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Mostrando entradas de abril, 2013

DOS MEJOR QUE UNO.

Las cosas sencillas forman parte del día. Tiempo cronometrado de nuestra existencia. Planchar la camisa en la mesa, beber agua de lluvia y pelar naranjas con los dedos. Por eso me enamoré de tu sencillez estrellada, tierra en tus uñas y la piel escrita, por la maleza al podar el árbol. De tu sonrisa complaciente cuando guardas las monedas en un tubo de pastillas y esos rosarios que parecen manzanas colgantes de las ramas. Te amé viento, intangible polinizando con tus besos mis poros. Me gustan las cosas simples las paredes blancas y una flor en jarrón de plástico. Sorber con ruido la crema caliente y rascarme la cabeza en público. Por eso me enamoré perdidamente de tu lado sin poder retener tu entero. Tú meditas, yo grito, tu autocontrolas, yo soy impulso, yo fuego que respira oxígeno y tú anhídrido en un solo cuerpo en vena cuando hacemos el amor. Sencillamente.         ...

PULMONIA DE LLUVIA

Tú,tienes mundo. Yo. Solo palabras. Cuando llueve arroz-agua, los huesos y las farolas se rompen. Con un paraguas volcado hacia la noche. Varillas que encierran mi cabeza para proteger del aire a rachas el pensamiento. Bonito pensar, que... Por primera vez en mi vida contaba con tu mano, cuando mi salón se transvestía de selva. Las madugadas atravesando el río a nado con mis brazos por remos. Dormir con dos pijamas para creer que eres tú: abrazo. Suelo poner más pasta en la olla y me sobra tu plato. Esa locura cocinada de tus músculos-olas rompiendo la cala de mis rincones. Siendo pecho, espada, techo basculante a la tormenta que desenredó mis venas (Idea de Alonso Vicens) en llegar, abrir la puerta, girar la llave, y, el perro de la soledad, ladrar. Zapatillas expectrales. Y seguir caminando a través de las paredes.             Lluïsa Lladó.

LA OFERTA DE LA SEMANA...

Nunca he entendido la cara de clon de los actores galos en las vallas publicitarias. Comprendo y asumo que en todas partes la lluvia ácida riega el campo. La necesidad de ir al Mercadona para buscar, una sonrisa en la caja de turno. La mirada de los ojos, directa, como un bolígrafo que se enciende y se apaga. A la gente cuando traiciona, una tarde dominical. Y vino y rosas y libro, una batalla, devenir incierto. Sobre un mantel volaron pájaros de porcelana. Para dibujar en mi tez tu nombre: Dragón Rojo, el tatuaje imborrable de tener más miedo al amor, que, a la muerte. Me levantaré furtiva de la soledad, lamiendo, el sudor de la noche. Y buscaré, el saludo de una cajera con cara de chocolate por un euro. Así es la vida...

TREN DE CERCANÍAS.

la mudanza se inició cuando percaté que era feliz sin tu presencia. Un baile de máscaras donde los muebles se disfrazaban con sábanas y las cosas carnavaleaban en cajas de cartón y plásticos. las caretas vieron como la vida fue una vivienda vestida de recuerdo. Y los dos con una cortina veneciana a los hombros viendo arañas en el techo suspendidas. Iniciamos un cambio. Ahí quedó la maleta de un hogar lleno de aire: respiración, jadeos y bostezo. Y tus ojos en medio de Río de Janeiro se despidieron sellados. Te dije: -¿Marchas conmigo? Y volvió mi pulgar a la autopista en busca de otro coche-viaje. Una flauta, un perro mestizo y el corazón en una roulot  de enseres. Con tu presencia fui feliz lo suficiente para iniciar la muda. Gracias compañero, tren de mercancías.

DE MUTUO ACUERDO.

Los rinocerontes son amigos del pájaro. Y el tiburón solitario con la sombra alargada de su musa, navega. Relación simbiótica, de la piedra que enciende el mechero. Así somos tu y yo sin olvidar que hasta la naranja precisa del mimo de la abeja, punzón. Para metamorfosear la flor en fruto. Quién  dice que el amor no es un hipotecado en redes sociales. Y puede travestirse en amigo. Paciente espera en la camilla, la operación. Respirar sin aire y los depredadores, los fuertes, siempre tienen una herida: Aquiles. No olvides el paraguas por si llueve en el túnel de lavado. Proteger con mis manos, tu cabeza, y sanar tu espalda a base de almohadas canela. Mi propósito. Payaso que anida en la anémona por miedo a las mariposas. Punto. Lunar. Satélite que rota sobre tu pecho. No quiero ser tu dueño solo deseo vivir de mutuo acuerdo.

LA GRANDEZA DE LAS PEQUEÑAS COSAS

La humildad  es la cena predilecta, dos hogazas con la rúbrica en aceite de oliva. Sal sobre la firma y el tomate a ruedas. Lo aprendí hace lustros cuando el esmalte despareció  de mis uñas. La cara lavada  con jabón de coco aprendiendo a dormir de pie como los elefantes. Y a lustrar los colmillos con pañuelos  reciclados. La sencillez del silencio en un vaso de vino, aceitunas pardas y libro de poesía, felicidad. A comer en los bordillos de la acera, sonrisa, indistintamente, buena o mala al enemigo. Pasear mis peces en la orilla y crecer en el Mediterráneo. Hablar en el vagón con la gente del tiempo:soledad y amarrarme fuerte en el metro. Aprendí a tener mucho con menos. A compartir bolsas en el supermercado, degustando el fuet con una señora paquidermo. Y no olvido y no olvido, mi memoria sigue intacta con menos maquillaje. A quitarme el corpiño de la moral y el lenguaje  gangrenado. ...

