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Mostrando entradas de septiembre, 2014

Bloque o hielo.

Echar de la vida sacar la basura a la puerta tomar las pinzas y extraer de raíz un pelo aprestar la pústula y aguardar la cicatriz caer la costra tirar la ropa viaje de hace años subir y dejar atrás la sombra arrancarme de tu cabeza decapitar la foto anular el índice en busca de la palabra pérdida encontrar la dirección de salida para sacar los paraguas y mojarse la cabeza sin peluca recoger la ropa del tendido y quemarla pisar, delinquir, exprimir cualquier atisbo. No soy más que una línea acaso te molesta la oreja en tu lado izquierdo.

EL BLOG DE MIS POETAS: DE MUDANZA POR LA VIDA

EL BLOG DE MIS POETAS: DE MUDANZA POR LA VIDA : No todas las trayectorias poéticas tienen la misma evolución. Las hay que son inmovilistas en cuanto a la temática, tratando de profund...

Casualidudas.

Y si fuésemos folios en blanco; hoja de árbol que fue amante de bosque turquesa, un árbol que tuvo araña y gusano, un folio clorado con el incipiente punto de un bolígrafo azul. La pieles frutales con una hendidura. Si los astros pacen manchas solares. Y el cielo se cuartea con el ozono. Fragmento de ADN que soy,  acaso inmortal te creías, como la mosca sobre la uva, el moho en el queso, la pared con un punto negro de insecto. Y si fuese una hoja a punto de naufragar en la trituradora. II Morir no molesta, supongo que uno no siente. Es dormir sin pesadillas y preferible el cáncer de un amor que te desprecia. Todo tiene un porqué, hasta el verdor del pan cura y mata. Y si fuese una hoja a punto de ser cartulina negra. No importa el erial de esta contienda creo que estoy en la circunstancia pizarnikándida con ventanas vestidas stornis ; porque hay muchas formas de fenecer y una de ellas, le aseguro, que es vivir sin los hijos, que nadie t...

El cuento de Nuria y su piscifactoria.

Esto es el cuento de Nuria,  una niña que pasaba horas contemplando en el estanque un millón y cinco peces. En las aguas hojas, carpas salmones y el deseo irrefrenable de llevar tanta compañía, bonita cosa, luz, a casa. Ella pecosa de interrogantes con un barreño de plástico y sus manos ya amoratadas por el frío llegó a atrapar un millón y cinco peces. La bañera desnuda espera. Vertió el caudal con vida. Pero, a la mañana, objetos viscosos con ojos ceniza flotaban como palabras feas. Nuria, involuntariamente por egoísmo había perdido. La bañera  vestida llora un millón y cinco peces. Moraleja: Amar en hábitat concediendo libertad no es apropiarse de las cosas es compartir. Pues, hay personas en cautiverio que se mueren y tienen que ser universales. Palabra de pez de colores: LLuïsa.

Caridad dubitativa

Siempre me quedará la marca pero también la incertidumbre igual que el sol extremo de un cigarro si osó tu calentura de gripe escribir un viejo poema con mi nombre. Me quedará la aparatosa nave que vigila la meteorología prisionera de ver la tierra desde el cielo. La pena de no saber si no fui más que un sueño. De traje alquilado para visitar la feria de mis ojos cuando te veían. Fe trasquilada de lana  en todos los bonitos jersey de punto con un hilo suelto a las conjeturas de los demás. Soy Isolda. Y ciega imagino que quizás, en busca, plegado ala, cubierto de tiza, manirroto y un buratacho por firma. Haya un pedazo de papel sincero de desnudez con lo que se elude la verdadera historia de la huida. Dentro de un bote de café o una lata de galletas danesas la carta que nunca tuvo destino de un viejo con un amor sin poema ni nombre.

El formador de sales.

El halógeno número sesenta y siete parpadea resistiendo a los fluorescentes  que ganan la batalla a la bombilla en esta cruzada nocturna  desde el trabajo a una casa que guarda suya un momento. Y las primeras muestras de catálogos vuelven librerías a los buzones; eso al fin al cabo, es la dulce rutina, llamada así por mi compadre Eloy. La procesionaria de días al cobijo de un mensual pináculo que pincha pero duele en una arruga diminuta mas que se resiste al botox. Dulce rutina con sabor a borrasca, embadurnando un cuerpo con los primeros espasmos del frío. Yo antes era demasiado yo, ahora, lamparita de mesa de meses, quiero ser para todos. Enchufes felinos de colas blancas alimentando a los focos gatos curiosos  que olfatean la penumbra. En el deslumbramiento  que procede de hogares con más electrodomésticos que gente. Y en mi soledad de fantasmas sentada delante de un ordenador de dudoso linaje, bajo el flexo escribí el pasado: ...

De vieja quiero ser Bukowski.

