Estamos de vacaciones
Qué difícil, escribir un poema de amor
cuando la lluvia dejó de visitar la casa.
Las plantas del jardín
se han quedado en un autorretrato
de macedonia de grises.
La tierra en porciones
agrava el paraje. Y el paraguas, languidece
en el ángulo de chapa de un armario.
Qué difícil, querido,
hurgar en los bolsillos del "pero",
la herramienta adecuada
que raspe el óxido.
La moneda que active la ilusión de los
huéspedes que puedan atravesar la portada.
Cómo echo de menos, ese desequilibrio,
de arroz oculto en el ombligo,
de sueños de relámpagos
y caballos locos trotando por la avenida
de los amantes.
Cuaderno vacío de términos.
Lujuria de café con leche y una pequeño libro
de poesía.
Sonrío frente a la levitación del tiempo.
Y extraño, la peste amorosa,
y su duende alicatado.
Carente de amor y sin embargo,
entregando más que nunca: Amor.
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