CUESTIÓN DE PELAJE.

I

Mi colega de letras,
me dice...

Luisa,eres una Reina.

Qué hago entonces
pariendo
dos rótulas 
a tu recuerdo.


                                             II



Clesa en la estación
con estorninos dibujando jeroglíficos
a ritmo de música de discoteca

en un cielo de ceniza volcánica
con las primeras gotas de Enero.

Clesa a la sombra ovalada de un reloj modernista
que parece que le abre los brazos
para envolver su concha mutón.

Clesa y...

Un gato que asoma entre la maleza,
dos a continuación,
tres.

Esto se pone feo y esperpéntico,
será que tengo pinta de comida de supermercado para mininos
o llevo una feromona egipcia
adherida como un chip.

Clesa atemorizada piensa que ellos están acostumbrados
a una ama similar que les sirve desayuno de arenques y broches,

y se aleja de ellos mientras la miran beneplácitos.

Falta un cuarto de hora
para que el ferrocarril inicie su andadura de cruces 
y chimeneas azulejeras glaseando el paisaje.

Clesa se mezcla entre la gente,
pasajeros apoyados a paraguas,bastones y pared.

Y la comitiva peluda...

Primero uno,luego dos,al tercero no le dio tiempo cruzar la vía,

se sentaron bajo sus piernas en una banco de pistilos,

Clesa resignada reflexionó:

-Su olor aún esta en mi piel,
a pesar de habitar otra atmósfera,
a pesar de traicionarle con otro cuerpo,
a pesar de todo.

Muy a pesar mío
me ha estigmatizado a su club de anonimato feudal.

Cariño, ni veinte siglos de duchas
te alejaran de esta peste agónica,
pues, todas somos de sexo femenino
de un ronroneo
se pudo escuchar.



Miauuuuuuuuuuuuuuuu.






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