Autómata

Soy autodidacta,

aprendí a levantarme

sola como el potro recién nacido;

a lamer mi pelaje como los gatos callejuelas.


Con la indeterminación exterminada

me coloqué prótesis,

congelé mi corazón a la gota fría

y fingí despertar

cuando estaba muerta.


Autodidacta de la publicidad gel

y diccionarios entre apostillas con un poco de cemento 

cuajado con la lágrima y el yeso, pues, eso.


De ojos cerrados, detrás de una gafas de verano

y el árbol de la sabiduría con orejas por frutos.


Para edificar un puente

a cada libro

que desde niña

nivelaba la pata coja

de mi cama.

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