensión. Comenzar un lienzo sin ti. Cuesta. Pendiente.

Sangría

  Por las mañanas preparo la cafetera, con la expectativa de que será un desayuno compartido. Pero tú no vienes y acabo borracha de café y azúcar notando el pálpito de un corazón desvencijado.   Oteo Instagram, en una rutina rocambolesca, añoranza de los periódicos matutinos, y me alegro por los colores y me apropio de los grises en mi retina con un formato cinematográfico.   He leído, un post de una mujer con una rotura y me he sentido identificada. Empezar de nuevo. Sé lo que significa y sus consecuencias, sin duda, soltar lo que nos ha precedido y   dar por perdido aquello que incauta pensé que era un mar no revuelto. Echo de menos la familia. Debo asumir que la mía es peculiar porque creció al amparo de los cactus y   de las avestruces. Y recoger el ancla del barco de la que no me pertenece Ni por gota, ni por parentesco político. No puedo hacer sentir una deuda por mi pasado demoledor. Ni que me quiera...

Certamen concurso microrrelatos Ángeles Álvarez Arazola

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Muchísimas gracias a toda la organización del certamen internacional de microrrelatos Ángeles Álvarez Arazola "Con M de mujer"; gracias a Lola Fontecha, a todas las personas asistentes y a mi compañera de jurado Isabel Rezmo. Gracias 🙏 por el acogimiento y la consideración.

Oda al Sur

El sur tiene la opción que el poema busca. Y Andalucía, con los verdes y azules de las islas móviles, se convierte en aceite y azulejo. Me siento a gusto entre sus entrañas, con esta luz linterna de faro  y el calor de sus gentes. Los bares copados,  la urbanidad de la historia  y vestidos de rizos en escaparates. Aquí, la generosidad se evidencia con la sonrisa y el ansia inabarcable  de mover las manos, de levantarlas al cielo para espantar el mal y la sequía. Para solicitar lluvia  y un saludo litúrgico a los corrales de limoneros y jazmines. Mi asombro atraviesa Despeñaperros, y se convierte río de adobe y cría. De este pueblo que ha perdonado y que sabe vivir de la esperanza. Porque es imposible no amar a esta tierra. Y dejarse querer por sus racimos. Yo quisiera ser un poco sureña. Para romper mi voz con el baile. Para liberar a los versos por los patios. Y escribir el  poema digno a los que respetan a los foráneos y nos dan a elegir entre su casa y s...

Amanecesidad

Esta mañana no había estrés. Con la decisión de preparar un café tradicional y dejar en un ángulo las cápsulas. Aunque el fogón sea de inducción y la cafetera italiana no es la original de un fuego latente, me ha servido para creer  que no existía la tecnología. En el brick de leche, apenas medio vaso restaba y fue un desayuno amoratado. Agrio y benefactor como los golpes de luz. Esta mañana no había estrés. Y lo he agradecido. Porque una no para de ser un caballito de feria. Con el asma a flor de piel. Y la poesía en cada achaque de tos  infectando mi burbuja. No había estrés. Café extrafuerte.

Braquiterapia

He pedido un abrazo a un árbol y me he quedado noray. Cómo puede un tronco abrazarte? Si sus ramas son clavos de olor  y su piel que invita  al vino a la embriaguez  se deshace entre los dedos. Niebla de madera que no ejerce de mueble. Con la pulcritud cruel  de un reloj que no tiene agujas  y parece un accidente frente a los faros  de un coche. Te he pedido un abrazo. Y he sentido el puñal. La tuerca perniciosa. El alambre de la colmena. Y atravesada por la carcoma juez. He bajado veloz la escalinata. Para abrazarme con el gesto  de una niña sorda frente al mar. He lamido la afrenta  que borbotaba cianuro. Hasta quedar dormida con el único consuelo de los que fuimos abandonados en nuestras fosas.

Guiso silencioso

Cortas las hortalizas. Eliges el cuchillo correspondiente. Fríes los ajos en láminas. El agua salpica. A este corazón enjaulado que detiene la palabra. Y que late sílabas del desconcierto. Lavas con delicadeza los tubérculos. Enciendes el gas con precaución. Y limpias con una bayeta las mondaduras. Este corazón hipotenso  que guarece el abrazo de la asfixia,  que lanzaría la vajilla al aire  y se volvería jauría de especias. Miro tu parafernalia culinaria. Trago mi saliva. Oculto la verdad. Y señalo el salero como un náufrago que ha descubierto una isla. Corazón enjaulado: -Cállate. Y come el amor que él ha preparado en vasija y destierro.

