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Mostrando entradas de enero, 2016

Tubulares.

I En el poema corto confeccionado con hilos. Si estira fuerte aparece la cometa. Tú___________poemacorto_______________Yo. Poemacorto_____________________________Tuyo. Poemacorto  __________________________________________Yoyut. Qué vuelen los sustanvivos. II The short poem it's a child in the beach. Please, loose thread. Shortpoem_____________________love Shortpoem               ______________________l o v e

Cocodrilo de versos

En detrimento danzan idos, pues, ya no existe la búsqueda de la semántica apalabrada. La música ensordece, el ruido rubrica y todo en conjunto en decadencia armoniosa va gestando desorden. Ellos, ellas, camellos, bellos y doncellas. No hay métrica a salvo de los oídos, sólo la adicción, hacia una única substancia. Esculpen, en medio de la pista de circo, la dopamina. Qué más da, exclamar pedo o Venus. El sonido es lo que importa. Así que en corro, se suministra la ilegalidad de la pureza en dosis adulteradas creando  espasmos y glandes en las palmas de las manos. II La verdadera esencia de la droga poética produce alucinaciones y hace que el corazón tiemble como un terremoto. Oculta no se vende en los antros de las macrodiscotecas de Holanda. Vive en páginas silenciosas y provoca la muerte súbita por asfixia.

Sin título.

Autosuficiencia para quien duerme. Innecesaria con borlas y clarinetes luce lúcida. No precisa en arrabal o muela que la trituren para ser deglutida con más acierto. Deja qué sea óseo que el dingo que habita en el tuétano roído no la vista de niña siendo vieja, tanto como la primera imagen en ejército de plumas, de chapas. De orquesta, foto, culo desnudo y hasta borrachos en plena sangría léxica. Ella truhana, ella siempre. En un papel escrito a mano como una manta india, descansa en un cajón célibe. Cuando la desnudan. ¿Qué es exactamente? La muy hija de puta es vanidosa. No quiere que la exhiban ni trafiquen con sus órganos los foros. Quiere descansar en el momento, de la profanación ya no es poema

El cohete volador: El roblema.

El cohete volador: El roblema. : En un comedor puede nacer un roble, el problema será con sus ramas, el problema, las raíces perforarán el terrazo y el plafón siendo un...

El roblema.

En un comedor puede nacer un roble, el problema será con sus ramas, el problema, las raíces perforarán el terrazo y el plafón siendo un amorfo ser con tentáculos. ¿Qué hacer en tal caso? ¿Cómo poder calibrar el volumen de las obviadas? Imagina un sofá de tres plazas en un baño, pues, con un árbol podemos enfrentarnos a un tremendo problema. Crecerá con la hojarasca y su tronco competirá con el pilar que sostiene al tercer piso. ¿Se atrevería a talar a semejante obra de la naturaleza? Prefiero demoler la paredes para que beba del mar, que abra la copa hacia la galaxia hasta desbordar el eco de un problema, matemático algunos aumentan de volumen verde igual que un sentimiento de odio, de amor. El roble es un sueño, y los sueños no existen se construyen. Llénate de pájaros, escucha la sinfonía de los insectos, que purgan túneles en tu herramienta. Un roble no puede vivir en una cárcel. El problema, soy yo.

Mi poema por un ...

Y si fuera cierto que la llama es azul en su detonación, que atravesar el camposanto de estos años intermitentes, que ya sin querer, a nuestro modo envejecemos. Que no sé si en su anatomía de burla motora lo de bote era una tapia o una lancha cacofonía. Y si algo tan diminuto como una sémola fue lo suficiente para que sus ojos limpiaran la vidriera que tanto años ha sido opaca por los baratos de cosas desorganizadas en desvanes de apatía. Qué puedo exclamar en silencio lo mucho que os amo,  pero, en la calle, peca en un desnudo del Renacimiento que debe ser tullido con la sábana de los tendederos. La felicidad de entendimiento emigra. Las nubes desconocen echar raíces. Las calles tienen historias, y cada candelabro dispone de mallas de luz que rompen. Y ver como florece la calabaza sobre su torso, cabalgo, con la esencia de la ruda y bailo, sí, sobre las imágenes acontecidas en espejos de ventanas al sexo. Y si fuera un pata de letra. Un punto de mariq...

Collage.