EL BOLERO DE RAQUEL

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Siempre la duda envuelve a Raquel  en una boa de plumilla. Un Diciembre una prenda celeste en un maniquí de hombre la sedujo. Era un tricot esponjoso a rayas horizontales como dos cuerpos amándose en la chaise longue. Tonos grises salsa en línea y angora. Vello albo. Y olor masculino, el ambientador del comercio. Pero... Dos calles más arriba en un escaparate sus ojitos se habían embriagado por una sudadera. Logos yanquees, pasos cubanos y números. Vello oscuro. Y el sopor varón, la fuerza de su textura. Raquel se los prueba caprichosa a destiempo, nunca marcó bien, el paso. Por muy escandalizada que esté la dependienta Rusa de uno y la Ucraniana del otro. Un par de tallas, grandes. Fetichista goza con su tacto. Ay... Siberia si de visita acudiera en forma de borrasca. Quedando nevadas la ciudad, los garitos, las sombras Raquel los vestiría en el perchero epitelial de su cuerpo ...

VIDEOJUEGO LIFE

Abría la maneta del grifo y se mojaba las manos. La trenza rezaba en canasta y una goma de un paquete de galletas la cerraba en un beso ahogado. Cogía su mochila y planchaba el uniforme con los dedos, tenacillas de carne. Luego buscaba a su abuela pero ella huyó en una ambulancia del Samur para no volver. Nunca se despidieron. El colegio son dos semáforos y una carretera. La poesía, su sombra. Ella nunca habla con nadie juega con tapones de botellas y oye como cantan desde una ventana-cumpleaños las niñas-espalda. Cuando el botón no es abrochado por nadie y la nada te acuna en una cama compartida por un abuelo ludópata. Cuando para apagar la luz uno se levanta y regresa a las mantas a oscuras. Una se enamora de un papel y un bolígrafo para inventar una familia y un cuento con perdices envasadas al vacío. Ahora que la melena fue barrida por la peluquera. Y las venden en la sección de congelados de una ciudad exiliada. Aú...

SILBA VIA

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Sigilosa Dama viste de rojo su pelo. Llegó con su terciopelo azul y en la entrada del Casino pétalos de cisne iluminaban la moqueta granate. Ella siempre lleva la corona en el bolso y en un bolsillo el beso que le robaron. Grande. Diva. Hechizos con su baile al hombre de la chaqueta con solapa. y sombrero. Silvia tiene nombre de tango y guarda en la última calada de su cigarro el libro de un amor de costura y puerto. Argentina te llama del ritmo húmedo desde el Atlántico lo dicen las venas  de tus pasos.  Un,dos,tres. Rastro dibujado sobre la baldosa de un camino que escribe versos en el suelo. Música y el ventilador, flores de una boda de arte de abertura caprichosa de una falda de raso pues,en el silencio del compás timbal un arrabal queda escrito. Cuatro,cinco y seis. Emerges Venus de la cortina de cuentas. Y vuelta a nacer.

EGO MATER.

Nos enseñaron amar a nuestras madres a honrar al padre delante de la lápida. A recoger las migas en señal de duelo cada vez que una rebanada era devorada por la pala y una lengua-escoba. A comer todo el pollo y sorber la sopa en silencio. Y como no me gustaban las alitas nunca aprendí a volar. Nos enseñaron a sostener en dos tacones el cansancio y la espalda recta a la rotonda del olvido. Pero a querer en forma de abrazo-lluvia. A besar la frente circunferencia con dos brazos. Nunca. Por eso dejo el plato inmaculado. La carne trinchada y no hablo con la boca llena. Pero a querer enferma de mimos-ausentes una más que vivir muere. Te olvidaste Señora en la escuela de tu cartilla el corazón en la mesa. Demasíadas armas y muy pocos besos.

VIENTO TERRIBLE Y SOL DE COSTIPADOS.

De madrugada de vigilia mi cerebro y lanzas un cóctel molotov. Sin importar los daños colaterales la sábana quedó salpicada de masa cefálica, fragmentos de mi sueño en esquirlas punzantes. Debo partir rumbo a casa y dejar la concha que ha sido mi morada. Los cangrejos amanecemos en la playa con nuestras tenazas sumergidas en agua y  arena. Ermitaña sin vocación monjil que acabará en el cenicero, seca de un souvenir de Benidorm o en un crema deshidratada. Va y lanza el dardo a deshoras perforando el estómago cerebral en yagas. A las dos de la mañana te citas y debo ser la primera en saberlo comiendo mis tripas. Una hoja caduca no siente nada cuando es arrancada. Eso eres tú: Otoño. Por eso llora salvia mi tallo desgranado pues tengo vida, soy verde. Y no inmune... Primavera. No me lleves al jarrón que aunque rota hasta en la tierra en el rocío, la hiedra florece en raíz. Molusco. Nácar. Resurrección...