Contornos de pájaros

El Opel cruza el viaducto. De copiloto miro el cielo y en ocasiones, las aves de distintas hechuras  se convierten en nubes. Algunas, son rapaces. Las reconozco por la morfología de sus contornos que invitan a un viaje por el tiempo. Cuando era estudiante observaba, con asombro, las manchas zainas en las páginas de los libros. Y leía los nombres con el esmero de las máquinas expendedoras. Por eso las reconozco... Lástima, que ignore la lectura del topo de tu pupila, mientras conduces por la carretera.

Destino Jaén

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Este viernes, 2 de diciembre a las 18:30 horas en el Salón de actos de la 5ª Planta (Área de Juventud) en la Universidad Popular Municipal sita en la Avenida de Andalucía, 47, se llevará a cabo la entrega de premios de la II Edición del Certamen Internacional de microrrelatos “Ángeles Álvarez Arazola” CON M DE MUJER.

La falsedad de la boca

Resta un ápice o la herrumbre se ha apoderado de la palabra. Hucha cuartel de los diagnósticos urbanitas. Me gusta imaginar  tu boca y mi boca. El pulmón abierto que se lanza a la piscina -doble salto mortal- a través del encabalgamiento de consonantes y signos. Sí, tu lengua sorteando mis dientes. Y en duelo, con la maniobra de un nudo, atragantar la alucinación de unos labios que te desean y hablan del cambio climático. Será que el agujero de ozono ha afectado, irremediablemente, a tu sentimiento. Poema de cardiología y veto de tu carne. Exposición pública de las vísceras en pescadería de alto. Tanta maga y tanto ahogo. Que una prefiere una copa de vino. Cerrar los ojos. Y pensar que tu literatura y orquesta besan comisura y tocino de cielo. Hágase la paz en esta calle. Y bésame. Sí, bésame como se desnuda al poema.

Palabra de Veyrat

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Fue un auténtico placer el descubrimiento de una poeta balear que trabaja en una poética en lengua castellana y que  opera un salto gigantesco sobre la generación de posguerra, recuperando el habla prácticamente entrecortada que suele definir a la mejor poesía. Una voz que nace de la escucha directa de las vibraciones neuronales, creando sinapsis nuevas que configuran la re-escritura, por ejemplo, del espléndido libro "La complejidad de Electra", a cuya presentación acudí de la mano de la indispensable Concha Rodriguez, en la que el esfuerzo del habla aplica los hechos de un antiguo mito, a los comportamientos de miembros de la sociedad actual: la misma que antaño conocemos a través de "los clásicos" en sus contradicciones y necedades de comportamiento. Lluïsa Lladó que se apoya a menudo en una contemporánea nuestra, Gloria Fuertes (injustamente relegada al rincón de los inocentes castigados), Rosana Popelka o Wislava Szymborska, de las que recoge gran parte de su l...

WLORIA

Cómo explicar que mi amor es univerSAL, que estimo más de lo que quisiera cada regata y espora que rodea mi uniVERSO de cincuentona. Este organigrama que desde niña es mi concepción áurea del que vivió rodeado de adultos con cuchillos por dedos. He visto tanta roña, en el musitar de pasillos. Una hacienda de leones con la ludopatía y el maltrato entre el desayuno y las cortinas de tapicería gruesa que inocente fueron mi muro. Recuerdo el agujero del terrazo por el salfumán. La psicosis de los fantasmas que el poder hembra era capaz de inyectar en nuestras mentes. Fue un campo de desconcentración. Un huerto de setas venenosas. Sino hubiera sido por los libros. Por esa páginas que me hicieron sentir abrazos mientras bebía por imitación al prójimo. Entiendo en la madurez de la orquídea el significado de una normalidad que no era la indicada. Me amparo en ti. Gloria. Me disculpo ante ti. Wislawa.

Recital poético

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El lunes es un buen día para reunirnos y compartir la palabra: Eloy, Amelia y yo, ofreceremos un recital en la sede de la Editorial Unaria y vuestra presencia es, sin duda, la recompensa para que los versos tengan una razón de ser.

