OLÉ CAFÉ
La nada
y aún así seguir subida
a la escalera mecánica
que me conduce a la boutique "Sé tu mismo".
II
Individuales tapetes,
sobre mesas,
almohadillas geométricas
ocultando la estepa de las sillas.
Sin sus tronos meseta,
no serían más que felpudos.
III
Mira niñato,
baja de tu monopatín,
no vaya ser que la colina del Burgués King
te trague de una vez por todas.
Ante un gesto simpático,
como es habitual
en Dante
hacia atrás
que bramando se alejan las penas,
ese existencialismo corresponsal
que sin ninguna expectoración
se extirparía,
con un contrato incineradora
asfaltando carreteras
en el túnel de Sóller.
Ante un gesto simpático
la mueca patética
del bloqueo.
No voy a decir
que somos amigos,
a pesar de ese gen Barbie nauseabundo
que me mitifica
a que todo es de polígono rosa,
a que existen príncipes media vales
y que beber a escondidas
y vomitar a retrete tu estadística
de por qué a mí: mundo cruel,
me da una pena erecta
a creer en la gente,
en los protozoos,
en el viento.
A creer
que el mundo era redondo
mucho antes de tus líneas caricaturescas.
Y nunca más desearé
los escombros de una mor (t),
sin "a".
y aún así seguir subida
a la escalera mecánica
que me conduce a la boutique "Sé tu mismo".
II
Individuales tapetes,
sobre mesas,
almohadillas geométricas
ocultando la estepa de las sillas.
Sin sus tronos meseta,
no serían más que felpudos.
III
Mira niñato,
baja de tu monopatín,
no vaya ser que la colina del Burgués King
te trague de una vez por todas.
Ante un gesto simpático,
como es habitual
en Dante
hacia atrás
que bramando se alejan las penas,
ese existencialismo corresponsal
que sin ninguna expectoración
se extirparía,
con un contrato incineradora
asfaltando carreteras
en el túnel de Sóller.
Ante un gesto simpático
la mueca patética
del bloqueo.
No voy a decir
que somos amigos,
a pesar de ese gen Barbie nauseabundo
que me mitifica
a que todo es de polígono rosa,
a que existen príncipes media vales
y que beber a escondidas
y vomitar a retrete tu estadística
de por qué a mí: mundo cruel,
me da una pena erecta
a creer en la gente,
en los protozoos,
en el viento.
A creer
que el mundo era redondo
mucho antes de tus líneas caricaturescas.
Y nunca más desearé
los escombros de una mor (t),
sin "a".
Tienes razón Lluïsa, los fines de semana y las fiestas dan asco. Con lo bonita que es la vida y vivirla, esos niñatos de papel cuché se empeñan en destruirla y de destruirse. Bon día Lluïsa, pau i be. Rosa Lluch.
ResponderEliminarJajajaja Rosa LLuch, Barça a mort. Quina alegria trovar-te per així. El poema té moltes interpretacions...
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