Querido Gulliver: Hablar de amor, para mí es lo más complicado, dicen que escribir poemas de política posee la dificultad para no aparentar un folleto insulso de motes en un mercado de pescados. Reclamar un derecho, en mi inconsciencia, en mi ignorancia ilustrada, para esta aberrante figura de circo según el espejo, no supone una complicación. Acaso no tiene en su propia matriz toda la fuerza una única palabra: Paz, comunicación, altruismo, respeto, trabajo,... Podría escribir miles de micro poemas de un solo sustantivo. Porque la justicia no necesita apelativo ni adjetivación alguna. Una palabra: revolución, revolución, revolución, encierra más energía atómica que una gota de agua en un pantano. Una soltera poca familia arma, pero si se van absorbiendo igual que las páginas formarán un libro; tal vez el mar, el océano, el lago más grande de una urbanización de golf, no sea más que la transfusión de ideas originadas en un ente de letras. Hablar de amor,...