Spider

En agosto, ocurrió una cosa atroz, el árbol en que pernoctaba se convirtió en una tarántula. Siempre supe que The Cure había calado fondo en mi perspectiva casual de ver la vida con los labios carmesí. Porque, en ocasiones, creemos que la etimología de los nombres da derecho a la sumisión  y a dejarnos pisar innumerables veces por todo tipo de loco-motoras. Esa araña se disfrazó de verde,  el mismo color de la rabia, y se adueñó de cada uno de los átomos que regentaban mi respiración. Creí que por ser altar, cumbre y ombligo le debía rendir una pleitesía a cualquier precio. Justificante de cada uno de los clavos: Adhesivos de mi trauma-logía. Hace tres meses exactos que sufrí la tala. Rompí la telaraña. Y sobreviví gracias al cobijo de unas personas con el corazón burdeos. El silencio demostró lo poco que importaba. Sin cielo, en los últimos tiempos con el refugio de la poesía. Y el dolor alacrán que se desvanece lepra y hollín. Tres meses que no sé nada de usted. Madre araña,...

Sopa de sobre

Cuéntame un recuerdo lapislázuli que honre la memoria. De sopa de cebollas lunas en puchero con picatostes. Que vuelva a cubrir la curva con el manto invidente  que surge por el paso frío  de los transeúntes  Tomas el cazo, el pilar de la mesa sagrada para saborear el brebaje de la tierra.   La curiosidad de volver a sentirse querida. Con un plato colmado de trigo  y unos vasos de agua. Te basta tan poco para ser feliz. Cuando los ojos han conocido el reptil al final del pasillo. De madres que te despojan los dientes. Y hermandad sin un ápice de sangre. El equilibrio. De la cocina a la noche. De los bolardos solitarios sin manos. Del cauce al corazón. Y una membrana. Con las líneas discontinuas que sueñan. El pacto. De árboles, que aguardan la nieve.

Poema para María José

A veces uno se enraíza en un muro.  Eres una hiedra de color púrpura  que busca su poro.  El ala rota de un mosquito que cansado bebe de la fuente.  A veces encuentras un remanso  de azucenas y de vestidos niñas  al tuntún de las palomas de yeso. Y sabes que no hace falta que tu nombre lleve el mismo linaje de crecer tigre en un patio de escuela. Eres la nube reflejada en un coche. La aparición. La lona.  El verde de una manzana no nacida aún en primavera. La posada, el cauce y la cordura.

Recorrido a mi poética en Noches del Baratillo, Sevilla.

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Lo que viví durante la noche del dieciocho de noviembre, no se puede expresar con palabras. Es un sentimiento de pétalo, de almena volátil por el paso de las personas con sus vivencias y crisantemos. Tuve el apoyo incondicional de gente con alma de letra y el protagonista absoluto fue la voz de cada uno de sus asistentes.  Y estoy muy agradecida a Pilar Alcalá García y a Tomás Sánchez Rubio por su hospitalidad y abrir su espacio cultural "Noches del Baratillo", que sostener no es fácil por la constancia y el esfuerzo que implica, frente a lo efímero y asequible de las redes sociales. Hubo en mi mente personas que sé que sabían y no pudieron. Me llegaba su energía como una luz que te guía en la sala de un cine. Sí, fue hermoso, porque me sentí querida, respetada y para mí ese es el significado del éxito. Úbeda significó el puente lisboeta para Sevilla. E Isabel Rezmo estuvo a mi lado. Aquí os dejo unas maravillosas instantáneas de la fuerza poética, acontecida en Noches del B...

Sol

Las hienas habitaron  hace lustros el Ártico, pero, de este anacronismo dudo que pueda hacerse un ligera idea.  Ignora al remero  y a la tela de araña. Va de progresista y no es más que una máscara carroñera  pendiente de las olas de un vaso de gaseosa. Aparentar, que deporte más digno  para usted. Que circula con su vehículo de ruedas desconchadas por bosques nevados de melancolía. No es más que un impostor. Que se pone su corazón de papel en el centro de su tórax. Conozco muy bien la voz de Pessoa. La inquina hacia cada rayo de cometa que mi cuerpo emana. Maldito dragón rojo. Esos faros que iluminan a la neblina son el cáliz de mis ojos. Y aunque aquí desparrame de líquido y mancha: sobre un sofá del color de la creatividad adolezco. Volveré a romper la noche. A estirar los brazos derritiendo cada uno de los montes albinos y seré libre. Un sol a las doce del mediodía.

Experto en adopción

Te ha ocurrido alguna vez,  el accidente de amar todo lo que envuelve a lo que no te soporta. El arrancar los hierbajos del camino. Y aligerar la bruma  de la ceguera de los búhos. Sí, estimar lo que te hace bien  pero sabes que no es tu sangre. Robar una familia como un vampiro que busca la amistad del sol con su tormento. Yo sé, cómo duele. Ser una esfinge de adopción recreativa. Y abrazar quien no daría su vida  ni por un centavo de la tuya. Pero te quedas en el vaho explícito. En la roncha de una urticaria. Siendo un cisne entre las ánades. Rumbo al matadero.

