TESTAMENTOS
Ella se puso a llorar
desconsolada
ya había escupido
lo suficiente
todas las escrituras
y notarios vivientes
en las estrellas,
lloraba por su otra descendiente.
Lloraba y me preguntaba.
Tema de enterramientos,
registro del catastro,
el expolio de la tumba paterna,
firmas de renuncias de herencia,
joyas bajo llave
y un candado en su aposento.
Lloraba
mientras señaló
el sofá perpetuo ocal
como catre
Lloraba, lágrimas de cacadrilo...
Le contestaré a lo que no ha formulado.
Sí, me agredieron,
me enamoré y casi me cuesta la cordura-cesta,
a veces tengo miedo
en forma de frío,
igual que un tajo fluvial
que tatúa líneas Danuvio Azul
con olor a ruda.
Os echo a faltar
igual que todos los puntos del universo,
los lunares de la íes latinas,
las pecas del Polo Norte.
Me mudo de nuevo,
tengo sueños y pesadillas
a pesar que la gasolina
cada vez aumente su tasa.
Me gustaría un amor que me buscara,
por amigo a Sancho, escudero incansable
y a veces tengo miedo,
añoro a mis hijos,
más frío,
igual que hojas arrancadas antes de momento,
la tierra se mete en la boca
cuando hablo de la isla.
Estoy cansada
y a veces,
a veces valoro el retorno,
pero usted, no me pide
en su solicitud
si estoy bien,
si sufro,
si hay fatiga,
sólo hay rúbricas
y fotocopias del D.N.I.
Llore por su preferida que ni se ha molestado
en venir a verme.
Entierros en vida.
Ll. Ll.
desconsolada
ya había escupido
lo suficiente
todas las escrituras
y notarios vivientes
en las estrellas,
lloraba por su otra descendiente.
Lloraba y me preguntaba.
Tema de enterramientos,
registro del catastro,
el expolio de la tumba paterna,
firmas de renuncias de herencia,
joyas bajo llave
y un candado en su aposento.
Lloraba
mientras señaló
el sofá perpetuo ocal
como catre
Lloraba, lágrimas de cacadrilo...
Le contestaré a lo que no ha formulado.
Sí, me agredieron,
me enamoré y casi me cuesta la cordura-cesta,
a veces tengo miedo
en forma de frío,
igual que un tajo fluvial
que tatúa líneas Danuvio Azul
con olor a ruda.
Os echo a faltar
igual que todos los puntos del universo,
los lunares de la íes latinas,
las pecas del Polo Norte.
Me mudo de nuevo,
tengo sueños y pesadillas
a pesar que la gasolina
cada vez aumente su tasa.
Me gustaría un amor que me buscara,
por amigo a Sancho, escudero incansable
y a veces tengo miedo,
añoro a mis hijos,
más frío,
igual que hojas arrancadas antes de momento,
la tierra se mete en la boca
cuando hablo de la isla.
Estoy cansada
y a veces,
a veces valoro el retorno,
pero usted, no me pide
en su solicitud
si estoy bien,
si sufro,
si hay fatiga,
sólo hay rúbricas
y fotocopias del D.N.I.
Llore por su preferida que ni se ha molestado
en venir a verme.
Entierros en vida.
Ll. Ll.
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