Buitres
El sonido del mundo
en la rotación constante vital anaquel
idiosincrasia.
Escucho su tripa
con el audífono de la tierra
que agrieta cesión lava humoral
terremoto.
El rugir de la sangre de los ciegos
por la sed ignorancia trípode cicuta
hilaridad.
Y temo esta gangrena que recorre las calles.
La bombilla párpado,
el jade biliar de los jardines,
edén sarcófago retroceso tren.
Mis manos tiemblan por su avance
en una vía de láctea agria ciénaga
de los niños montes perdidos por el ocaso.
Escucho su jadear de guerra.
De alguacilazgo a traviesas
sobre pilares de contrachapado.
Una nostalgia peligrosa
como un hacha que nació brazo.
Si puedes, olvida el mundo y busca crear belleza. Y si no es posible, tómalo con distancia.
ResponderEliminarUn abrazo.
Existe una belleza en lo decadente y corrupto. Un abrazo 🙏
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