Gente en los vagones

En los trenes la gente comulga  con diálogos, se lanzan a la lona  y escupen las migajas y los colmillos de metal. Hermanamiento que sucede dentro de un artefacto que rompe el silencio con su pico de oca. Luego, todo se recompone, se cierran las compuertas hasta el próximo destino. Y notas que el equipaje sigue siendo del  peso  de ayer, de aquel lunes de sol, de todos los días de la semana. Nada se transforma. La verborrea la mantiene intacta.

Sevilla tiene un amor especial

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Muchísimas gracias a Tomás Sánchez Rubio y a Pilar Alcalá García por abrir a mi poesía, a mi corazón galopante y a una ilusión tremenda por regresar a Sevilla; las puertas de "Noches del Baratillo": una institución cultural de mucha solera que nació el año 1950. Gracias a tod@s las personas que me están apoyando, porque creo en el poder de la palabra y en la bondad de los que saben que los viajeros llevamos maletas cargadas de sueños y quimeras. Gracias 🙏

Egocentrismo

Ayer era un tormento y hoy el cielo es azul con un aroma descarado a pino y a tierra. Escucho la lejanía de los campanarios y pienso que el universo bipolar es así, explota y renace, sin importarle nadie. El mundo podría desaparecer y la naturaleza del caos se encargaría de poner cada cosa en su sitio, sin la necesidad de una mano humana.

Dana

Esta borrasca -con un cielo herido de pájaros rampantes- que revive aquella alhaja de la memoria El souvenir del cuerpo arandela que protegía mis costillas con tu espalda. La lluvia batiendo las uralita y los truenos con la rotura de la tierra, en troncos -flamantes pesadumbres- que lloraban con fuego el amor que emanaba de las acequias. Tan intenso el despropósito de la naturaleza que mi alma se quiebra con cada rayo, de la trémula sombra que arañaba el hombre que me envolvía con sus brazos  de tifón en la matriz del agua. Ahora, que todo me grita tu olvido  y reniego ante la crueldad de la tormenta. Me encojo luna  debajo de un edredón hambruno para cerrar los ojos y creer que mañana volverá la primavera después del infierno.

Arrugas en el entrecejo

La tensión de tu rostro se reverbera en el cristal de la ventana. Veo tu mohín desencajado: una mezcla de ira y resentimiento. Yo quisiera con una cuchilla eliminar el prefijo, pero es inútil cortar la cabeza de un cuerpo inhóspito  sin inundar de sangre mis ojos. He visto. La he visto. Cuando tú creías que yo no era capaz de observar el reflejo de la arruga. Me he puesto triste... ¿Quién puede odiar el pétalo? Ya no entiendo nada. Porque yo no pido que el árbol contenga a la noche os-cu-ra. Acaso es la dependencia. La raíz que ha nacido en tu hígado. La resignación  de no tener la primavera llenando un vaso de mosto. No te pido nada. Respeto, eso sí, pues lo dañino en mi casa no es bienvenido. La molestia del trago espeso.

Ausente

Nadie vino. Nadie de ellos acudió. No soy más que una actriz porno que se desnuda en medio de la plaza a través de la poesía. Deberían rapar mi pelo.  Y arrastrar un carro verde mi corpulencia por el asfalto. Un castigo es la ausencia. No vino nadie. Nadie, vino.

18 de noviembre-Noches del Baratillo

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  Estoy muy ilusionada de volver a Sevilla, porque entre tod@s vamos a leer poemas de mis libros publicados en la míticN oo📚a sede cultural "Noches del Baratillo". Estáis invitad@s

Uno

No tengo vela para encender ni trozo de arcilla para que mis pies descansen. No. Tengo el desahucio de mi vientre. El recuerdo maldito de la mimosa. La lengua cortada. Y un reguero de pólvora que solicito que la lluvia humedezca para salvar mi alma. Este hilo  que conduce hacia la mina.

Sedimentos de la presente...

Este corte raso  que nace de dentro  y expulsa un mar rojo. Este cansancio de servilleta por las dobleces  de recibir el beso abrupto. El aguacate verde en el frutero. La Navidad anticipada y el calor,  resistencia del abandono. El este, punto cardiovascular, que lamenta  la brújula sin objetivo. La nieve dentro de los yogures. El miedo a la guerra  del peor virus mutante. La codicia, el mal con la piel de porcelana pintando brechas blancas a las cebras. El absurdo al devenir  a una realidad incombustible. Aquí rodeada de ratones. De pesadillas de pianista. Del solícito don de la ubicuidad y no poder nadar en todos los ríos. Esta tristeza de parto. De sirena afroamericana  frente al congreso. Hospitales, con horarios de trabajo. Y la noche, con abrigo de visón, entre la espada y el futuro.

