Camioneta y el otro día

Es peculiar ver rodar cada día 

los camiones por la carretera,

ahora que, en su procesionaria

van en fila subiendo a la embarcación.

103 camiones han subido al barco.

Observo a los operarios

con gestiones y órdenes

dirigiendo su ruta en la plataforma.

Parecen controladores aéreos.

De repente, una ballena colmada de atunes.

Bajo la lluvia.

Porque no ha cesado de arreciar

en toda la noche.

Los chóferes convertidos en hormigas

que afrontan el trámite de conducir sobre el mar 

no gastan rueda para este recorrido,

que es la antítesis del Canal de la Mancha.

Los camiones con sus cabinas

se transforman en grandes pesos 

sobre un flotador.

Vida, sustento y camino.

Qué paradoja verdad. Circular 

sobre el agua sin movimiento.

Y dejar que las olas traviesas

muevan sus depósitos.

Yo creo que en esta existencia, 

la carga supone un contraste 

para cada ser del mundo.







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