Cobre y azucenas.
Destrenzando el cable paralelo
parecíamos informáticos en una animada conversación
sobre la entrada del USB.
Un ruido de moto por la línea
nos aisló subiendo una pregunta por la garganta
como una bilis rebelde después de un concierto de jazz
decapitando los enchufes.
-¿Qué nos Pasó?
-No pudo ser.
Y volví a conectar el router
y las ondas emitieron fallas
en nuestra letanía de imanes.
La única electricidad
que existía en nuestros sexos
era la amistad.
Por eso entre el primer fascículo de la vida
y el bricolaje, no seremos
más que mecánicos
que conversarán animadamente
hacia el camino de salida.
guardando en el disco de memoria
los besos equivocados.
La tecnología tiene sus técnicas de conversación y de conocimiento.
ResponderEliminarComo la amistad, el sexo y los besos tienen las suyas.
Estoy de acuerdo.
Muchas gracias Julio.
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