Plaga
I
Quién quiere vivir en un mundo
donde la vida humana
se mide por nacionalidades.
Somos oro,
con distinto peso atómico,
que tasan según la chincheta
que se cierne sobre nuestras cabezas
en un mapa de geografía.
II
Nave mortaja alada
de revistas con bonitos verdes,
pasillos moquetas
y unos ojos narcotizados,
ausentes que no habrá aterrizaje.
Las molduras,
el combustible
en su génesis
de destrucción.
En las nubes sólo hay música.
En el ozono
los r astros sonespacios aéreos.
Colocándose una manta
la última que arropará sus piernas,
un boteacaba de volcar ,
extraña turbulencia en el mar,
profeta de sepulcro.
Los hermanos miran hacia el otro lado.
Los descendientes lideran cadenas de audiencia.
En un vuelo
que cruza campo de minas celestes,
hay 180 asientos,
que son cunas muertas
de 180 niños palestinos.
Quién quiere vivir en un mundo
donde la vida humana
se mide por nacionalidades.
Somos oro,
con distinto peso atómico,
que tasan según la chincheta
que se cierne sobre nuestras cabezas
en un mapa de geografía.
II
Nave mortaja alada
de revistas con bonitos verdes,
pasillos moquetas
y unos ojos narcotizados,
ausentes que no habrá aterrizaje.
Las molduras,
el combustible
en su génesis
de destrucción.
En las nubes sólo hay música.
En el ozono
los r astros sonespacios aéreos.
Colocándose una manta
la última que arropará sus piernas,
un boteacaba de volcar ,
extraña turbulencia en el mar,
profeta de sepulcro.
Los hermanos miran hacia el otro lado.
Los descendientes lideran cadenas de audiencia.
En un vuelo
que cruza campo de minas celestes,
hay 180 asientos,
que son cunas muertas
de 180 niños palestinos.
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