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Mostrando entradas de diciembre, 2022

Pace

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Un simple gesto puede convertir el oro en llama. Pequeños detalles. Desbarajuste de la vida con una peculiar mecánica. Los cuales encienden aquellos quemadores  que enseñan la verdad a los que vivieron en una falsa. Y tal vez, esperar que la guerra de Ucrania termine, ahora, que borrachos: de penas, de luces, de vodka no elucubramos con la sensatez necesaria para enhebrar el hilo a la aguja. Enhebrar... ¿Qué aparatoso o contienda? La herida al coser la boca del infierno. Imaginación de la nieve derretida en un vaso. El vómito sobre mi pijama  haciendo pantomimas a la fiebre. La estupidez de lo efímero. Cuando me enseñaron a querer al árbol como a la persona. Coser la herida, sin hilo. A picotazos con la aguja. Duele, sí, pero te hace mirar las guerras de otros  y a mirar el horizonte de charcos incendiarios. Un simple gesto y sin embargo, se apaga.

Almería a prosa y verso

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Feliz de participar en esta antología fruto del  II Certamen Literario de la Biblioplaya Almería, donde se han publicado: el poema ganador, el finalista y los seleccionados, de los cuales uno es de mi autoría. En mi poema, realizo un homenaje a las raíces. La historia de un bisabuelo almeriense que vino a trabajar a Mallorca y que jamás volvió a pisar su tierra. Hoy en día, las personas  que migramos disponemos de muchas opciones tecnológicas para la comunicación y de regreso, con las infraestructuras del transporte.  Va por ell@s 🙏

"El meu nom és Lluïsa "

  Él quería limar de su lengua con un sacacorchos que trepana seis letras de la música. Ni siquiera osaba a pronunciar mi nombre, como si al hacerlo un canal comunicativo se estableciera a algún órgano. Mi nombre Lluïsa, es precioso y su semántica parece el cerezo en flor en un patio de luces. El peinar de la ola.El sonido de la croqueta en una sartén de dos fuegos. Cómo puede despojarse un río de su título. Llamar a todos los pájaros por la misma marca de cerveza. Cuánto miedo en borrar  hasta el linaje que sostuvo tu orina en una barreño. Yo podría llamar a la vida: Defecación. Apuesta. Mareo. Pero me quedo inscrita a la paz  de una autoestima que bebe Coca Cola. Hola, qué tal?, me llamo Lluïsa y ese es mi destino.

Exortaciones

Existen países que nunca brilla el sol, son raros rediles donde la gente pinta círculos con la quimera que nazca una línea. Lo he visto en lienzos, en neveras portátiles de domingo. Salgo expulsada de mi sueño, y observo caminantes con sobras en papel de plata para los gatos que nunca volvieron. Una pareja vestida de rojo empuja los carros atiborrados de publicidad, ellos, descansan sin cigarros en la boca. Les pesa la tarea disciplinaria de cebar a los buzones de precios. Tampoco, entiendo amar a un cuerpo con el corazón de piedra, no entiendo esa necesidad antropológica de comer a una persona su valía, rellenar de sexo su interior de río "asentimental". ¿Cómo puede haber un fuego que no proceda de la madera? Llenar de hojas un árbol y talar al antojo de las expectativas. Ya te dije que mi mayor riqueza eran, doce huesos de aceituna y un abecedario capaz de derrocar imperios. Vive en tu fantasía. Y yo, rama de olivo, almendra lechal de tus ojos, se acaba de fugar por la letr...

Liber

Seguiré las baldosas ocres.  Y me cubriré de pétalos. Ofelia ha salido de su estanque, se ha secado las ropas y ha ido a ver una película al cine. La paz en un cuenco de palomitas. El amor en un stand de supermercado en forma de "cuore" con cobertura de chocolate. La napa con sus jirones. La luz de un foco, cíclope de metal, hurgando la niebla. El drama que coexiste  en tu pupila transmuta un hastío constante. Estoy muy bien. Demasiado bien. Extraordinariamente bien. Y que tú, me hayas mandado a la mierda. Representa la lotería con todos los números íntegros. Qué paz más asequible. Me encanta. Peor los que pastan en cubiertas blancas y hospitales. Qué los he visto con mis ojos, con el cráneo sonriendo por la sutura y el dolor humano vestido de Navidad subterránea. Ofelia, ha cogido el secador. Con un tinte trigo luz  ha borrado casa beso de trepa. Y ha ido a dormir intacta con la ilusión de los barcos que emprenden. Con delfines. Con odaliscas. Con esperanza. Porque Papa ...

