Oda al Sur

El sur tiene la opción que el poema busca.

Y Andalucía, con los verdes y azules de las islas móviles, se convierte en aceite y azulejo.

Me siento a gusto entre sus entrañas,

con esta luz linterna de faro 

y el calor de sus gentes.

Los bares copados, 

la urbanidad de la historia 

y vestidos de rizos en escaparates.

Aquí, la generosidad se evidencia

con la sonrisa y el ansia inabarcable 

de mover las manos,

de levantarlas al cielo

para espantar el mal y la sequía.

Para solicitar lluvia 

y un saludo litúrgico a los corrales

de limoneros y jazmines.

Mi asombro atraviesa Despeñaperros,

y se convierte río de adobe y cría.

De este pueblo que ha perdonado

y que sabe vivir de la esperanza.

Porque es imposible no amar a esta tierra.

Y dejarse querer por sus racimos.

Yo quisiera ser un poco sureña.

Para romper mi voz con el baile.

Para liberar a los versos por los patios.

Y escribir el  poema digno

a los que respetan a los foráneos

y nos dan a elegir entre su casa y su corazón.

Comentarios

Entradas populares