COLECCIONISTA DE CASAS COMO UNA ERMITAÑA

I

Siempre he adorado los seres vivos
con concha
desde los galápagos hasta los cangrejos.

Por eso nunca es tarde
iniciar de nuevo
un proyecto de fin de carrera
aunque llueva sobre los papeles de estudio y rasca-espaldas.

Y admitir
que empecé a andar con el trayecto 
como en una película de plástico
al revés.

Jamais.

Rodeada por bolsas y mis últimos enseres,
mudar de piso
hasta mi nueva etapa.

Creo que tengo la firmeza exacta 
de un queso blanco.

Me lo ha corroborado mi psicoterapeuta,
no deseo que me tome afecto,
sino perderá objetividad
y necesito un juez implacable
para mi sanación.

      II

He cogido todas las caracolas
que han sido mis casas
y me he confeccionado
un collar muy exótico.

Me faltan los pendientes

a juego.

Pero eso no importa
soy capaz de oír
el mar sin ellos.

Confía en mí.

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