Gárgolas

Si la propia mancha, la ajena es veneno. Vacía de ti reniego del duende y carril cada pedazo de mi chasis  horca del abeto o pino, cómo bolas de lustres. Ceguera de luces y atrofia de corazones. Que te olviden igual que una chaqueta con salpicaduras de lejía. O te abandonen en una estación de servicios mientras orinas.

Perrerías

Por la mañana, bien tempranito,  las personas sacan a pasear a las personas. Perros de catálogo. Perros bisexuales. Perros multiverso. Perros polígonos. Perros de todas las formas. Pululando por las aceras, olfato de gol, con las marca diaria  de su ruta matutina. Caras de sueño. Cigarrillos en la oca. Perros y perros. Perrillas y perras. Sigilosa bienvenida al despertador 

Ozono

Es extraño el azul del cielo. Que mora en el lugar desprendible. Larva que se cuela en los ojos, abominable cordel,  que ilumina los días de sol. Cuando miro tus ojos  del vidrio de una botella de Coca Cola. No puedo leer los nombres de sus barcas. Ni hay atisbo de expresión. Muecas, ademanes y giros  confieren una estrategia de regurgitación. Aniquilada  fuente de controversias. Me muero por dentro con esta tos de aúpa. Y la mucosidad de un caracol que rota por un camino bronquial. Me recetan ajo, tomillo, calcio... Necesito amor. Un amor sin ego. Con la honestidad de las flores y las glándulas. Sí, amor.  De abrigo, de bufanda, de punto. Y todo volverá a ser azul  como este cielo  que nos mira desde arriba a través del vaso  de una botella de cristal.

Destino la mañana

La vida canalla  como una cajetilla Winston, cigarro tras cigarro, va fumando el tiempo tesoro, lo inevitable. Hoy estás bien. Y por la tarde  se ha encarado el destino con uno. Te nace un melocotón en cualquier parte de la bahía y la anestesia te besa en la boca. Gente de aprecio que ronronea la pesadumbre, ayer que eran guindas las inquietudes  y la sonrisa coronaba el árbol. Ahora, que el taxi se ha estrellado y no podemos acudir a ninguna lengua. Ahora, que el pan satura el órgano vital  de los libros. Y sufro por quienes han reído conmigo en la calle.

Bueno voy al dentista

El tren cruza los mismos caminos. Que tú y yo, apenas, un tiempo de cuco, hemos recorrido en un coche plata. La climatología es diferente. Llueve y la niebla tierna ampara el paisaje. Porque no se puede amar por obligación como una multa de tráfico trabada en un parabrisas. Al crujir en nuestra ruta el pan de la meseta, el sol encendió cada árbol para iluminar mis ojos. El cielo era celestial. Las bestias dormían gracias a los medicamentos. Ahora, este incienso de invierno que ciega la alberca. Y tapona los hocicos. Aprehensión. Comenzar un lienzo sin ti. Cuesta. Pendiente.

Sangría

  Por las mañanas preparo la cafetera, con la expectativa de que será un desayuno compartido. Pero tú no vienes y acabo borracha de café y azúcar notando el pálpito de un corazón desvencijado.   Oteo Instagram, en una rutina rocambolesca, añoranza de los periódicos matutinos, y me alegro por los colores y me apropio de los grises en mi retina con un formato cinematográfico.   He leído, un post de una mujer con una rotura y me he sentido identificada. Empezar de nuevo. Sé lo que significa y sus consecuencias, sin duda, soltar lo que nos ha precedido y   dar por perdido aquello que incauta pensé que era un mar no revuelto. Echo de menos la familia. Debo asumir que la mía es peculiar porque creció al amparo de los cactus y   de las avestruces. Y recoger el ancla del barco de la que no me pertenece Ni por gota, ni por parentesco político. No puedo hacer sentir una deuda por mi pasado demoledor. Ni que me quiera...

Certamen concurso microrrelatos Ángeles Álvarez Arazola

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Muchísimas gracias a toda la organización del certamen internacional de microrrelatos Ángeles Álvarez Arazola "Con M de mujer"; gracias a Lola Fontecha, a todas las personas asistentes y a mi compañera de jurado Isabel Rezmo. Gracias 🙏 por el acogimiento y la consideración.

