Bricolajeno

La primavera había llegado,
en la frente escrita con toda la rima
que se queda en los candados
en forma de clave.

Arreglar las paredes, mobiliario
con patas desmontables;
todo un estanque
de aves y piezas de  museo.

Y yo. Desde mi barca.

Sostenida al palo mayor
iluminaba faro a faro,
su inquietud mudanza.

Si él, quisiera,
pintaría esos blancos de sonrisas,
pero, una se queda
amarrada a la moldura
del temor, a la corriente
que siempre te aleja
de lo que más amamos.

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