Postura.

Te quedas pequeña
abriendo con pausa las puertas de los armarios.
Miras a la pereza de la ropa,
las perchas deformes,
el silencio oscilante
de la entramada luz
que viene de espaldas.

Y el color vira gris, vira andracita.
De cara a las elecciones difíciles.

El río siempre sabe su camino,
pulga sin boca,
dentro de la depredación.



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