EL DÍA QUE PAUL NO VISITÓ A SIMONE
Cuando era niña
nunca soporté que me agarraran de la mano,
un día de sol al Sr. Florit,
acompañándome a la escuela
con esa atadura insoportable,
le mordí con rabia impulsiva,
el hombre me soltó y crucé entre dos--coches.
Me atropellaron de gravedad,
tuve un traumatismo
y perdí el conocimiento,
estuve en coma,,,,,,,,,,,, varias horas.
No vi túnel,
ni luz,
solo un pasillo de médicos que gritaban acelerados
cuando el sobresalto del trampolín
sobre una camilla de faldón verde,
me despertó del fuego de una refinería.
Esa es la causa de mi asimetría en la cara.
Durante años posteriores
los especialistas de mi madre me controlaban la cabeza
con un casco propio de la Edad Media
Me asemejaba a un pulpo
con esos cables de colores,
la sobreviviente de la tortura,
de las plagas y artefactos.
Hace dos noches sentí
la catapulta de mi rostro
tocando suelo
como un soldado abatido por un francotirador.
Miles de meteoros
abrazando mi penumbra,
los oídos zumbidos de oleajes
como la marea de luna
con el pánico nadando mar adentro.
Me he salvado
de puro trigo,
ahora, en fase de espuma
con el convencimiento de que él no era Sartre
ni yo, su Simone de Beauvoir
voy recogiendo las conchas
de mis pedacitos
de un naufragio sin subsidio.
Que hermoso
el paisaje de la gente buena,
él es caro
no malo,
y yo ni con mil chichones ni elefantes de plata
podría ventilar
las esquinas de sus monturas.
Gracias por ser la esfera
de tu Atlas
lanzado a las barricadas mi seso
como un dardo a la diana de tus cometidos.
Soy barata,
pero he decirte Jean Paul
que pierdes más que ganas.
Lo material no importa
yo no pagué por ti.
Sigo viva cual Ave Fenix
el problema de tener más sólida la testa
que el cardio de mis senos.
nunca soporté que me agarraran de la mano,
un día de sol al Sr. Florit,
acompañándome a la escuela
con esa atadura insoportable,
le mordí con rabia impulsiva,
el hombre me soltó y crucé entre dos--coches.
Me atropellaron de gravedad,
tuve un traumatismo
y perdí el conocimiento,
estuve en coma,,,,,,,,,,,, varias horas.
No vi túnel,
ni luz,
solo un pasillo de médicos que gritaban acelerados
cuando el sobresalto del trampolín
sobre una camilla de faldón verde,
me despertó del fuego de una refinería.
Esa es la causa de mi asimetría en la cara.
Durante años posteriores
los especialistas de mi madre me controlaban la cabeza
con un casco propio de la Edad Media
Me asemejaba a un pulpo
con esos cables de colores,
la sobreviviente de la tortura,
de las plagas y artefactos.
Hace dos noches sentí
la catapulta de mi rostro
tocando suelo
como un soldado abatido por un francotirador.
Miles de meteoros
abrazando mi penumbra,
los oídos zumbidos de oleajes
como la marea de luna
con el pánico nadando mar adentro.
Me he salvado
de puro trigo,
ahora, en fase de espuma
con el convencimiento de que él no era Sartre
ni yo, su Simone de Beauvoir
voy recogiendo las conchas
de mis pedacitos
de un naufragio sin subsidio.
Que hermoso
el paisaje de la gente buena,
él es caro
no malo,
y yo ni con mil chichones ni elefantes de plata
podría ventilar
las esquinas de sus monturas.
Gracias por ser la esfera
de tu Atlas
lanzado a las barricadas mi seso
como un dardo a la diana de tus cometidos.
Soy barata,
pero he decirte Jean Paul
que pierdes más que ganas.
Lo material no importa
yo no pagué por ti.
Sigo viva cual Ave Fenix
el problema de tener más sólida la testa
que el cardio de mis senos.
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