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Mostrando entradas de mayo, 2022

Vida_life_vie

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 Siempre pintaba la casa de verde. En un amago  de traer el monte a la ciudad. Parecían esmeraldas de prensa. Un haz de bosque, por supuesto, sin batracios ni lobos. Una lámpara y una mesa camilla osaban a romper la monotonía de esa gama, rival con el azul del mar. Supongo que ocurre lo mismo cuando uno se acostumbra al vetiver. Y debe construir un camino en un muro. Te empeñas a mano de pintura decorar los recovecos. Y dejas al margen todo aquello que nos hace felices. La vida, "life" o "vie" tienen múltiples tonalidades. Y vivir eternamente mirando  hacia una pared helecho impide contemplar el sol, la noche y multitud  de escenarios. Es tan fácil, coger el mando de la televisión y cambiar de canal. Porque es hora de corretear entre los árboles. Y afirmar que no es más que una pared pintada de verde. Volver a vivir.

La verdad es muy importante

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Menos mal que existe la tristeza  para cocinar fetuccini. Y aderezar la receta con mi corazón rallado. Coco lleno de motes y vacío de focos halógenos. Qué oscuridad en tu falsedad de anillo de feria. Estrangula el reloj  en una catarata de minutos, que caen, sí, caen, caen, caen  hasta un lugar acuático. No hay turistas. La soledad  posee este privilegio. Pero hay dolor, un soporífero aguijón que te perfora  la semana. En un chorro de impertinencia. Hasta la cuneta. Y mi barca flotando entre caimanes.

Abre el candado

Amor, déjame en paz. Como si fuera un muerto  en una hamburguesería por sobredosis. Deja que la paz  me guíe en suburbios, en tugurios y frigoríficos. Paz, es lo único que te pido. Chantaje de grapas  y monitos colgantes: decoración de caravana. Un muerto de gangrena por vivir pegado a un cristal. De inanición, por comer nieve  en el corazón de piedra. Déjame, moribunda de rancios. De autobuses infestados de chinches  y la rosa cruel de la esperanza. Sabes, murió la ballena. Luchó hasta que la corriente  la transformó en un iceberg de carne. Yo muero cada día ante tu estrategia vampira. Tu falta de músculo en el hueso. Aquí aguardando el tranvía  con aguacates azules en la acera. No cercanías de ida y vuelta. No.

Ausencias

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Un aire funesto nace entre las flores niñas que navegan en naves por el lago de Estigia. Proceden de la teja matriz.  De la hora en que su vida  se erosionó  como una cáscara de huevo  contra el labio de un plato. II Ouka Leele, los gorriones,  flores innatas  de acuarelas cruciformes. Cuando muere una poeta. Nacen espigas  entre las rocas. Fuente de queroseno que prende la llama  que devora a los matorrales. El cáncer de pecho. Un trino. III Una piscina con una hoja de trébol.

Exposición "Cuando el paisaje estremece" del artista alicantino Antonio Alcaraz- Canem Galería

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 La exposición "Cuando el paisaje estremece" del artista alicantino Antonio Alcaraz es un viaje introspectivo hacia la panorámica industrial del pasado, como si se trataran de vestigios gloriosos igual que lo pueden ser los coliseos o los acueductos clásicos.  Con una trayectoria multidisciplinar, Antonio Alcaraz, transforma las ruinas industriales en figuras que representan una parte de la historia social y económica de ciertos núcleos urbanos (en esta ocasión de la zona jienense de Linares y de La Carolina, las cuales tengo la fortuna de haber visitado). Antonio no sólo toma la forma arquitectónica como un símbolo inerte, él las convierte en signos, en un lenguaje semiótico con ubicaciones simétricas y anacrónicas para otorgar a las fotografías una entidad de armonía, que establece un estatus comunicativo con el espectador, creando una edificación "deconstruida" e irreal con tonos sepias, "Black White", técnicas mixtas y retroiluminados para trasmitir la...

Pastilla de freno

Deja que este cántaro  se llene agua. No me hagas vivir  con esta tortura de ambigüedad. Velódromo. Flecha. -Voy al puerto enloquecida, con el olor a jabón de ortiga  de tu piel. -Lo que me ha llegado a mis oídos... No avisto la embarcación. Y mi beso golondrina  se conforma con el alimento divino  de tu lado. No insistas en desmontar cada hueso. En verter un amor inexistente. Voy. Enloquecida. Y los caballos tienen sed. Yo me conformo con el cielo que tu silueta esconde. No continúes esta cruzada de canción de los ochenta. Yo entrego el abrazo, sin precio, para dar a cambio de nada: este oficio de marinero. Deja que esta acequia sea amada. Libérame de tu sadomasoquista estrategia. Me voy sola hacia la casa. Con el olor en mis manos de tu jabón silvestre. Tú no sabes que ya no te pertenezco. Y purgo mi silencio con vidrieras  de color aceituna. "Deja que sea feliz".

