Palomitas con sal.
Los domingos por la mañana,
estrepitosa,
alzaba el vuelo
igual que una palomita compacta en el microondas.
Con exaltación exclamaba:
-Vamos a Milán, hay un Low cost.
Cogemos una barra y unos quesitos.
Rápido, es barato,
menos que ir al Grau en taxi...
Pero, refunfuñabas, abrazando la manta,
y me decías, hoy, precisamente...,
hacen la final de Telecinco.
Y de tantas finales
un día, puse punto y final,
al hombre enamorado de la televisión.
estrepitosa,
alzaba el vuelo
igual que una palomita compacta en el microondas.
Con exaltación exclamaba:
-Vamos a Milán, hay un Low cost.
Cogemos una barra y unos quesitos.
Rápido, es barato,
menos que ir al Grau en taxi...
Pero, refunfuñabas, abrazando la manta,
y me decías, hoy, precisamente...,
hacen la final de Telecinco.
Y de tantas finales
un día, puse punto y final,
al hombre enamorado de la televisión.
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