Despectiva retina
"Cae la tarde al sol del poniente"
y la poesía la retrata
con descaro.
¿Cómo osa a meter el dedo en la yaga?
Romper la sombra en un sayo roído
de letras impertérritas.
Sí, a Lilith, también la expulsaron del Edén Club
y se jactaron los profetas
cuando la constelación quedó
en un marco triste de vanidades.
Yo que he acudido al funeral,
a la urna con que ardes
tu superioridad manifiesta.
Los ventiladores emiten un zumbido
y el aire vocal, escaso agradecido,
vierte su vinagre sobre el inocente.
Hartura de gas,
jaleo atroz de dosieres ocultos.
La tarde cruza cartas
para ser noche
y tu odio reina
sin coronilla ni abanico.
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