Switzer

Tengo tantas ganas de caminar,
hacia ninguna parte,
que la fuerza que debo ejercer para no salir por la portería
representa la de un cometa
metido en una caja.
La necesidad de que los músculos
recorran el estrabismo de los campos 
en busca de la velocidad para atrapar todo aquello
que supura en mi poética de transistor.
Las rodillas imploran el verde de los parquímetros.
Los tobillos, el azul de los delfinarios.
Mis piernas, como juncos
de un mural en un restaurante chino
con el imperativo de todos los animales que me habitan.
Loba córvida de la sociedad.
Erizo en un terrado de barrio.
Filosa comadreja y felina.
Correr los tajos de las callejuelas
para ostentar el título de un maratón de barrio
y levantar los brazos como la cornamenta de una cabra
en actitud triunfante.
Atravesar escaparates, túneles de lavado,
subir con sobresalto a las sillas del bar
y continuar mi progresión
por galerías y museos.
Un instinto depredador del espacio
para agotar la indígena que un día fui en otra existencia.
Trotar anca.
Besar carpa y romper las olas con mis dedos.
Arropar los cruces
hasta caer rendida, con los pies heridos
de buscar lo imposible.


"The wounded deer" Frida Kahlo (1946)

Comentarios

Entradas populares