Insomnio psicótico
Algunas noches la cama se infesta de tiburones que rondan maleantes.
Hambrientos del sueño,
lo despedazan en una sangría
de datos.
Me quedo inmóvil
y maldigo la fragancia
que expira la tez.
Ellos sigilosos atacan
como aves de cortejo.
Nunca hay qué confiarse
ante su olfato de carroña.
Hambrientos del sueño,
lo despedazan en una sangría
de datos.
Me quedo inmóvil
y maldigo la fragancia
que expira la tez.
Ellos sigilosos atacan
como aves de cortejo.
Nunca hay qué confiarse
ante su olfato de carroña.
Escualos come-sueños, se pescan con arpones de besos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Oh qué remedio más dulce Julio.
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