Tablada

Hemos vivido más de lo que nos queda,

entre los naranjos y las vides, 

del olivares a los charcos gelatinas:

suspiros entre los pedregales.

Con la poesía en la huella dactilar

de un documento preciso, 

igual que la abeja sobre la torre,

igual que la polea a su embrujo.

La carne de lagarto, la mujer del pelo luna,

los clanes azaleas

que dan cobijo a los huesos de tiza.

Esto es una borrachera para los sentidos,

yo que no sé bailar flamenco, 

ni palmear cómo lo hacen las hojas 

de los exiliados.

Me declaro insolvente de pena.


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