La marca del sedal.
Mañana será un día especial,
me bañaré con gel de argán
por el río árabe
de los ojos de mi hijo.
Atolondrada novia o novicia
colocando la seda fucsia
que engalanará mi cuerpo sin flores.
Tengo ausencias clavadas
en alfileres dentro de mi páncreas;
la familia no estará en su comitiva política
en ningún ángulo de la carpa,
si al caso la gulas de mi pena
carcomiendo la añoranza anguila
en esta vieja costumbre de amar sin carne.
Pensaré en vosotros, cuando sorba de un vaso,
o tosa mirando la ventana número cuarenta.
Esta noche, no tengo sueños,
y no son suficientes los halagos felinos.
No hay nada que sea tan importante
como el exilio de los poetas.
me bañaré con gel de argán
por el río árabe
de los ojos de mi hijo.
Atolondrada novia o novicia
colocando la seda fucsia
que engalanará mi cuerpo sin flores.
Tengo ausencias clavadas
en alfileres dentro de mi páncreas;
la familia no estará en su comitiva política
en ningún ángulo de la carpa,
si al caso la gulas de mi pena
carcomiendo la añoranza anguila
en esta vieja costumbre de amar sin carne.
Pensaré en vosotros, cuando sorba de un vaso,
o tosa mirando la ventana número cuarenta.
Esta noche, no tengo sueños,
y no son suficientes los halagos felinos.
No hay nada que sea tan importante
como el exilio de los poetas.
Profundo poema. Un beso
ResponderEliminarLluisa; como siempre, tus letras no dejan a nadie indiferente, con ese aire "surrealista" que te caracteriza y que a muchos nos encanta.
ResponderEliminarFelicitaciones; un precioso poema.
Abrazo.