De cerca nace para a y no saber la  un árbol abierto en chincheta sin forma de con son ante. Granado en pequeño embalse te me roso. ¿No lo escuchas? Abierto en fonema, boca lánguida de fruto. Madu-ro mero de esta raíz  en, en, dentellada rítmica. Que ata teja a la  y sabe que moriré entre, al infierno, tus brazos de.

Pan rallado

Tal vez una mendrugo para el gorrión sea un banquete y un montículo de masa el desierto para el ojo. No puede haber más pérdida que sentir la inmensidad, lo inabarcable en ese pícaro de alas anexas. En este amor de pulga, de pulgada, viaje más o menosprecio, que un segundo es siglo y  más auténtico que las bodas leucémicas. Yo me consumo ante su vaho, me reviento en trazos y abdico incomesurable en espinas trenzadas a mi vera. Pero él tiene todos los jueves del calendario, y en ofrenda acudo al sacrificio del tiempo. Un amor a la medida de una nevera con caricias fresas y flanes de mosca. Una pájara de puerto, saciada uva con la letanía de su grotesca. Le amo, sí, qué se enteren hasta en los baños sucios de las discotecas de Figueras. Una miga de él vale por un continente. Y absurda vivo a la espera de mi turno de plantilla, en una corro sectario de plumas de avestruz cortadas por la tijera de su antropología. Divina o demoníaca? Mientra...

Baratocol.

Cuando era niña por mascotas tuve caracoles; mi abuelo los mantenía vivos en una caja que él había construido. Los miraba a través de una rejilla y con mis dedos gusanos intentaba acariciarlos. Los caracoles no tienen brazos y su número áureo les acompaña en su propia escalera. Ahora moro molusco, retuerzo en su abismo gelatinoso entre la colcha y un canapé de segunda mano Noto como intentan acariciar desde mi cautiverio las lenguas que buscan compañía, pero, cierro mis tentáculos y baño este pequeña hectárea de vida. Me gusta el hinojo y los días de viento la clausura aún se hace más letal en este aislamiento anacoreta subiendo la colina otro exterminio, fosfatos que buscan las vocales dibujadas. Este caracol hemafrodita que corroe este verde. El vídeo, la imagen, la memoria, las sensaciones, las esporas, el edén. Futuros advientos. Palabra de caracol. Máquinas instauradas en el entrecejo.

Uve y los lagartos.

Alguien en este instante me lee en Venezuela , ahora que escribo este poemago. En reunión familiar, vía telefónica, se reprobó mi escote, escotilla, es cotilla, escobilla, es o no es mi identidad usurpadora de hacer ingerido esa moral falsa de recatadas con pensamiento sucio. Madre yo siempre he sido una casquivana apostólica, le prometo que la próxima me abrigo con cuello cisne y me pongo la falda muy corta. Ya se sabe en política ni peinados estrafalarios ni en poesía no ser un la mejillón. Ironía nocturna y Gulliver atado de pies y manos.
I Cuando escribo un poema no pienso en el dinero.

Ripio.

La cabeza decapita da  y aún así insisten en pegarle la corona en un cuerpo de bulto amortajado, con los pedazos hambrientos de humus en descomposición verbalística. ¿Cómo mantener erguido a un cadáver? Lo sujetaremos con hilo del nylon del parto violín. Lo elevaremos con una polea de pozo, de casa sin niños. Con cuerdas, con grúas, con plumaje, con oropeles. En tropa  y en procesión haremos  nuestra patrona virgen. Lo abrazas y se desmenuza en cosas, en frascos, en litigios que necesitan el impulso micro de escena. Con el cráneo sin cabello adjet ivo  ni el simbolismo en un tórax  licuado por la imprenta. Ella o él, no resp iran, si cada vez para más ser, tienen que ser menos. La observo en pixels, con los buitres guardianes enc ima del refrigerador, precisando dormir bajo tierra. Tal vez ese lloro, que oigo dentro de la s elva escapular sea la semilla, que ya mis ojos no verán su fruto. Y creo que su canto no se pa...

Sin título.