Una página de fiambre, una cerveza caldo y otras Islas de Sándwich. Esa bolsa por manos pares sin patatas; o un teléfono que comunica llamando al chino para amar al motorista con olor a aceite y sonreír a alguien que no sea el espejo de la encimera. Un silencio afrutado. Galletas sin vaso de leche. Es cena multiorgásmica. La llamada del microondas y no haber nadie detrás de la puerta. Un morreo en un bocadillo de anchoas con tres vinos de regreso. Mortadela en rulos y una mirada al mando con la cabeza ladeada a la cocina en busca de pan para los ojos. Posos de cien botellas en una mesita de noche. Un cigarro en una cama, el queso mal cortado y otra cerveza caliente. Con ni siquiera un perro meneando la cola. La soledad es cien gramos de chorizo y una revista porno. Cenar algo a solas en lo callejones de una casa sin ceniceros en las luces de la ciudad. De vieja quiero ser Bukowski. Ll. Ll.

Interferencias tesituarias.

La crueldad del agravio no conducen a buen sendero, el sentir que una molesta en la vida de uno, y él arremeter la lluvia con la única coraza de un paraguas sin tela. Por qué oculta la sed tras la fuente, desmerece este amor que os prodigo. Si conoces los puntos cardinales y mi lengua sabe del idioma de los lunares jade o vete saber que hueso roto. Sus palabras que como cardos esconden el manjar de ser más ser. De menos precio por divisas al mar. Qué delito, he cometido si al estar cerca vos de mi inconsciencia sabe darse como un hombre que ama a una mujer.

Las primeras ramas deshilachadas de otoño.

Para él, un árbol. Sí, esa es la definición apropiada. Ignoro si un manzano, peral o poste de luz. Pero, no un árbol para arañas de gato ni orines de perros. Un árbol corcho. Un árbol caucho. En mi espalda escribió dos iniciales, un corazón de polígono abierto y una flecha falo. II De lo que si estoy segura que sauce llorón no soy, no hay lágrima de resina en las piedras de mis ojos de gata. Tal vez, el peor, de toda la arboleda. La palmera. Refugio del viajero. Obelisco del oasis. III Simiente, raíz y sombra. IV Si por un momento sintieras la salvia abocada sobre mi cuerpo como ese árbol que exhausto que lucha contra el viento, y las humedades que sobre mi tierra germinas. Cuando tus manos sobre mis muslos. Cuando la arada de tu lengua sobre mis pezones lunas. Cuando tu virilidad es rama de mi tronco. Si tú sintieras el milagro del Amazonas... Crea usted, naúfrago. Con el corazón y no con el bosque. De esta isla,  usted,...

Channel.

Tenía un mejor amigo que ahora es recuerdo, supongo que eso significa que era el peor, pues, se ausenta como los unicornios cuando los niños se despiertan para ir al colegio. Luego tenía una familia; la herida que más duele. Pero el capataz de la hacienda era un hombre cegado por la cocaína y huir fue salvar mi alma de sus llamas de Roma. II Maldito Nerón. III Tenía amores  donde me convertía para cada uno. Lo que más deseaba. Quieres que sea noche me pintaré de negro. Quieres que sea día abriré mi sonrisa. Jugaba hasta que como una gata apolillada pasó un coche en medio de la autovía. Alimentada de los escombros  me abrió en canal. Ahora sé lo que es el amor. Desangrada al lado de los contenedores de reciclaje. Para dormir el sueño de los unicornios que galopan  en el minuto exacto de los despertadores con forma de Disney

Una gavina petita és una gavineta.

A vegades em fa mal el cor i una pena molt grossa viu sargantana de cap a peus. Començ la mutació de la terra illenca, sentiments que ensumen moixa la tardor a cada arbre d´espelmes. Sense mans, ni dits,  el coll ficat  a una palangana roja. Amb unes cames trencades per serres tramuntanes; cosides aquesta vesprada amb agülla de pi i fil de pedaç. Pedaç del vestit blau que em vares llevar, i despullada, fer retalladures per donar menjar als coloms. La il-lusió pot més que cap tisora; jo, no necessit cos. Als vaixells només els manca la fusta. Va ésser la revenja, d´un parell de segles enrera: Don Joan Baptista  i una mallorquina coneguda per madó Sal-lomé.

Lisboa amaneció con el canto del gallo.

La mañana con gallos sin cabeza canta canciones de cuna y cada una de sus crestas  que coronan  su miembro delatado  yacen, en cada músculo de este sofá,  puerto de desembarco. Gallos sin plumas  en bandejas aladas, sirviendo pico a cola a la folie de beber de sus ojos. Para qué hablar de rubí, diamante o platino, si yo señor de los feudos de calles con olor a azafrán  y risa descarada  soy holograma. Cuando te quitas la máscara y jacintos amanecen en tu sonrisa, van navegando pétalos en cada uno de tus movimientos de hombre. Qué espejismo, cuerpos mojados bajo la lluvia,  y sin embargo, dónde está el alma. Di, lujuria mía, en que lápida florece, si al sentir las embestidas rompes en mil poros los jadeos de gallos sin cabeza. Soy tuya, igual que un botón deshilachado a punto de perderse, cuando tu sombra crece y se bebe mi luz pijama. ¡Siguen testas cortadas a barlovento! Creciendo musgo en cada mecer, somos de...

