FRAGANCIA.

En el escaparate
ristra de gel y ambientadores,
en un local que hace esquina
a la soledad volátil,

he entrado
y acercando tu botella,

destapado el frasco
bebí su aroma.

Madre hoy te olí.

Te añoro desde niña.

Luego busco por la calle
ese auto yema
que dice que va a venir a buscar
como cada vez que roto el diafragma
la anegada de toda mi buhardilla,

una cartapacio con fotos de modelos
y poemas escritos en hora de historia.

Por eso hoy,
miércoles,
me acerco las muñecas 
y pulverizadas de tu karma,

Respiro el olor de mi madre.

Sin cuerpo.


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