Con franqueza ser un gato en una perrera conduce a la enfermedad, el despojo ante sus pupilas delante de la tribuna, la carne femenina que alimenta su gula. Incompresible el idioma en que hace dos días, nuestros cuerpos se presentaron a la idiotez del alma, Ahora que estrábica permanece mi psique recordando su tono, después del vino hipnótico que ya pasó como el aguacero, y esta jaqueca alambrada cruzando mi sien en un castigo. Amar a escondidas, en huertos de dueños profanos, en la profundidad de la manzana como un topo en una cartulina negra, como un gusano de ciento y un pez que ha perdido sus zapatos. Si adoro cada palabra que erupciona, si sabe que mi corazón le pertenece, deje de humillar a la bestia Afrodita. Que estigmatizada come cereales con frutos rojos, duerme sola con tres gatos en sábanas lilas, y que leyó la biografía de Rimbaud. No compito, soy un alabastro dentro de la piedra, no soy la sustituta de ninguna reina,  no hay género de violenc...

Carta numero dos.

Querido Gulliver:  Hablar de amor, para mí es lo más complicado, dicen que escribir poemas de política posee la dificultad para no aparentar un folleto insulso de motes en un mercado de pescados.  Reclamar un derecho, en mi inconsciencia, en mi ignorancia ilustrada, para esta aberrante figura de circo según el espejo, no supone una complicación. Acaso no tiene en su propia matriz toda la fuerza una única palabra: Paz, comunicación, altruismo, respeto, trabajo,... Podría escribir miles de micro poemas de un solo sustantivo. Porque la justicia no necesita apelativo ni adjetivación alguna. Una palabra: revolución, revolución, revolución, encierra más energía atómica que una gota de agua en un pantano.   Una soltera poca familia arma, pero si se van absorbiendo igual que las páginas formarán un libro; tal vez el mar, el océano, el lago más grande de una urbanización de golf, no sea más que la transfusión de ideas originadas en un ente de letras.  Hablar de amor,...

Pescamientos

Siempre he pensado que vivir en una ballena tiene ventajas que miran al océano. Que si tu amor ruge león marino y en las mallas de pescadores habita el cielo de garfios. De acercarse a tu estrecho y amparar la sombra de un brazo que se ata para no ser arrastre. Esa colonia sobre roca, de hombre de acercar la bruma para hacer tempestades. Y el miedo ya resuelto de verte azul de sentirte naranja, envuelta de ti frente a un espejo de medio cuerpo Con piernas lascivas en playa de niños corriendo tras las olas. Pintalabios, y el juego de café de saber todas las calles y arrugas de nuestra desnudez. En felices. Palmeras de corcho. Y tú anidado a la bahía de esta mujer rama. Lejos del ruido en una gran mentira cocinada de verdad. Existir, sólo en la frecuencia modulada con  plata, forma digital.

Ex-celsior.

I La creencia que el amor se presenta. II Se acerca  y el papel nota el halo cual círculo encendido, poro-ceniza a la lumbre. Sutileza envuelta en tabaco que surca al talco del ente la consumación. Cercanía, roce, presencia, conquista combustible de la meseta atravesada. Un cigarro encendido besando este folio, que abre su boca al infierno, que desmenuza su materia ante el caos. Éxtasis de producto y suma con la desintegración por parte de uno de los dos donde ambos perecen candados. En esta mácula que no se regenera, que el campo huye por un agujero negro de la piromanía el quemar, así de fácil. El amor llama a la puerta emboscada, pero no pueden girar la llave. Porque en destrucción  contemplar  la química y decir que la muerte se debe parecer a este gesto climax  ardiendo dos veces  de la tripa de una radio: When there's smoke, there's fire

Carta a Gulliver.

Una de las insignias que más admiro de ti, es tu capacidad de mandar al sistema a descampados de pozos ciegos. Tampoco sé el origen de esta decisión encadenada de cerrar por sepultura tu arte. Siempre has presumido de gallardía, y servidora puede dar fe de ello. Pero temo que pueda ser un suicidio este atrincheramiento social. Reconozco que mi opinión enciende poca llama. Te añoro, buscando mi mente por los recovecos para mitigar el frío y tú te ríes del mundo, cual Zeus y sus castigos.  Lo dice una mortal, que vive en una torre sin ventanas. Y que de vez en cuando tiene una cometa, mejor dicho, ella es la cometa y puede comer nubes, deslumbrar al sol y hacer rompecabezas con las copas de los árboles. Tu jerarquía en todo lo que pares, paternal  de fotos, ilustraciones, papiroflexia de palabras, vozarrón y limpia moquetas.  Eres tan planeta Marte y yo tan luna.  Eres tan leal a ti mismo  como un río seco que a veces es Nilo y otras vereda. ...

