Insomnio psicótico

Algunas noches la cama se infesta de tiburones que rondan maleantes.
Hambrientos del sueño,
lo despedazan en una sangría
de datos.
Me quedo inmóvil
y maldigo la fragancia
que expira la tez.
Ellos sigilosos atacan
como aves de cortejo.
Nunca hay qué confiarse
ante su olfato de carroña.

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