Oda al Sur

El sur tiene la opción que el poema busca. Y Andalucía, con los verdes y azules de las islas móviles, se convierte en aceite y azulejo. Me siento a gusto entre sus entrañas, con esta luz linterna de faro  y el calor de sus gentes. Los bares copados,  la urbanidad de la historia  y vestidos de rizos en escaparates. Aquí, la generosidad se evidencia con la sonrisa y el ansia inabarcable  de mover las manos, de levantarlas al cielo para espantar el mal y la sequía. Para solicitar lluvia  y un saludo litúrgico a los corrales de limoneros y jazmines. Mi asombro atraviesa Despeñaperros, y se convierte río de adobe y cría. De este pueblo que ha perdonado y que sabe vivir de la esperanza. Porque es imposible no amar a esta tierra. Y dejarse querer por sus racimos. Yo quisiera ser un poco sureña. Para romper mi voz con el baile. Para liberar a los versos por los patios. Y escribir el  poema digno a los que respetan a los foráneos y nos dan a elegir entre su casa y s...

Amanecesidad

Esta mañana no había estrés. Con la decisión de preparar un café tradicional y dejar en un ángulo las cápsulas. Aunque el fogón sea de inducción y la cafetera italiana no es la original de un fuego latente, me ha servido para creer  que no existía la tecnología. En el brick de leche, apenas medio vaso restaba y fue un desayuno amoratado. Agrio y benefactor como los golpes de luz. Esta mañana no había estrés. Y lo he agradecido. Porque una no para de ser un caballito de feria. Con el asma a flor de piel. Y la poesía en cada achaque de tos  infectando mi burbuja. No había estrés. Café extrafuerte.

Braquiterapia

He pedido un abrazo a un árbol y me he quedado noray. Cómo puede un tronco abrazarte? Si sus ramas son clavos de olor  y su piel que invita  al vino a la embriaguez  se deshace entre los dedos. Niebla de madera que no ejerce de mueble. Con la pulcritud cruel  de un reloj que no tiene agujas  y parece un accidente frente a los faros  de un coche. Te he pedido un abrazo. Y he sentido el puñal. La tuerca perniciosa. El alambre de la colmena. Y atravesada por la carcoma juez. He bajado veloz la escalinata. Para abrazarme con el gesto  de una niña sorda frente al mar. He lamido la afrenta  que borbotaba cianuro. Hasta quedar dormida con el único consuelo de los que fuimos abandonados en nuestras fosas.

Guiso silencioso

Cortas las hortalizas. Eliges el cuchillo correspondiente. Fríes los ajos en láminas. El agua salpica. A este corazón enjaulado que detiene la palabra. Y que late sílabas del desconcierto. Lavas con delicadeza los tubérculos. Enciendes el gas con precaución. Y limpias con una bayeta las mondaduras. Este corazón hipotenso  que guarece el abrazo de la asfixia,  que lanzaría la vajilla al aire  y se volvería jauría de especias. Miro tu parafernalia culinaria. Trago mi saliva. Oculto la verdad. Y señalo el salero como un náufrago que ha descubierto una isla. Corazón enjaulado: -Cállate. Y come el amor que él ha preparado en vasija y destierro.

Contornos de pájaros

El Opel cruza el viaducto. De copiloto miro el cielo y en ocasiones, las aves de distintas hechuras  se convierten en nubes. Algunas, son rapaces. Las reconozco por la morfología de sus contornos que invitan a un viaje por el tiempo. Cuando era estudiante observaba, con asombro, las manchas zainas en las páginas de los libros. Y leía los nombres con el esmero de las máquinas expendedoras. Por eso las reconozco... Lástima, que ignore la lectura del topo de tu pupila, mientras conduces por la carretera.

Destino Jaén

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Este viernes, 2 de diciembre a las 18:30 horas en el Salón de actos de la 5ª Planta (Área de Juventud) en la Universidad Popular Municipal sita en la Avenida de Andalucía, 47, se llevará a cabo la entrega de premios de la II Edición del Certamen Internacional de microrrelatos “Ángeles Álvarez Arazola” CON M DE MUJER.

La falsedad de la boca

Resta un ápice o la herrumbre se ha apoderado de la palabra. Hucha cuartel de los diagnósticos urbanitas. Me gusta imaginar  tu boca y mi boca. El pulmón abierto que se lanza a la piscina -doble salto mortal- a través del encabalgamiento de consonantes y signos. Sí, tu lengua sorteando mis dientes. Y en duelo, con la maniobra de un nudo, atragantar la alucinación de unos labios que te desean y hablan del cambio climático. Será que el agujero de ozono ha afectado, irremediablemente, a tu sentimiento. Poema de cardiología y veto de tu carne. Exposición pública de las vísceras en pescadería de alto. Tanta maga y tanto ahogo. Que una prefiere una copa de vino. Cerrar los ojos. Y pensar que tu literatura y orquesta besan comisura y tocino de cielo. Hágase la paz en esta calle. Y bésame. Sí, bésame como se desnuda al poema.