Der-hecho.

   I La chica lleva un lunar falso en la cara y el rabillo de cereza. Ella llora, desconsolada. La pantalla del móvil se ha partido. Desconsolada, llora ella. II Nos llevaban hacinadas como garbanzos. Ya no recuerdo su sabor. Tengo hambre. III Tenían 18. Tenían 20. Tenían 27. Tenían 30. Dónde están los cuerpos de las de 40, 50, 60. Dónde yacen los hijos que concebirá la ira. III Nos ataban las muñecas, y no era un juego, los tobillos. Nos colgaban igual que a una pieza cárnica. Éramos los animales del sacrificio. IV No fornicaban al órgano, lo hacían a occidente, al capitalismo, a Europa. V Quizás sea un virus de laboratorio letal. Lo desconozco, sí. Secuelas evidentes: mirar el sol al amanecer. Vi Cuando granizaba sobre la piel te transformaban en una lancha hinchable que iba amortiguando los golpes. El ojo ya no era ojo y en parálisis las bolsas de plástico tenían más vida que nosotras. Luego dejas de s...

Encadenada de nada en cada.

Te has atrevido a sujetar la cadena? A hacer más liviano su manejo? Sólo consiste en abrir un ojo como una flor y observar el mundo. Seguramente será una desfachatez mientras abro la lata de comida para gatos con el cuidado exacto para no cortar la piel. Una ocurrencia de mueble de cocina, el sorber puré de color fruta y sentir la misma felicidad que una concha en República Dominicana. Mirar a través de la cadena es encontrar en el buzón poemarios llenos de amor para otros huéspedes. O el centauro de ver en un coche un adulto leer una novela a un niño. Esa  instantánea de eslabón capaz de atravesar un vacío relleno de existencia. Las noticias de normalidad en un mundo de letreros de desahucios en la Gran Vía sin Piaff ni rosas de cemento. La vuelta a casa del ladrido en la montaña de un perro que buscando ovejas habla a las piedras. La normalidad y esos vasos que se quedan tartamudos dentro de la boca. Para probar con cables cual detonará e...

Una habitación con vistas (Para ti Woolf)

Como un sarpullido de escarlata te prodigas por la piel deTroya, moteada letra que te atreves a escribir tos,   de poema, de matriz con arrastre. Tú, que fuiste en la hoguera de Torquemada una flor roja, de ancestros de pueblo  con los miembros comidos por las anacondas. Que fuiste médico, científico, pintor, astrónomo y sangre derramada por todos los bulos. Mofeta, hiena de lengua cortada por reclamar derecho, celta herbívora, que no sierpe que llevaste la bandera a la luna. ¿Dónde reposa el resto de poeta? ¿Dónde se hiere la cura la devoción personificada del grito de antes de parir? Llevo las marcas de la Edad Media, del renacimiento molecular de la raíz de la mandrágora que escribió su propia Odisea. Llave parca. Alumbra infiernos. Mujer, al fin y al rabo de gata, soldada de hierro aventura proscrita. Una mujer con una piedra  y Goliat, una piedra,  pequeño planeta de Venus. (Os honro, vascas, ibicencas y mallorquina...

Inquisitivo-cal.

¿Y ahora qué? Este traumatismo craneoencefálico, fálico con una brecha hemorrágica de silencia. La raja en la, el siete en este vestido armadura. ¿Por qué? En las tablas de planchar no anidan suficientes flores, prensado artificio de ropa. Yo te quiero, ero lo suficiente, te. No sé tu manera de actuar eso de tirotear en los vídeo legos, ego. Y no tener balines para correr detrás del autobús. Heredera, enredadera, pústula en la ceja de cebolla, olla, caramelo ardiente, diente. ¿Por qué? Tal vez, no me merezcas y lo mejor es apagar la tele.

El perro del hortelano.

Un perro lechal que persigue moscas que mueve el rabo, indisciplinado, que mancha con sus patas el sofá adquirido por catálogo de Internet. Pobre perro fiel, tiene un dueño  demasiado estricto. Le molesta que ladre a la luna, y crea que es posible virar su cara oculta. Como una perra siempre esperando la caricia, y si hay rebelión, el hipócrita aplica el correctivo, lo amarra con una cuerda chica, y le tapa los ojos con una pantalón de pijama para que no vea la realidad. Mientras las moscas observan desde los cristales.