Bar y edades

Si por casualidad, naciera de nuevo y en el proceso de selección pudiera escoger Entre un león y un cordero. Sin duda, el rey de la selva sería el elegido. Si pudiera volver a nacer en otro ser vivo reencarnado. Entre la mariposa y el león. No quepa la duda. Sería Butterfly. II De vez en cuando.  Sólo.  De vez, en cuando. Sale tímida de su escondrijo. Así es ella. Precavida y muda. Mi amiga. La lágrima. Re construcción. III Ay Ofelia sal del barrizal, peina tus pestañas y recoloca las estanterías de tus ideas. Allí afuera un bus con billete a Plutarco y cien tazas de café que van a ser besadas en alguna tarde Mayo. IV En mi infancia siempre fui surrealista mientras las niñas unían las bocas amorfas de Barbie y Kent. Cortaba con ahínco peluches y muñecos articulados. Mis compañeros de juegos, las farolas y las nubes susurraban corrientes: -A ella, le gusta la mitología. V Contra el agujero ...

La amistad es un nombre de velero o la amistad en cubierta.

I El maremoto sacó un bote de Coca Cola, era un sarcófago, y en él un corazón latía. II Mil meriendas de niño. Cincuenta asados de boda. Veinticinco mechas de peluquería. Y el corazón, un rollo  un rollo un rollo de papel de plata. III Del envase salió arácnido. Era un corazón con patas de insecto. Huía rápido hacia el oleaje. La lata hincada en la arena se quedó contemplando su marcha con unas cuerdas  sin barco. IV Pies descalzos en la orilla esquivando corazones que con sus tenazas siempre miran al pasado. Hay una bolsa y una chapa oxidada. ¿Dónde están las conchas? ¿Los besos y las caricias de Estrella Damm? Las botellas qué rieron, las brújulas y los remolinos de niños  corriendo tras la sombra de las gaviotas. V Hay sirenos hombre, incauta... no creía del azul con el verde, de los limones con forma de luna. M e jactaba de los cangrejos que amaban a los erizos, pulpos con tinta de medusas, de la locura de sen...

Él ama sin culpa.

Cómo se olvida di, café y casa desnuda, cómo se olvida un amor de toda la vida, más vida da muerte entera con el comezón de un latir que dejó de ser ritmo para ser línea horizonte filo de navaja en rojo corte en mi cuello. Di como se olvida. El beso. El beso de dos cuerpos. Experto en materia sacacorazones es tu estigma de costumbre amigo mío de mi tristeza helicebra. Con tiempo supongo. Limpiar el tuétano. Bajo la tierra. II El verdugo pregunta a su víctima: -Estás bien. Antes de bajar la guillotina. Él no tiene, culpa. Es su trabajo.

He escrito esta canción de Pirata para ti.

I  Me gusta tu jersey pirata; las canas incipientes de tus huecos, hierbas metálicas por los espacios. Lo hacendoso que eres con las plantas; acicaladas con dientes de ballena. II La extrañeza de guardar conchas en un bote con tapa. A ellas,  por los cajones, les gustan ser libres, Playas  de mobiliario urbano. Cosas de Pirata. III El jersey pirata te sienta de fábula y la holgura de tus pantalones guardan, bolsas de aire donde circulan meteoros. Desconozco, de que material están hechos. Piedras estelares errando por el ciberespacio. ¿Di, la verdad? Dime que no son fragmentos de corazones rotos. IV Jersey pirata con mangas jirafa. Estoy encelada de su punto, de la forma que te abraza. Deja una hoja de mi olor. Para que la raya horizontal sonría y se produzca una elipse  felicitatoria. V A veces al abordaje. Entre mis pezones y tus yemas. Entre...

La espera.

Tuve la suerte de tener dos padres. Uno panadero, las noches del horno hacía corazones de miga. Pero, un día de septiembre, de la mano nos perdimos en un parque. Papá, jamás volví a oler la harina de tus manos. Luego, Xisco que me enseñó del mar el yodo oculto de la gente. Era un hombre de manos de música; demasiado bueno en un mundo de hienas. Piano, se fue piano. Era abril. Mis manos se quedaron dormidas de luz. Esperando sentada en un banco de madera.

La fotosíntesis de los tomos azules.

Mi chaqueta sin escudo, de la Sorbona,  pues,pillaba lejos de mi barrio. Mi acento no es de Oxford, llevo el tajo en el pulgar cuando con dieciséis años, trabajaba  en un horno. Siete puntos de sutura y la insensibilidad carnífora. Aprendí de las lecturas obligatorias en el descanso de dos recreos, comprarlas era un lujo, y los paisanos de aula las otorgaban en usufructo. Crecí en las calles. A la sombra de los libros de una biblioteca pública.