Inseguridades terciarias

El pánico a veces se apodera de este trozo de tripas
y deseo correr al bosque, para enterrar
a los pájaros mutilados.
Con el miedo a la carne aséptica
de la sala de quimioterapia
contemplando álbumes afónicos,
acariciando la casa que fue mi barriga,
y bebiendo la botella de vino que tiré amargo
porque el corcho naufragó en las islas de un mar.

Temor de que los venenos adopten diferentes voces,
nacidos entre las hierbas
de la parodia de los espejos.
Plegaria de vacuna.
De tradiciones congeladas.
De correr yegua cruzando nubes de goma.
Cerca de los míos.
En esta parálisis de razón.
Tal vez un abrazo a la imposibilidad.
La esterilización de la culpa.
De este lugar habitado por muelas.
Pidiendo a los demonios que no bailen
por la calle.
No quiero huir.
Me quedaré quieta
el tiempo que haga falta.

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