Caracola de mar.

Me construyeron casa con una puerta en el centro de mi barriga donde salía gente. Asustada, con el tejado sostenido en clave de sol y los pies de lodo esperando la gula de la lluvia. ¿Cómo podía evitar que volcase, por el huracán disfrazado de hombre? Se anegaron las ventanas, los gatos murieron, mi ojo era puño, y todos las arandelas caían en ladrillos. Era una casa de grietas de arenisca y la gente húmeda se marchaba. Los niños dormían cuando cerré la verja. Dormían, mi maldito sueño.

Melatonina.

Ayer arreció el viento, y hoy, con paradigma vuelve el viento. Buenos aires bajaba yo de las aulas y Elvis me apareció en el oído, con mi padre de la mano. Mi padre biológico amaba a Elvis, en cambio, el rey astro ni sabía que él existía. De niña, en la pantalla con su tupé y una guitarra de madera de lápiz. Era Hawai y la chica guapa siempre llevaba los pechos en punta como escoltados bajo dos copas de fieltro. Mi padre cantaba de memoria sus historias de perros y lunas ováricas. En mi familia todos saben cantar. Yo cuando lloro, canto. Y este viento que no cesa en su empeño, de desordenar panorámicas y cruzo y veo y tiemblo con la imaginación una balada de amor sin rifle. En el corazón de la memoria, donde los héroes siguen vivos.

Invasión.

En romería se expande oncológica, en rotondas y albergues comerciales del hueco en extracción de humo. Hay tantos modos de imperialismo, de colon-izar con menú en la parada del bus o los letreros de las autopistas. Se compran esquinas, terrenos en subasta y poco a poco van coloreando el mapa en aparcamientos, en zonas de ocio y polígonos para carriles de caballo. Guerras, de hamburguesa con parrilla, mundiales. La manera más descarada de una globalización de pienso sin pensamiento alguno. La barata manera de comer del que no tiene, de los soldados con carne prensada en corazones presos como gallinas en colas de ciudad. La derrota, ahora, es un estómago aleccionado.

Roscón volátil.

En esta encrucijada de un hombre y una mujer entregados a la gula, bebiendo sin lengua devorada la ambrosía de mi ceguez en recuerdo para apaciguar la enfermedad acaecida de no estar cerca de tu aurora. Frenético baile de primitivos sin más vestidura que el hambre. Esta fuerza que sucede como el impulso de un reactor que me aprisiona a un más a la servidumbre. Qué puedo hacer si ahora huelo a ti por todos los núcleos, las manos, los pechos, la barriga, este continente de vísperas todo troquelado por tu vigor. Sentir hace horas el soul con las medias a la altura de las rodillas con la misma medida de la pata de un mirlo en un charco. Y luego ser tuya. Para borrar otros nombres. Para inyectar esta ponzoña de bebida energética que dilata mis pupilas como una sombrilla que se abre, y viaja por el torrente haciendo sacarina con el oleaje producido por el corazón. Te amo en cada lamido de hembra. Te amo en la contradicción. Te amo sinalefa a tu figura...

Derecho foral.

Acaso la bellota pide permiso a la tierra donde cae y la hoja para abrir paso en la rama, usted cree, ciertamente amigo, que la nube paga tasa por aduana cuando atraviesa el monte de otro país y que el agua anarquista por la fragua es dirigida por la gravedad. Ella alborota borbotones a su antojo igual que la gaseosa con un planeta de hielo cuadrado. Mi lengua que osa ser menor en la pregunta y en esa incomodidad el árbol sostiene, el pico cala, de solícita si a usted soy de su agrado. Si en mi firmamento luce una cabina con destino a un aeropuerto a Niza. Qué hacer yo puedo. Si brota, brolla, brinca y bendice en este corazón lo que nunca se había propuesto. Acaso sabe la raíz su maceta, acaso, por si fuese necesario este pleito cuando de mi pecho salió una semilla ignorante pero creciendo vaina, río, lluvia.