Apátridas de la tarde

Naciste paradoja porque extranjero se siente tu cuerpo. Ya no tienes enagua y la hacienda se ha envuelto en una hoja de periódico. Dentro, el pan con la vianda para reforzar un corazón famélico. Qué fortuna el vivir sin el acatamiento de viajar a otro continente. Allí eres, el forastero, con tu panamá y una pipa de ébano. Luego regresas a casa. Al precipicio que te dio el impulso para volar con los alcatraces. Pero...ya no eres de aquí. Tu piel es roncha. Tu voz, un canelón agrietado. Eres el extraño. El que va de un lado a otro. Y tienes voraz hambruna. Y empiezas a añorar un lugar. Qué no sea de los anónimos  ni de los perros sin dueño.

No se ha ido

 III Un fantasma implica entre todos sus oficios la opacidad. El cruzar el tiempo en la memoria. Y convertir una pared  en una superficie dócil. Un fantasma, muere tantas veces atravesado por los ladrillos. Por las arrojadizas armas  que le lanzan para exorcizar su espectro y no cruzar el charco. El fantasma tiene su corazón a la vista. Podemos observar su latido. La sábana húmeda del llanto interno pozo. Riego. Fantasma motriz. Con el estómago repleto de piedras. De las afrentas poliédricas. Tela fina de alabastro como un mueble  de un bazar. Fantasma con nombre y apellidos.

Trespasos

 II  Sabes el peregrinaje zurdo del trotamundos. Eres un inmigrante con tres codos. Donde naciste uterino en una consagración supina. Luego, vegetal ruedas hacia el puerto rompiendo aguas en un "di-que nadie te hará o-caso". Tempura  de gladiolos. De olor a gas. Y vendes tu sangre  en el mercado de la hipocresía. El inmigrante de cuna, lazo y árbol. Cubierto de líquenes y con los pies duros.

Máscara de Picasso

 I  En África las máscaras forman  danzas con distintos propósitos. La máscara: solicitud de lluvia. De buenas cosechas. Para alejar al demonio. Existen mascarillas  qué no tienen una función aséptica. El semblante humano. Cuando no ha dispuesto el suficiente tiempo para trocar el cuchillo en madera. Te presentas al altar como un aguacero, una semilla. Un botón rojo. La máscara se cae. Y nacen los colmillos de una alimaña en la boca. El desprecio del rinoceronte. Y asumes que no es más que un fingimiento. Y te quiebras gota, hebra y ángel.

Consideración a "La complejidad de Electra"

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Opinión considerada de mi libro "La complejidad de Electra", muchísimas gracias por el apoyo incondicional. Un libro intenso que os invito a descubrir. "La complejidad de Electra, de Lluïsa Lladó Ediciones Torremozas  Si googleamos encontraremos cientos de referencias a este poemario que se ha convertido en fenómeno de culto. Cargado de simbolismo y de realidad, nos muestra a una mujer en busca de su espacio en el mundo, un mundo lleno de etiquetas y estereotipos que termina por aplastar a la mujer como una losa.  Lluïsa Lladó desmadeja estos escenarios en el que se ha convertido uno de los poemarios más vendidos del momento". https://www.argot.es/es/libro/la-complejidad-de-electrahttps://www.argot.es/es/libro/la-complejidad-de-electra_8580000004p

Por ilusa de tréboles.

Ayer corrí por la avenida. Yo sé que ya no puedo permitirme ciertas licencias. En un gesto de la vida  a poner (o a imponer) límites. Te vi de lejos. Parecías una palmera en medio de la bahía. Con tu mohín y el silencio visual de una figura que camina  por el centro de la ciudad. Aceleré el paso. La congregación de una renuncia. Un renuncio. Y exclamé tu nombre como un gorrión entre los semáforos. No sirvió de mucho. El ruido  se comía la palabra. Y empecé a mover las piernas  rompiendo el corsé de esta cola de sirena. Sabía que estaba actuando en contra de la radiología. Qué el gorrión ya había buscado su nido en otra parte. Y la rótula movida por la endorfina del encuentro. Obvió la sensatez. Ahora. Me duele. Como otras tantas cosas. Tengo la pierna en alto. Mi rodilla es la de un pájaro herido. Una bola de nieve. Y tampoco tal búsqueda supuso tanta satisfacción. O sí... Me fui disimulando la cojera.

