Sin título.
He tomado un vaso de cristal
y lo he puesto sobre mi pecho
con la fe de que podía
ser el corazón que me falta,
lo miro y a medida que respiro
veo el fracaso
de la imitación del latido
sin contenido alguno.
Puedo verter zumo de tomate
y añadir dos cucharadas de azúcar
y engañar al ojo
pensando que
anida el sentimiento.
Un jueves se comieron mis vísceras.
Puedo sustituir y fingir
actriz cada pálpito
y con mi tacón musicar
la orquesta.
Lo siento.
Me mataron y no recuerdo la calle,
lanzaron mi cuerpo
a los perros asesinos.
Y cada pedazo a pesar de la unión
en espíritu lleva cicatrices
demasiado dolorosas.
Un día me preguntaron
qué cómo podía vivir sin mis hijos,
con lágrimas os respondo
aprendí a vivir con miedo.
Y no sé porque te cuento esta miseria,
y no sé porque este vaso
se ha caído y se ha roto en pedazos
mientras los recojo
y mis dedos se cortan.
Te preguntarás
a que viene esta explicación
inoportuna,
pero con el amor de mis gatos me basta.
y lo he puesto sobre mi pecho
con la fe de que podía
ser el corazón que me falta,
lo miro y a medida que respiro
veo el fracaso
de la imitación del latido
sin contenido alguno.
Puedo verter zumo de tomate
y añadir dos cucharadas de azúcar
y engañar al ojo
pensando que
anida el sentimiento.
Un jueves se comieron mis vísceras.
Puedo sustituir y fingir
actriz cada pálpito
y con mi tacón musicar
la orquesta.
Lo siento.
Me mataron y no recuerdo la calle,
lanzaron mi cuerpo
a los perros asesinos.
Y cada pedazo a pesar de la unión
en espíritu lleva cicatrices
demasiado dolorosas.
Un día me preguntaron
qué cómo podía vivir sin mis hijos,
con lágrimas os respondo
aprendí a vivir con miedo.
Y no sé porque te cuento esta miseria,
y no sé porque este vaso
se ha caído y se ha roto en pedazos
mientras los recojo
y mis dedos se cortan.
Te preguntarás
a que viene esta explicación
inoportuna,
pero con el amor de mis gatos me basta.
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