El que avisa no traiciona

Una buena conversación, o simplemente explorar el iris de la persona de enfrente en silencio que rellene las horas. La mirada directa, punto sobre punto, como un eclipse. Como explicarte que soy peligrosa que sólo un titán reconocerá mi veneno, que corrompo el pasto de la oveja descarriada de la oración. Montes verdes rasurados y el agua, sí, el agua que cae sobre mi cuerpo sintiendo tu observación hedonista, mujer teje arañas dermatitis de besos aditivos lengua endemoniada trascrita al poema a la mazmorra por ejercicio voluntario. Por ese rayo doloroso de luz de pasillos, encimera en el número nueve, cobijo de colcha entre sapo y cólera. Quién caerá sufrirá alucinaciones de seta, se volverá adicto níquel y acabará loco. Por eso, si quieres jugar sólo me gana el diablo, y tienes el beneficio de huir despavorido porque la locura ha sido la enfermedad de mis amantes, de morir entre hilos de sed a -gua rosácea como la más bella flor del infierno verde po...

Reglamento jurásico.

He aprendido a valorar el riesgo con el sacrificio de la cápsula del detergente. Y en la toma buscar el adaptador para enchufar cada una de las necesidades. Demonios acostumbrados a morar sobre la mesa noctámbula con los brazos y las piernas enjutos, con las rodillas y los codos en nódulos de canica. Verdes, porque los demonios son verdes azufre y no rojo pimiento, sentados a la espera taquicardia de incisión al cuore y jugar un rato a morderlo, a exprimirlo, tallarlo moteando el cubrecama. Ellos no se marchan nunca duermen dentro de las cuevas de las costillas, lo agitan y entro en un trance transporte público a una niña con cuerpo de mujer barrizal, y tengo miedo y estoy perdida en el laberinto y me duele la falda y no entiendo de tapetes. La luz me alivia. Algunos años dan margen en esta carrera running de estigma contra malignos, desconociendo cuando me atraparán, y que hay desprecios que son mucho más crueles que sus juegos. Mientras un ...

Ibis

Cada peldaño que he subido ha sido por credibilidad materna no importa desde hace como se observa sobre la azotea la cigüeña y su escoba. Todo lo hago en esa tara de aprendizaje éxtasis o ronda de uva gajo a pepita de sentir esta noche la ilusión novia de hacer algo desde la honradez sémola. De silencios de morsa de un amor que ha rechazado a dos hombres esta semana y que se ve niña fea y que sólo se salva tras la careta del poema. No puedo olvidar en un siglo. Será la pero de con de dejar que vuelva con tiempo. Con muchísimo tiempo. De algo habrá servido quererte y necesito muchas tiritas para besar otros labios. Paciente árbol.

Rosalía de Costra.

Doce días de ausencia en tema de amatoria parecen un año, con el pensar del exceso de tocino, el valor añil o una patata. La piel donde se aclara en esta escama de tiempo y la lengua pare una culebra de cuenco sin frutas, en estos doce días de papeles con carcoma, de la bestia ladrando tu sexo, con el lloro de cada pezón en lágrima, de doce días donde tu ron me llega como el rojo al escualo. Doce días de tornillos. De plantas que tenían sed y han recibido agua. Doce de docena de cieno dedo apuntando a la cabeza. No sé si me añoras. Si la gota de semen cae muerta. O hay otra carta en un hueco. Doce días, pues, de abismo. Con las fotos que nunca nos hicieron, con las manos que en público furtivas y arañas. Con doce y no cedo a pensar que trabajas mucho y estás fatigado, que el dolor crónico se instala en válvula en un número par de murallas. Sólo esta memez poética para decirte que amo lo que siempre quisiste y que te echo de menos-precio él

Análisis y mención del crítico y periodista José Luís Olmedo-Amor.

Que te mencionen siempre es un honor y se agradece. Magnífico análisis sobre el panorama actual poético en Valencia. http://www.elcotidiano.es/valencia-rima-situacion-actual-de-la-poesia-en-valencia/

Bajo el puente de.

Mientras existan ollas de aceite en llama calentado cuadrados. Con gente de frío, y en la cola los bricks  de menos de cincuenta, que salen de la mano de la exclusión bancaria. Pasos dirigentes  hacia el olor quemado de una estufa bajo el puente en helada estampida de dedos ásperos como la rama del seco recitado poema lumbre de esa mirada del sol que se desliza a través de la polea pozo de señas inequívocas de asesinar un poco más al indigente social en vías de vino y cosas entre tanta política y cajas de destornilladores. Todo sigue oliendo a barato.