La ley de la granja.

I

En la Plaza de San Marcos
leones alados
esperan su benedicto.
Un día todo será
una Atlántida.
La Biblioteca de Alejandría.
El Coloso de Rodas.
La Torre de Babel.

Y harán visitas con submarinos,
robots.

II

En la Plaza de San Marcos
he sentido mi corazón mutilado,
el turista pletórico
alimentado las palomas de alas romas.

Palomas grises.
Palomas blancas.
Palomas verdosas.
Palomas azuladas.

En las repisas
celosos clavos
impiden su reposo.

El auxilio.

Los turistas siguen dando migas
a las aves de la paz.

Palomas que parecen seres humanos.

Veo gaviotas, carroña fascista,
las destripan,
se las comen descuartizadas,
trozos de carne
y sangre antecedida.

Casi vomito, ha sido deplorable,
aún tengo el sabor metálico en la garganta,
y los ojos con vísceras.

Gaviotas sobre-alimentadas.

Un rico por cada diez pobres.

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