Terrados agrónomos
Las azoteas con tigres humanizados
que voltean con la caligrafía de los círculos.
La ciudad, ahora, en un piso con ventanas
con la aflicción del cautiverio.
Y la certeza oblicua
de que mi Amor por ti sigue intacto igual que los pájaros frenéticos
y el cielo azur que corona a los tendederos libres.
Mi Amor, pequeña vacuna,
de harina y arroz y lentejas,
de las manos curtidas por la lejía
con caricias de látex y besos de tejido.
Congelados por la circunstancia
de ser dos polizontes en un buque.
Cuando puedo apoyar la cabeza en tu torso
y escucho la niña voz
que corría por las calles.
Y cortamos el pan y la saña,
y tenemos el miedo del cachorro abandono,
y cruzamos los bordes de la habitaciones
tajando cada imagen de nuestros seres queridos
en el alma que pulula en un vaso.
Amor en difíciles comisuras.
De datos y esperanza nacida entre las cocheras.
De la gente que arriesga la latitud, su enjambre,
la locomotora de su vida para salvar a los otros.
El Amor, pequeña vacuna.
Y el convencimiento de que eriges
una vértebra más
de mi cuerpo.
La playa, el viento, el mar.
Cierro los ojos y tú eres mi brea de pino.
Las azoteas con tigres humanizados
que voltean con la caligrafía de los círculos.
que voltean con la caligrafía de los círculos.
La ciudad, ahora, en un piso con ventanas
con la aflicción del cautiverio.
Y la certeza oblicua
de que mi Amor por ti sigue intacto igual que los pájaros frenéticos
y el cielo azur que corona a los tendederos libres.
Mi Amor, pequeña vacuna,
de harina y arroz y lentejas,
de las manos curtidas por la lejía
con caricias de látex y besos de tejido.
Congelados por la circunstancia
de ser dos polizontes en un buque.
Cuando puedo apoyar la cabeza en tu torso
y escucho la niña voz
que corría por las calles.
Y cortamos el pan y la saña,
y tenemos el miedo del cachorro abandono,
y cruzamos los bordes de la habitaciones
tajando cada imagen de nuestros seres queridos
en el alma que pulula en un vaso.
Amor en difíciles comisuras.
De datos y esperanza nacida entre las cocheras.
De la gente que arriesga la latitud, su enjambre,
la locomotora de su vida para salvar a los otros.
El Amor, pequeña vacuna.
Y el convencimiento de que eriges
una vértebra más
de mi cuerpo.
La playa, el viento, el mar.
Cierro los ojos y tú eres mi brea de pino.
Las azoteas con tigres humanizados
que voltean con la caligrafía de los círculos.
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