Reno mística.

Me quitaré los guantes
para acariciar tu cabeza de reno,
rascando con las uñas menguadas las astas.
Y te daré las caricias más dulces
para que cuando cierres los ojos regreses de la jaula a la bahía,
y sientas el musgo entre tus pezuñas
y bebas del riachuelo
de la tonalidad de la etiqueta del cloro.

Esbozaré dibujos con mis dedos
insertados en tu pelaje de Marte
y olvidaré la correa de cuero
para que pastes libre por las arrugas de mi vientre.

Siempre serás un salvaje irremediable: vestido de hombre,
con el galope viaducto de una tundra.
Con la fortificación
bendecida de la humanidad
cuando tu cuello se trenza entre los arbustos.

Sin domesticar nuestro amor,
corriendo cerbatana
al encuentro del instinto,
la cautividad que merma el ala de los pájaros.

La ciudad, tú siendo dueño. Porque eres toda la verdad
y siento la primavera que con su megafonía
nos impulsa a correr por las calles.

Como cachorros en un sofá,
sedientos y pisando veredas 
el día zoo que seremos libres y podamos cruzar el río.

Poema perteneciente a la Antología "Versos Versus Virus" gestionada por el poeta argentino Pablo Blanco y su equipo, que conversa del confinamiento desde los diferentes puntos de vista de poetas con voces plurales.



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