Parque
Sentir qué vivo de nuevo,
cuesta tan poco pendiente.
Este verde lorquiano
y el fulgor de las aves en condescendencia.
Embriaguez de hiedra elefante,
de estuarios de pinos,
de llantas de piedra y corteza.
Sentir que del corazón, una hemorragia
clorofila,
que transmite esta paz de pan.
De huerto con olivo.
Mis hijos, ramas, hojas y ojos.
Bombean la luz a este bosque enjambre.
De cada porción de arcilla
que de un anuncio os ha hecho personas.
Cada uno con su floral repertorio.
Con su matriz canela.
El amor.
Manantial, ha desfigurado mi sombra.
Y no afecta esta miseria del que se atreve
a juzgar.
Con poco me animo. Reconforto.
Un poco, de la cabeza de los vástagos
cerca de mi melancolía.
Es pura droga para el que mora la noche.
Y no me importa.
Y me hace feliz.
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