De cada piel un puente. Y de la culebra un hálito en Missouri de dibujos trenzados sobre la espalda besada que volátil cruza a vaivenes la cantina. Los forajidos toman las riendas de la situación, con la tristeza de los expulsados de los certámenes. Solitarios que con la edad pierden a balazos, la poesía. El morbo. Recuerda amigo indio en esta tierra de conflictos, de clubes y cárcel sin sheriff. Que la tristeza es el último niño que sale del colegio. Y nosotros nos hemos hecho viejos en el patio de una ciudad sin ley.
Conozco a Fer Gutiérrez desde hace años y puedo decir que su poesía no solo refleja una sensibilidad profunda, sino que también está impregnada de una esencia lorquiana que atraviesa cada verso con fuerza. Su nuevo libro, Hasta dónde el daño, es una recopilación de 80 poemas que nos envuelven en un universo poético, donde las palabras se deslizan libremente, como si se dejaran llevar por una corriente que sacude las emociones más íntimas. Los poemas de Fer son un diálogo constante con la naturaleza, con lo cotidiano y lo humano, donde los árboles, el colibrí, y el frío se convierten en símbolos de la fragilidad y el dolor. Hay una búsqueda persistente de lo esencial, de esa pureza que parece haberse perdido entre el bullicio de la vida moderna. Cada poema invita a detenerse, a contemplar, como si nos pidiera mirar más allá de las palabras. Fer utiliza las imágenes para evocar, para sugerir, dejando que el lector complete el sentido, en un ejercicio que es casi una complicidad entre qui...
El universo poético de "Piscina del Oeste", publicado por la editorial El Sastre de Apollinaire (2024) y escrito por la poeta y gestora cultural Ágata Navalón, se erige como un entramado simbólico donde la modernidad y la mitología contemporánea conviven en un espacio de agua y memoria. El prólogo de Rafael Camarasa nos introduce a un escenario que asciende, peldaño a peldaño, hacia un trampolín desde el cual la poeta se lanza con un salto mortal de palabras y figuras literarias, impulsándonos hacia un reencuentro con lo cíclico y lo evocado. El título remite a la etimología de la palabra "piscina", derivada del latín piscīna, originariamente un estanque para peces, pero que en la actualidad se ha convertido en un espacio de esparcimiento y convivencia. En este poemario, sin embargo, la piscina trasciende su definición y se transforma en un microcosmos donde se mezclan el deseo, la memoria y la crítica social. Navalón estructura su obra con una reiteración conceptua...
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