Oda Kiko Veneno

Te echo de menos. Y no me da ni un chasquido de llama,  pregonar este desasosiego por el barrio en patinete. Grafiti de pared de colegios y hasta en peluquerías con sillas plegables. Te echo de menos. Llena de carencia. Como el borracho que cae estrepitoso  en el parque  y los bomberos lo auxilian  con sus cuerdas vocales. Te echo de menos  los días de melón y los de sandía. Con el guiño de la película. Con la coz del IPC en el supermercado. En el pliegue de la sábana. En el grano del azúcar que de la taza  se extravía en su montículo. Nostalgia que lía ovillos del hilo de la pena. Y nudos, de la injusticia  de la fantasmal ortiga. Te echo de menos. A ti y a cien piratas de novela. Y bordo cruces en el rellano. Y me convierto en una calculadora en negativo. Bajo cero. Y curva recta. Te echo de menos. Y no me da ni un reparo  de crema  nutritiva. De memos menos. Me nos.

Ciao

La muerte es el único trabajo que te cuesta la vida. Moradora de un chasis  y a la vez arlequín converso de los que la esperan con su chaqué y unos zapatos de charol vainilla. Existen tantos tipos de venenos  como de mortajas. La espera del que se queda impávido y nunca observa el anochecer  de los que golpean a sus puertas. Los muertos absurdos, vestidos de mujeres que dicen que curan la mente y viven en una mentira, ocultando a su familia de los ojos  para proteger de la niebla. Pero, en mi más oscura sinceridad, cavilo que lo que se ama con las vísceras  nunca se tapa con las manos. Se luce: sol, se muestra: día. Una se cansa de tanta muerte. De los que fingen estar vivos. De los cornudos. De las parálisis faciales que impiden  mandar a la morgue, todo aquello que nos perjudica. Del que aspira a algo más y es incapaz de cruzar un paso de cebra. La muerte de los seres queridos. Vivos o muertos. De sus abandonos en carnes. Y del regalo que supuso el poema...

Presentación Palma, texto Encarnación Urbano.

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A esta Gran Poeta Mallorquina, afincada en Castelló, la voy a recordar y etiquetar en mi corazón con la gracia de dos patitos. Sus poemas son cortos, pero contundentes, no engaña su timidez.  Estimada Lluïsa, fue un placer y honor compartir ese ratito contigo, en un sitio tan emblemático como es una Librería. Ya tengo dos poemarios tuyos, vuelve a Palma pronto, que después de leer el segundo, me quedo necesitada del tercero. -LA HIPOTENUSA Y LOS DOS CATETOS- Mi nariz aguileña. HIP-HOP. Mis ojos saltimbanquis. HIP-HOP. Mi frente altiva. HIP-HOP. ¿Águila o halcón? Peregrina me llaman. Rapaz, así sea. HIP-HOP. HIP-HOP. -Quita el saco negro que oculta mi cabeza. -Aligera de carga mis plumas. -Retira la arandela o la chapa identificativa. HIP-HOP. HIP-HOP. Como buen pájaro siempre vuelvo a casa después de la cacería. Texto by: Lluïsa Lladó Fotos by: Proporcionadas por Felicidad González Hay dos P.D. P.D. 1ª.: Este será el poema que lea en una próxima ocasión, si no se me olvidan los cor...

Balearia

Las navieras son ciudades itinerantes,  fortines de ángulos  y corredores de circuitos cerrados.  En su interior,  eres un hámster  que pulula de la proa a la cabina.  Casas de corcho con la perpetuidad de sus habitantes,  trabajadores que viven a la deriva, en el estado gravitatorio  del billete de ida y vuelta. Polizones con el mestizaje del pasaje, pluriempleo del que  sirve la pasta,  entrega la llave  y friega el piso.

Botafumeiro

Quiere comunicar de su boca el aquelarre del humo. I La chimenea del barco, articula desde su garganta una muñeca de nieblina. Volcán con vientre metalúrgico, que deriva la nave hacia el puerto. Y expulsa el gas de la rabia  para arribar a la costa del plástico. II El cuello necesita exhortar este dolor  y convertirse en una bruma  de silencio. III El navío con su matriz central que a galope  cruza el Mar Mediterráneo. Diligencia de los forajidos, de los apátridas, de los centelleantes, que sienten su rugido y el techo de lata. De los que, por un instante, huimos de lo que nos apremia.