Sale
I
La Plaza de San Marcos,
campanada más hueca una que otra,
expansiona felicidad
mientras los pies se tambalean
sobre una superficie movediza.
Así está el sistema democrático.
Sólido, pero, a simple vista.
II
La Plaza de San Marcos
rebosante de cuerpos aflorados de prendas,
hace frío,
esta rica humedad de mar,
que sala los labios, la lengua, el paladar,...
Me gusta este hedor de agua,
soy isleña,
el salitre adherido a la alga
hace un delicioso corrupto
que se filtra por las fosas nasales.
El puerto siempre huele a pescado.
Y el alquitrán siempre mancha
las piernas.
Me gusta el sabor,
lamo mi boca constantemente.
Siento que estoy viva.
La Plaza de San Marcos,
campanada más hueca una que otra,
expansiona felicidad
mientras los pies se tambalean
sobre una superficie movediza.
Así está el sistema democrático.
Sólido, pero, a simple vista.
II
La Plaza de San Marcos
rebosante de cuerpos aflorados de prendas,
hace frío,
esta rica humedad de mar,
que sala los labios, la lengua, el paladar,...
Me gusta este hedor de agua,
soy isleña,
el salitre adherido a la alga
hace un delicioso corrupto
que se filtra por las fosas nasales.
El puerto siempre huele a pescado.
Y el alquitrán siempre mancha
las piernas.
Me gusta el sabor,
lamo mi boca constantemente.
Siento que estoy viva.
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