Nariz roja

El domingo por la tarde es el peor, pues, se viste de plástico y te rodea como una manguera de jardinería. Intento sobrellevarlo lo mejor que sé. Pero, se troca en un espejo y retrata todo aquello que duele. Qué alguien deje de quererte  así por las buenas. A los que tenemos el ego de un paquidermo jode bastante. Pero... ahí estoy, rodeada de celulosa,  de film de cocina, en una de mis mortificaciones favoritas. Ahora que ha pasado cierto sol y lluvia. He llegado a la conclusión de haber sido víctima de un florero. Sí, un bulbo. Un affaire de domingo de sobremesa que mira y controla  todos los aviones del cielo. Lo más temible. La ansiedad que hace que mi cuerpo sea una cárcel en una película de Stallone o Van Damme. El síndrome de abstinencia. Menos mal que mañana es lunes. Y será un día menos para darme cuenta que la nariz roja  que has colocado se puede quitar con una pasmosa facilidad. Se quita el moho. Y la herrumbre. Y el Covid. No podré dejar de ser tu clown.

Sentencia inapelable

Esta mañana la calima obnibuló el mar. Parecía que se había puesto unas gafas empañadas. Una nota (pósit) de recordatorio frente a mis ojos miopes. La cual, tenía escrito que huyera lo antes posible de este hormiguero. Me preguntaba mientras proseguía mi ruta si existe algún tipo de placer en la gente que hiere. Son regalices diminutos con patas negras. Que van apropiándose de la paz orgánica. Tan fácil, pisotearlos. Y tan complicado cuando unidos parecen un gigante con atrofia, porque cualquier movimiento o susurro lo invita a caer en su propio agujero. Había un caracol solitario pegado en un banco de madera. Mi futuro. Debo seguir la orilla con esta luz que deslumbra. Y dejar atrás toda esta podredumbre que perjudica. Siempre hacia delante. Igual que una flecha de Libra. Me pregunto si el tiempo que he perdido. Si el tiempo que perdí. Hizo que las hormigas, atrofia negra de ogro, creyeran por un instante en su fuerza. Narciso. Esquizofrenia. Necesito volver a nacer. Y os aseguro patr...

La mirada de Audre Lorde

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  Cuando terminas de leer a una autora como Audre Lorde, te preguntas cuál hubiera sido su destino poético y cuántos poemas se quedaron mudos por culpa de su marcha temprana*. Reflexionas que descubrir otras voces y otras maneras de enfrentarse al mundo son un manjar para los ojos y sobre todo para el pensamiento. Audre, gracias a la maravillosa traducción e introducción de Jimena Jiménez Real, evoca a través de su poesía un mundo de hermandad salpicado por la represión, la traumática herencia familiar y una febril sensualidad exaltada que en este caso es desbordante la naturalidad en la expresión de su identidad a nivel personal y artístico. La represión empieza en los mismos prejuicios de su comunidad, con las costumbres incapaces de ser alteradas, con la violencia discriminatoria hacia la infancia y las mujeres. Cada vez que ocurre un asesinato, una violación, una injusticia, Audre a través de un lenguaje onírico retrata cada episodio en un acto de proclamación para eviden...

"Amandamiento"

Lo saben las coníferas... Amar a una poeta no es tarea fácil. Pues, el ego rompe los marcos de las puertas. Amar a una poeta es divinamente complicado mientras se quema el perol, ella está salvando al mundo  dentro de tus ojos. Amar a una poeta es tener la tarde compartida. La inspiración como amante. Noches en vela y madrugar frente a un café solo. Amar a una poeta, qué dificultad más evidente. Los libros campan por la habitación como insolentes cobras y por un recital es capaz de llover hasta el fin del mundo. En cambio, los pequeños quehaceres abruman y cruzar la calle te deshace como a una cuerda maltrecha. Amar a una poeta cansa tanto... Con canales de televisión restringidos y encuentros por Instagram mientras esperas en la cocina. Lo reconozco. Una poeta vive a pleno rendimiento. Kamikaze. Obscena e inoportuna. Aunque diré algo que quizás no rime. Porque quien haya amado a una poeta  podrá decir con la bocachancla: -Yo tuve la suerte de amar a la poesía.

