La miga de pan.

Él se quedaba la nómina.
Todo lo que ganaba ella.
Porque una mujer no sabe administrar el dinero.
Cómo una mujer, va a organizar las cuentas.
En qué cabeza cabe que alguien con útero 
pudiera controlar el ahorro y los gastos.

Mujer, tú y las matemáticas no sois amigas.

Yo soy el samaritano contable.

Recuerda que el primer ladrillo
fue una prima en economía sumergida.

Y la mujer muda empezó la reconstrucción
de una puerta en una casa sin ventanas.






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