El canto de la sirena.

Aguarde gladíolo
en jarra encendido
a la naranja húmeda
del ocaso.

Sabedora que usted caminante
bebe de abrevadero
y lisonjea 
a cada nardo
con sonrisa etrusca.

Estoy preñada de deseo
y usted lo sabe
como comadreja en cloaca
que espera que su mano
alargue 
el cebo.

Aguas termales
que son pantanos.

Veneno de letras
en serpiente anudada
por sus falanges
que a hoja la transpiración
de ave migratoria.

Otra vianda
de fruta madura
y queso
para el hechicero
que versa murciélago.

Ven amado mío
que en isla no te hallo
enamorada de voz.

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