EstréLLAs

Cuál será la fórmula para aliviar el dolor. La morfina necesaria para rasurar aquella palabra  donde en una calle, dijo: T_  Q_ _ R _ No quiero verte de esta manera con el ahínco de un minero que atenta contra sus propios órganos. Esa pericia para fingir que todo, aparece en una bola de cristal. Futurología del que una vez concluido el tiempo de descuento estira los brazos para secuestrar alguna estrella. Subir hacia arriba  con el reloj de la pared. Con ese peculiar don de nombrarme. Para pedir un deseo. Vuelve, vuelve, vuelve.

Trayectoria inminente

Conchas caramelos. Así dibujó la ola que consiguió atraparme. Era en una siembra. Izquierda de sol. Claro de focos. Y me enamoré yo que por las calles corría entre el vómito del ayer  con los pies descalzos. Qué había extraviado el nombre  en los vados permanentes, reniego de semáforos, dando luz verde  a tener el vínculo rojo del amor. Y dicen que de todo se a-prende  con el ruido emisor de la bocina. Llamarada. En aquella carretera, ahora, que no es más que la vivencia de Instagram. Yo que corría con los pies descalzos por el asfalto sin corazón florecido. Marcha atrás. Y punto muerto. Conducir y tener que soportar este gaseoso recuerdo que tuvo de escape. Ralentizar. Y decir en el siniestro. Yo fui la culpable.

Ajuste de cuentas

Sé que quizás a esta hora  existen ojos abiertos   igual que flores con pétalos gimnasia. Insomnio perfume de la letanía de los que con nuestro entorno mimetizamos  cada silencio hecho mueble. Estoy curando cada rasguño y he iniciado un canje con la vida. El sol, al fin y al cabo, ayuda a purgar. Y el polen se restriega en una misión espacial por su universo chocando contra la superficie de juguetes móviles. Flores entreabiertas observando  el reloj digital. Y buscando caminos que nos conduzcan al sueño. La consigna, cómo siempre, es no rendirse. Aquí de pie horizontal en una cama. Y saber que el amor. Ese que no te usa. Qué no te agota. Qué no piensa que eres la chica de los recados. El tapaporos. La inoportunidad cuando te han llamado. Existe. Con los ojos abiertos. Igual que flores de noche. El amor. Y pronto voy a descubrirlo. A uno mismo.

Rafting

Golondrinas en mi vista  del tatuaje negro de la esperanza para resolver el enigma de la pena  con la carcajada miel para que vuelva a ser un bol. Y aunque cueste salir del hoyo donde fui semilla de estiércol la alegría de los zánganos vuelve a transitar a la luna nueva. Ya el tiempo ha hecho su parte de accidentes. Las moreras sacan su respuesta a la primavera. Y me siento feliz dentro de un injusto proceder.

Mom

Plantamos un árbol en el patio. Un árbol endeble que crecía hacia la sombra  de un toldo maltrecho. Él imperturbable creció con su debilidad-estambre. Quizás la raíz surcaba la tierra como una lombriz  que sólo el alma entiende. No tiene la pretensión del obelisco. Es un árbol. Nada más que un árbol verde. Igual que el amor. Qué es lo único que lo alimenta.

Reseña La complejidad de Electra por Laura Gómez Recas

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 Laura Gómez Recas , desde el blog Savari, realiza una reseña exhaustiva de mi libro La complejidad de Electra, de Torremozas Gracias por el estudio y la valiosa atención. https://lagosavari.blogspot.com/2022/05/poesia-vivificante-la-complejidad-de.html?m=1

Presentación de Cristian Serrano

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Muchísimas gracias a todas las personas asistentes. A la lluvia que escuchó el conjuro de los árboles y dio tregua a que pudiéramos realizar el acto. Gracias por vuestras sonrisas con corazón. A  la organización del evento que fue impecable. Y especialmente a Cristian Serrano Galdon  @crisergal por confiar en mi persona. Y a Isabel Serrano y a  Anmarí D'aro , Àngels Orad  por vuestra entrega, tiempo y amor a la poesía. GRACIAS  Cristian Serrano Galdón más conocido por “ Crisergal ” en los circuitos poéticos, es un escritor (porque los poetas también son escritores) con una fuerza extraordinaria que confía en la humanidad.. Integrante de Tirant lo Groc de Villarreal, sus versos contienen frescura, gran musicalidad y ritmo. Su espíritu luchador es, sin duda, el de un “ Slamer ” genuino que se entrega a su público. Con una ideología clara y un toque de Bécquer en el amor, visto desde diferentes prismas. En este libro “Celulosis” de p oesía social, mayoritariamente...